MI AMIGO

210 9 2
                                    

─ ¡Quiero irme de aquí! .- dije, con las lágrimas a punto de caer.- ¡Quiero volver a mi casa!

─ Lo sé, lo sé, Madison. -me dijo la psiquiatra.- Pero primero necesito hablar contigo. - hizo una pausa, antes de continuar.- Si lo haces, tal vez puedas volver con tu padre y tu madre.

El recuerdo de mis padres, quietos, mientras unos hombres me subían a un coche para llevarme a este psiquiátrico, hizo saltar las lágrimas que tanto había intentado ocultar.

─ No quiero volver con mis padres, los odio! -le empecé a decir, entre sollozos.- No me quieren.

─ ¿Por qué dices eso? Tus padres te quieren muchísimo, si no no estarías aquí. Ellos quieren que te cures.

«Madi, tranquilízate. No pasa nada. »-la voz de Marcos, dulce y suave,  resonó por toda mi cabeza.-« Ahora explícalo todo a la doctora Richards. ».

─ Pero nos quiere separar, Marcos, es que no lo ves? .- le dije yo.- Mis padres lo tenían todo planeado. Nunca les has caído bien! No les gusta nuestra amistad!

─¿Separarte de quién, Madison? -nos interrumpió la doctora Richards.- ¿Con quién hablas? Por favor, cuéntame un poco más sobre tu amigo.

Parecía intrigada. Ni que hubiera nada extraño, en tener un amigo. Además, como todo el mundo, hacía como si él no existiera. Aquello era lo que más rabia me daba de todo.

«Venga, va. No te enfades y habla. A mí no me importa, que me ignoren, ya lo sabes ... »

Y, siguiendo las indicaciones de mi mejor amigo, como siempre, empecé a hablar:

─ Muy bien. Si no le importa, empezaré por el principio de todo: Cuando era pequeña no tenía muchos amigos. Me sentía muy sola, porque nadie quería estar conmigo, hasta que un día llegó él. Yo tenía cinco años, y estaba jugando sola en el parque, cuando de repente oí su voz. Me puse muy contenta. ¡Por fin tenía un amigo! Pero él era más que aquello. Siempre estaba a mi lado, animándome cuando me hacía daño, riendo conmigo, charlando ... No nos separábamos nunca. Al principio, a mis padres no les importaba, pero al cabo de unos años, cuando empecé segundo de primaria, comenzaron a preocuparse. «Madi, creemos que es hora de que vayas despidiendote de Marcos. ¿Por qué no haces otros amigos? »« ¿Pero qué decís? »Les contestaba yo.-« ¡Ni en sueños! ». ¿Qué pensaban, ellos? Ni que los amigos fueran un pañuelo, que puedes tirar cuando quieras! Aquel comentario me hizo sentir muy mal, y él me propuso: «Eh, ¿por qué no nos vamos de aquí de una vez?». Me pareció una idea maravillosa. Todas las ideas de Marcos son siempre geniales. Por lo tanto, nos escapamos por la ventana, y huimos hacia el bosque. Estuvimos allí dos días, hasta que la policía nos encontró. Nos lo pasamos genial. A los once años, Marcos tuvo otra idea de las suyas, para ayudarme a conseguir que mi hermana pequeña no me molestase: me propuso abandonarla en el parque. Y eso hicimos. Una noche, la cogimos de su cuna, y salimos de casa, en dirección hacia el parque. Al día siguiente, cuando mi madre se levantó y le expliqué lo que habíamos hecho, se quedó horrorizada, y salió corriendo en busca del bebé.- en la cara de la doctora se reflejaba un sentimiento de horror, pero lo ignoré y continué.- el motivo por el que estoy aquí es porque a mis padres no les gusta la nueva idea de Marcos.

─ ¿Y qué idea es esa, Madison? - preguntó la señora Richards.

─ No hay nada que pueda mostrar mejor la fuerza de una amistad que morir para salvarla. Ellos nos quieren separar, y no lo vamos a permitir.

«¡Bien dicho!».

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 30, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Cuentos TerroríficosWhere stories live. Discover now