NEBLINA

25 1 0
                                    

D.A.M.N

Bajo la penumbra de un farol

A.C Kiochi. "PROLOGO"

Corrían los dulces pero viejos años sesenta, recuerdo como si implacable su recuerdo me narrase entre quejidos su añorado adiós hasta que retuviese el despecho que desgarraba como cien hilos jalando de mi espalda sintiendo el discernimiento que talla hoy el pincel con el que hoy escribo esto.
un pensamiento en seco más un murmuro calcinante y defatigante que tocaba el anhelo perdido entre las entrañas de mi subconsciente, rozaba su piel sin pecar en no poder besar más la dulzura que ocultaba el misterio de su cuello, toque su mano lo más fuertemente empedernido mientras que en lágrimas que guindaban del lucero de su boca pintado de una bagatela símil al rojo ventoso carmesí que emanaba el tesoro que se escapó sin llave del baúl de mi corazón, el mismo no costaba más de cinco mil pesos.

En sus propios pasos lentos y agraviantes abruptamente se oscurecía el testamento estrellado, desaparecía la humareda de un cigarrillo a medio fumar que se deterioraba tanto como mis ganas por volver a amar. Aun melancólico veía como el destino me había usurpado, atacado y sentí inclemente respirando carnosamente desarrapado sin volver a sentir sus besos descalzos que bailaban, caminaban y revoloteaban encima de mi pecho, espalda y mi propio lecho.

Ya estaba hecho, todo estaba pactado ya había firmado para partir en un vuelo de tres horas hacia su nuevo empleo en una época que la innovación era incrédula, inhóspita tal cual como un junco de luz siendo apagado por su propia ceniza. El destino le encendía una pequeña y dulce luz en un pasadizo en el cual la vida te aplasta con sus propias paredes. -¿Y porque tuve que ser yo el aplastado?- Pregunte a lo que el viento que emanaba la brisa de su ida volteo y en un mensaje sordo pero contundente carraspeo – Tu perdición esta cerca, más la de ella no." –

La noche anterior me embriague viendo las estrellas por el ventanal donde toque su pelo y nos juramos no desaparecer en la humareda de la noche sin sujetar la mano mía o la de ella, pero asqueada a último momento la soltó y paso un lustro para que dejase de ver aquella fotografía suya colgada la cual tocaba pensando su escueta y lucida piel que se escapaba como centellas sobre mis manos, mi reflejo fantoche se nivelaba entre el brillo agitado del vidrio que resguardaba la foto vi mi reflejo que erradicaba en miseria y ruina, desde ese momento recordé: mañana no será un nuevo día, quizá el ultimo.

Eran las siete de la mañana, un rayo fulgente de luz amarillento albaricoque que traspasaba por la ventana de mi puerta me despertaba irrisoriamente, del cual no buscaba especificación puesto que el día estaba inundado de truenos y lágrimas de cielo que angurrientas salpicaban tatareaban en su propia melancolía en la frialdad de un suelo impío y un cielo oscurecido, cedi mi mano un taxi llego y misericordiosamente como si de una propina se tratara me dio un beso en la mejilla y me dijo.

- Te mandare cartas Steven- insistía

- Espero que sea así Loren. – jacté mientras que cerré el auto.

Cuando mi vista se perdió en el sendero donde transito el auto y solo veía como la lluvia satinaba de un color clandestino mi camino no me quedo de otra de esperar en un pequeño paradero de buses, mientras que con ganas inasibles y truculentas de abrir la carta que me dejo con un sello rojo en la lacena la cual la lluvia sin piedad desmoronaba la identidad de un beso suyo en el testamento de la carta, aquellas letras vagas de sentimiento y su único desenlace contundente fueron unas letras que se encontraban secas por una lagrima declarante de agonía y amor, era su despedida.

A pesar de sentir un espesor calcinante en mi pecho, mirando enardecido al cielo y ver como si a tajos la lluvia reflejase un Danubio de viento que contundente arraso en mi vista, en la lejanía una silueta femenina brillaba como un curul en mi propia asamblea, aquel brillar satinado de humo y su boca que soltaba peripecias sopesando no estar en peligro. La neblina se erradicaba mientras que ella la veía parecía escapar de la sentencia y esencia vetusta de sus ojos, era esplendido saber que su belleza era mas que magia, logro descubrir un lucero en el cielo rojizo y mañanero que hace minutos estaba en ruina en su punto mas decadente de melancolía y dolor.

Era como si el olimpo me dejara ver una de sus musas, a la lejanía mis ojos sintiesen placer y como si unos pocos segundos se convirtiesen en un lustro. Las vísceras del deseo que se contenían en las entrañas de mi boca no pudiesen borrar la imagen perfecta de cómo le sonreía al cielo y se escapase la tristeza que erradicaba casi como un suspiro de viento que soplase todo lo malo y detalle con nubes nuestro propio cielito. Todavía recuerdo el momento impío que en pequeñas peripecias y tentempiés se convirtiera en algo más importante para mí como lo fue ella. Parecía entusiasmada con su aspecto alegre y veinteañero, El cielo se vestía de felicidad después de una tormenta alucinante de desdichas, solo para otear un rato por la rendija de todo un universo lleno de estrellas ver aquella supernova tan preciosa y estrafalaria vuelta mujer... pero algo no cuadraba

Era perfecto buscar felicidad en mi propia taza de café la cual su "café" dejase como un beso impregnado en mi alma y con un poco de magia y belleza natural como la de la mujer me quitase las cadenas de la dependencia que sentía por mi antigua mujer, me sentía tan a gusto que por primera vez mis cejas no reprochasen entre si y solo se juntasen para ver de lejos una agonía menos, ella me miro y detenidamente todo se sostuvo en un lazo de tiempo sordo en el cual solo los dos pudiésemos pensar y declararnos, encontré algo bueno en tanta miseria.

Su piel se veía suave, tierna, como si fuese un pedazo de nube que pudiese comerme a besos suaves sin mordisquear los bordes de dulzura y amor que lucidos se desplegaban la magia de sus cabellos, simplemente la solución a mi carencia de besos.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 03, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Bajo la penumbra de un farolWhere stories live. Discover now