Capítulo 5

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Me van a salir unas estrias horribles. Hace unos días no me entraba nada porque tenía unos kilos de más y ahora me viene todo grande. Incluso le he tenido que pedir un vestido a Lauren... Si lo hubiera sabido, habría llenado la maleta.

No me extraña mi bajada de peso. Siempre he comido normal, sin excesos, y he sido muy delgada; ha sido durante este curso que he engordado a causa de la ansiedad de los estudios. Y ahora he adelgazado más de lo normal porque no tengo ganas de comer nada. En general, no quiero hacer nada.

Me siento desganada, mareada y sin fuerzas. Me encuentro fatal, incluso están disminuyendo mis deseos de permanecer aquí.

Tengo un plato de tortitas delante y ni siquiera lo he tocado. Es raro pero me entran arcadas con solo pensar en meterme un trozo de comida en la boca. No me quiero ni mirar al espejo, cosa que antes era uno de mis pasatiempos favoritos. Antes nunca me había enamorado de ningún chico, eso es cierto, pero sí de mí misma. Y ahora ni eso. Es como si hubiera dejado de sentirlo todo de la noche a la mañana, y me importa tan poco el aspecto que tenga ahora mismo... Solamente me apetece estar tumbada horas y horas sin saber nada de nada ni de nadie.

—No puedes seguir así, Evelyn.

—Estoy bien —es la frase que más he repetido durante las últimas horas y la que más mentiras contiene.

Sé que lo único que están haciendo mis amigas es preocuparse por mí y debería pensar un poco más en ellas, pero me cuesta hacer el esfuerzo de seguir con mi vida como si nada hubiera pasado. Yo misma fui la que quise distanciarme de Caleb y de Andrew, y nunca pensé que eso me conduciría a la situación en la que estoy ahora.

Pues sí que estaba enamorada, sí... Y lo peor es que presiento que no les importa cómo yo esté. Caleb me dijo que me quería pero ya ni me mira, y Andrew ha vuelto a ser el prepotente engreído que era cuando lo conocí. Ahora entiendo a esa voz que me prohibía dejarme llevar por mis sentimientos.

Me levanto. Quiero volver a mi cabaña y no salir hasta que termine el verano. Intento caminar recta pero me sorprendo a mí misma tambaleándome de un lado a otro. Tengo que aguantar, por muy débil que esté, al menos hasta estar fuera del comedor donde ya nadie me pueda ver. Acelero el paso pero al parecer eso me marea más y se me empieza a nublar la vista.

Esto no puede estar pasando. No quiero que nadie me vea así... «Venga, que ya no queda nada.»

Doy unos cuantos pasos más pero ya no me quedan fuerzas y las piernas me empiezan a temblar. Esto no me había ocurrido nunca y la gente debe de pensar que estoy borracha o algo así, pero es serio... tan serio que cuando me doy cuenta ya no veo nada.

~~

—Esto es culpa tuya. Tú no la quieres y ella te iba a elegir a ti.

—Claro que la quiero, joder. Déjame en paz. ¿Te tengo que recordar todo lo que le hiciste tú el año pasado?

—Yo actuaba por despecho, porque siempre te veía con ella. Eras un puto grano en el culo, Caleb... y ahora vas y te lías con otra.

—Cierra el pico, Andrew. No tienes ni idea de nada.

—Cerrad el pico los dos, que me estáis poniendo de los nervios.

—Jade, ¿qué le ha pasado? —La voz de Andrew ahora suena mucho más calmada y me atrevo a decir que guarda un rastro de tristeza.

No quiero abrir los ojos todavía. Me da mucho miedo lo que me pueda encontrar.

—No, ¿qué os ha pasado a vosotros? Si tanto os importa Evelyn, demostradlo, ella no es adivina.

Verano otra vez© (Verano #2)Where stories live. Discover now