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Las tarjetas que Frances se estaban quedando más que secas. Y los empleados de los bancos llamaron al padre de la chica, informándole de lo ocurrido. Nadie puede gastar miles de dolares en horas. Estaban consumiendo el dinero.
Pero nuestro querido Iván se estaba enamorando de Frances. Porque al ver su hermoso cabello castaño, queria que el mismo fuera la manta que siempre cubriera su cuerpo. Quería que los ojos casi-negros de Frances sean su cárcel, y que los labios de la chica fueran lo único que necesite para vivir.

— Maldita sea, Frances. Estoy tan enamorado de ti.

Con sus manos libres cubrió su rostro.

Porque ahora, la familia K, está sufriendo. Ahora todo se está desmoronando, pero Iván no lo está disfrutando como tanto decía.

Sonó el teléfono del chico.

" Traeme el dinero, maldita escoria. Sabemos bien que luego te lo quedas, idiota." suspiró frustrado por aquel mensaje. Frances no quiere volver por miedo a dejar a su familia sola, y no lo haría, porque la fortuna no vale más que un cálido abrazo de mamá, no vale más que un hermoso beso en la frente de papá, nada vale más que ellos.

Traición; RubénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora