13- Dolor

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*DULCE*

El viaje había sido cansado, eterno y una completa porquería. No podía creer que terminamos rumbo a una casa en la playa del maldito Ruben. Sentía que cada parte de mi lo odiaba, sentía nauseas, al escucharlos divertirse en todo el maldito viaje.

No había un minuto en el que ellos no rieran o no bromearan, volteaba de manera disimulada, para encontrarme a Anahí con la cabeza recostada en las piernas de este idiota. Él le acariciaba el cabello mientras que ella jugaba con uno de los dedos del chico.

Me sentía morir a cada segundo, a cada minuto, ¿como iba a soportar está situación en estás semanas?. Mi corazón se rompía un poco más al escuchar como Anahí reía feliz en sus brazos. Mi rabia y mis celos me estaban ganando la partida.

Habíamos viajado durante toda la madrugada, Maite estaba dormida en los brazos de Poncho al igual que él, y Ucker se mantenía despierto jugando con su celular. Anahí y el imbécil ya se habían dormido mientras yo mordía mis labios para no llorar.

-Te duele, ¿no?- la voz de Ucker me hizo despertar de mis pensamientos.

-¿Qué?- sonreí ya que no había entendido lo que él había dicho.

-Que te duele, verla con él.

-Claro, que no- lo negué y lo miré- ¿Por qué me dolería?.

El comienza a reír y sacude mi cabello.

-Te conozco, Dul, llevó rato observándote y ni cuenta te das, por estar pendiente de lo que hace Anahí con Ruben.

Suspiré profundo y volví a negar con la cabeza.

-Dulce, todo esto en un principio me pareció horrible, una pesadilla, pero... durante el viaje en está camioneta me he tomado el tiempo para rectificar. Me duele en el alma no poder hacer que me ames... me a tocado perder, así que a pesar de que esa idiota me traicionó- sonríe y la señala- Es mi mejor amiga al igual que May, al igual que tú... y por eso me siento en la obligación de decirte que si no actúas, ese hombre con cara de galán de cine se quedará con Anahí, y te lo digo yo que no te puedo tener porque siempre hay alguien en el medio... cuándo reacciones puede ser demasiado tarde.

-¡Cállate!- alcé la voz comenzando a molestarme. Odiaba las palabras de Ucker, pero eran ciertas, odiaba encontrarme en este estado de mierda dónde realmente lo único que quiero hacer es sacar a Anahí de los brazos de ese tipo, y traerla a los míos, para que se quede aquí para siempre junto a mi.

-¡Hermoso!- gritó el chófer, los gritos de Chris también se hicieron presentes, así que me di cuenta que ya habíamos llegado al maldito lugar.

-¡RBD, hemos llegado, wuuuu!- Chris se volteo en su asiento para observarnos a todos, quiénes nos despabilabamos uno por uno.

-¿Ya llegamos?- una somnolienta pero hermosa Anahí había despertado, la miré y me encontré sonriendo como estúpida. Volteé a mirar a Ucker, quién me miraba como diciendo "se bien que la amas".

-Ya llegamos, guapa- le responde el idiota.

Chris, bajó del auto con sus malditos gritos que ya me estaban volviendo loca, después bajo May, Poncho, Ucker, Rubén, y seguido de esté Anahí, quién fue sujetada de la cintura por él y la bajo del auto elevándola.

Respiré he inhale tratando de contener mis ganas de llorar. Una lágrima salió de uno de mis ojos, la cuál seque de manera instantánea más que molesta.

Me puse de pie, cuándo asomé la cabeza afuera para salir, Ruben me extendió la mano para ayudarme pero lo ignoré, bajando de un salto.

Las estrellas, como todo el mundo sabe, emiten luz propia. Es una luz tan intensa que no puedes mirarla fijamente, es una luz que atraviesa la oscuridad y la destruye. Es una luz que enamora porque no depende de nada ni de nadie, porque es libre, porque es y será así esté donde esté. Pero tienen un problema se mantienen en combustión y se destruyen a si mismas, y aunque me gustaría pensar lo contrario lo único eterno es la oscuridad. Por eso son tan bellas, tan únicas, raras, frágiles, pero inolvidables.

RBD... Una nueva historia de amor.Where stories live. Discover now