En busca de un padre

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Capítulo 4

-Que paso Fer? – le preguntaron sus amigas.
-Ese que está ahí – dijo señalando a Dionisio- es el ruco al que le destroce el coche.
-Y que hace aquí? – pregunto Valentina
-Yo que sé, y aparte me hace gestos – viendo que Dionisio la llamaba con la mano para que se aproximara – es que estoy pagando una cara con este hombre caray.
-No vas a ir o sí? – le dijo Ximena
-Pues…
-Hay no Fer, no estás trabajando, no puede obligarte.
-No tienes que verte grosera Fer – le dijo Romina – ve, saluda al ruco ese y luego vienes
-Romina la correctita – dijeron todas las chicas al ver la expresión de seriedad de su amiga.
-Tiene razón – dijo Fernanda – además mi mamá anda por aquí y no quiero broncas con ella hoy, voy y vuelvo – dicho esto se levantó y se tiro un clavado y nado hacia el otro lado de la piscina.

-Que paso? – pregunto ella saliendo de la alberca.
-Toma – le dijo ofreciéndole una toalla para que se secara.
-Solo para quedar claros, no estoy trabajando – le dijo tomando la toalla que le ofrecía – y si necesita café o un coctel para eso hay meseros yo estoy de fin de semana y no…
-No te llame para que trabajaras – dijo el tratando de controlarse – mi hija Camila quiere hablar contigo.
-La del otro día? – le pregunto mirándolo.
-Si.
-Sobre? – pregunto.
-Creo que es algo sobre el concejo que le diste sobre el currículo.

Dionisos le hizo un gesto cortes para que fuera con él hasta la mesa dejándola pasar primero, sonrió para sus adentros apenas vio que la joven ponía los ojos en blanco, entonces ella le dio la espalda y él pudo observar sobre uno de sus hombros un curioso lunar que recordaba con mucha claridad.

-Fernanda! – la saludo Camila cuando la vio llegar – que gusto verte.
-Si me mandaste a llamar es porque sabes quién es mi mamá y quieres algo a cambio verdad? – le dijo ella mirando a la joven
-Eres muy astuta – le dijo Camila sonriendo – sí, tienes razón en lo que dices, pero siéntate, quiero que me ayudes.
-Si yo te ayudo, tú me ayudas – dijo Fernanda mientras se sentaba al lado de la joven.
-Estas chantajeándome – dijo Camila mirando a la altiva muchachita.
-No, estoy negociando contigo, yo te ayudo con tu book de fotos y tú me ayudas con una mensualidad del pago de la reparación del coche de tu padre.
-Hay, nada de eso niña, ese dinero me lo debes tu a mí – le dijo Dionisio a Fernanda.
-Y yo necesito el dinero para pagarlo- le contesto Fernanda a Dionisio-  es una compensación yo hago tu book de fotos y te doy un empujón y tú pagas una mensualidad de lo del coche.
-Cuanto es la mensualidad? – pregunto Camila
-Ochocientos dólares – dijo Fernanda.
-Y como sé que tu trabajo es bueno? – pregunto Camila.
-Traje mi cámara profesional aquí conmigo y tengo algunas fotos de los álbumes que he hecho para casa Victoria, puedes verlo y además te invito a cenar a con mi mamá, créeme le va a dar gusto ver al hombre que ha puesto a su hijita adorada en el buen camino – dijo sonriendo.
-Eres una pequeña insolente – dijo Dionisio – pero si quieres esos ochocientos dólares, yo también tengo que ver tu trabajo, no quiero problemas contigo jovencita.
-No soy una estafadora – dijo ofendida – puede que no sea la mejor mensajera en su empresa, pero créame soy la mejor en todo lo que hago, el mismo pipino pide mi opinión y mi concepto para montar la publicidad en casa Victoria – mirando con furia a aquel hombre.
-Hay calma – dijo Camila – ustedes dos tienen un temperamento muy parecido, tenemos un trato Fernanda, nos vemos en la noche.
-Ok, nos vemos – levantándose de la banca y dándose la vuelta- por cierto – dijo devolviéndose a mitad de camino – Esto es suyo – tirándole la toalla al rostro a Dionisio quien logró atraparla en el aire y la fulmino con la mirada.
-Sí que tiene carácter esa niña – dijo Camila sonriendo – me agrada, se parece a ti.
-Es una muchachita malcriada eso es lo que es.

Fernanda le conto sobre Camila a Victoria, quien siempre había sido escéptica a ese tipo de recomendaciones, pero si Fernanda insistía era porque veía potencial, su hija a pesar de ser joven tenía una buena visión para la publicidad y los negocios y como estaban las dos de buen humor acepto.

Eras tuWhere stories live. Discover now