"Intro"

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Me pregunto si realmente fui una persona deseada? Es decir mis padres en algún momento esperaron ansiosos mi llegada a esta vida, no lo creo aunque durante los primeros años que respire el aire contaminado de nuestro querido planeta se podía notar una sutileza de cariño hacia mi persona. En un núcleo familiar donde era imposible no sentirme inferior me acostumbre a crecer, a callar, pero sobretodo a llorar en silencio aquellos demonios que rogaban cada vez que podían, salir a la luz publica. Pero en lugar de dejarme llevar, me mantuve como lo que era la menor de dos hermanas, la extraña como al principio me nombraron ellas mismas. Las escasas muestras de cariño por parte de mis padres eran parte del día a día, para ese momento no los podía juzgar al contrario me sentía agradecida pues formaba parte de la prestigiosa familia Puente. Sobretodo eso ja! Familia, ahora puedo concluir que en ese grupo formado por mis padres, mis hermanas y yo podía ser catalogado de cualquier forma, menos de familia. A pesar de la inferioridad que sentía en la época, siempre mantuve la esperanza de que las cosas cambiaran a mejor y fue allí cuando el peor día de mi vida llego, sin preocupación alguna, llevándose con el todo tipo de ilusión, comprobé que nunca es bueno vivir de ilusiones.


Como todas las mañanas me baje de uno de los tantos coches de la familia, después que el chofer amablemente me abriera la puerta. Ya había llegado al destino de siempre, la recordada escuela, pero ese día me sentí diferente un aire frío recorrió cada centímetro de mi piel y tenia la sensación que alguien seguía cada uno de los pasos que daba, por eso no me detuve en ningún momento corrí hasta llegar al salón de clases. Me senté en la mesa de siempre y cerré los ojos con fuerza, como la señora Rocío me había enseñado. Porque no tendremos la capacidad de escoger a nuestros padres, seguramente Rocío hubiera sido una madre excepcional aun mantengo la idea de quitarle ese uniforme de sirvienta que jamás deja y llevarla a vivir conmigo. La maestra había hecho su aparición y con ella los niños y niñas que eran mis compañeros de clase, el bullicio me hizo abrir los ojos, mi cuerpo comenzaba a temblar y los demonios por fin encontraron escapatoria. Respiraba agitada mientras las lagrimas desesperadas corrían despavoridas por mis mejillas, no pude soportarlo mas, no pude callarlo, las voces que al principio eran casi susurros se convirtieron en gritos, en risas, en ofensas mire de izquierda a derecha comprobando que ajena a la realidad ya la clase había iniciado y todos mantenían un silencio fúnebre. Entendí que todo venia de mi cabeza y desesperada la niña de doce años, cayo en el suelo cubriendo sus oídos con ambas manos gritando, implorando silencio. Recuerdo cuando la maestra intentaba ayudarme, pero mayor fue mi ataque al no lograr enmudecer aquellas risas. La preocupación en la familia apareció, de un día para el otro la diminuta como yo misma me catalogaba, era el centro de atención. Visite las mejores clínicas y centros hospitalarios, pero cada noche se repetían los episodios desagradables los abrazos de Rocío era lo único que me daba un poco de paz. El doctor Matías Salvatierra fue quien logro encontrar respuestas, un psiquiatra prestigioso y discreto lo que la familia necesitaba. "Su hija presenta un diagnostico doble" así comenzó su desenlace o mejor dicho el mío, Esquizofrenia Paranoide y TLP (Trastorno limite de la personalidad) puedo decir que desde ese momento mi vida fue un antes y un después, la escuela se termino en lugar de eso tenia profesores particulares, los viajes se volvieron parte de los días buscaban muchas opiniones se negaban a aceptar lo ya dictaminado, las pastillas, los tratamientos interminables, las terapias. Como puedo describir mi niñez, en tres palabras diferentes soledad, vacío y tristeza.


La extraña fue sustituida por la ahora loca, por favor recuerdo como de manera déspota mis hermanas se dirigían a mi. El tiempo pasó ya se notaba cierta madurez y cuando menos lo espere llego esa persona, que me impacto desde la primera vez que la vi. Esa que me enseño que en el amor no existen peros, la que una mañana de abril me dijo que jamás me abandonaría si, es esa misma la cual me lograba paralizar con cada caricia, con cada beso, con cada te amo... Pero para mi mala suerte es la misma a la que tu desgraciada familia humillo cuantas veces quisieron, la insultaron, hasta la dejaron en la calle, Dulce mi Dulce llego el momento nuestro momento, caímos en un juego deplorable, nefasto e indeseable pero ya las cosas cambiaron. Hicieron hasta lo imposible por separarnos y terminaron lográndolo, será que ya te olvidaste de mi?


Bajo del avión después de colocarme unos lentes de sol, inhalo profundamente el olor de mi país natal aquel del que años atrás me obligaron a salir. Tomo mi maleta y me dirijo hasta uno de los pasillos que llevan a la salida, quien lo diría después de doce años regresas y nada mas y nada menos que para oficializar tu compromiso si, era la única manera de regresar. Me detengo y sonrío abiertamente, cuando logro visualizar al chofer personal de mi padre vuelvo a avanzar hasta que el señor recibe la maleta que antes me acompañaba para así dirigirnos hacia la salida. Después de subir al vehiculo acaricio el corazón de plata que cuelga de mi cuello, se me escapa un suspiro al leer nuestras iniciales "A y D" vuelvo a la realidad al sentir como el coche se pone en movimiento. Reconozco alguna de las calles y levantando una ceja con molestia miro el famoso anillo de compromiso. Pero de la nada el auto se detiene, miro hacia el frente y me doy cuenta que una camioneta negra se ha estacionado de manera diagonal frente a nosotros impidiendo cualquier avance, el chofer pretende ir de retroceso pero al ver que un hombre se baja de la primera camioneta apuntándolo con un arma apaga el vehiculo y sube ambas manos de inmediato. Miro la hora dos y media de la tarde, el chofer es obligado a bajarse con un leve golpe lo arrodillan en el pavimento. Mantengo la calma cuando siento que abren la puerta donde me encuentro, detallo un pasamontañas oscuro que impide lograr identificar al hombre armado, sonrío como si nada y sin esperar ni poner resistencia me bajan del coche.

¿Donde Estas Anahi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora