Capitulo 18

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El sonido de la lluvia quiere relajarme en esta noche apagada, pero en lugar de eso me desespera y no es para menos tenia más de un mes alejada de mi gran amor. La extrañaba, cada minúscula parte de mi cuerpo reclamaba tenerla cerca ahora no tenia a nadie que me dijera "Tranquila Dulce, todo va a mejorar" aun no tenia pista de Maite y Blanca mi madre estaba preocupada mas por encontrar trabajo ya que de un día para el otro la despidieron, sin explicación, sin motivo, nada impidió que la dejaran sin empleo supuestamente por recorte de personal. No quería imaginar que la madre de Anahi tuvo algo que ver, pero era imposible si hasta estuvo presente con su sonrisa pedante el momento exacto cuando le dieron la terrible noticia. La odiaba, pero no solo a ella, también a toda la familia de mi ahora ex novia.


Escucho como varios vehículos se estacionan frente a mi casa, al levantarme de la cama y dirigirme hasta la ventana lo confirmo son un total de cuatro camionetas oscuras acompañados de un coche tamaño medio. Miro la hora del despertador que se mantiene en la mesa de noche, marca las once y media. No entiendo quien podría ser por eso salgo de la habitación encontrándome con mi señora madre, después de escuchar que tocaban la puerta un tanto desesperados.


Al momento que mi madre abrió la puerta, entraron sin ser invitados varios policías. Unos me tomaron por los brazos para así apartarme de las escaleras, mientras otros bruscamente hicieron lo mismo con mi progenitora, me desespere al ver como nos sacaban pero no pude evitarlo. Comenzábamos a sentir las gotas de lluvia sobre nosotras, los brazos de Blanca me rodearon intentaban cubrirme del frió pero observar como los uniformados lanzaban cada una de nuestras cosas a la calle nos cegó. Al momento de reclamar, la silueta de María del Consuelo apareció, elegante como nunca, uno de sus guardaespaldas la cubría de la lluvia con una sombrilla del mismo color que su alma negra.


Es una pena que la valentía de su niña provoque tan mal encuentro señora –Anuncio María del Consuelo


Porque están sacando nuestras cosas, respete nuestro hogar. Hasta cuando va a seguir molestando –Se le escaparon unas lágrimas- Yo se que usted, tiene algo que ver con mi repentino despido –Reclamo Blanca


Y no se equivoca, efectivamente yo misma ordene que la sacaran de esa empresa –Levanto una ceja- Pero en este caso mi esposo es el encargado de dar la estocada final, ya que repentinamente descubrimos que esta propiedad le pertenece a la familia Puente desde hace muchos años –Mostró un documento María del Consuelo


-Blanca miraba el papel- Esto es mentira, esta casa pertenecía a mi difunto esposo –Alzo la voz


Un esposo acreedor de muchas deudas, no lo sabia? –Media sonrisa- Lo diré solo una vez, las quiero fuera de mi propiedad –María del Consuelo se dio la vuelta para irse


Los documentos podrían decir lo que sea, dos cosas eran ciertas mi padre jamás tuvo una deuda con alguien. Como estábamos seguras que el dinero de la mal llamada señora se había hecho valer, pero el punto es que logro dejarnos sin nada, pero mi señora madre en medio de su enojo corrió a detenerla entre lagrimas y rabietas justificadas, cuando alcanzo a María del Consuelo dejo una fuerte cachetada bien marcada en su mejilla, uno de los guardaespaldas la lanzo al suelo sin preocuparse que era una mujer, mirando como todo se acumulaba tan rápido corrí en su ayuda, la consolaba, sin soltar una lagrima, no quería que me vieran llorar aunque todo el cuerpo lo pidiera a gritos.

¿Donde Estas Anahi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora