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Johanna despertó, conmocionada y con un espantoso dolor en el costado izquierdo, en una habitación desconocida.

Soltó un gemido de dolor al intentar incorporarse, y de la desesperación, fundió el foco de la lámpara que alguien se había preocupado por dejar encendida.

Se sentía muy confundida. ¿Qué había pasado en París, con Raven y Erik? Y ni hablar de Hank, Charles o Logan, quienes la tenían más preocupada.

Además, ¿dónde diablos estaba?

Alzó su camiseta (la cual no recordaba haber llevado puesta antes) y se puso a llorar de tan sólo ver los vendajes arropar su abdomen, en los cuales la sangre era un poco visible aún.

Antes de que volviese intentar ponerse de pie, Hank entró a la habitación, con una bandeja en mano.

"¡Johanna!" Exclamó, entre un susurro de alivio y preocupación. Se arrodilló junto a la cama, dejando la bandeja (la cual traía más vendas y un envase con agua) en una pequeña mesa. Johanna sintió que el mundo era más hermoso, a pesar de la herida en su cuerpo y el hecho de que el futuro era un nudo ahora tras las nuevas acciones de Erik, con tan sólo ver sus brillantes ojos azules sobre los suyos. "Me tenías tan preocupado porque no despertabas. No pudimos llevarte a un hospital sin arriesgarnos, y yo creía que..."

"Hank " ella murmuró, sonriente y aún llorando. Y es que la simple imagen de Hank la hacía sentirse feliz.

Hank le quitó las lágrimas con el dorso de la mano. Sus caricias derritieron a Johanna.

El televisor que estaba dentro del cuarto se encendió de golpe.

Las noticias mostraban a Erik, Raven y a Hank, en la calle.

Johanna jadeó al ver como Erik atraía a Raven por una bala en su pantorrilla y volvió a llorar, pero de impotencia, al presenciar como la hermosura de Hank McCoy, transformado en Bestia, era sujetado por Erik entre los adornos de una fuente, como una exposición al público.

Hank agachó la mirada y Johanna apagó el televisor con tan sólo alzar los dedos.

"¿Dónde está ese maldito bastardo?" Inquirió, notablemente molesta. Hank negó. "Voy a encontrarlo y lo freiré."

"Escapó, al igual que Raven" murmuró él. "Mañana habrá una exposición de Centinelas en la Casa Blanca" hizo una mueca, alzando el rostro. "Parece que no hemos logrado nada."

"Erik estará ahí mañana."

"Lo imaginamos" suspiró. "Pero aún así, Raven podría atacar a Trask en cualquier momento y la necesitamos para esto. Además, estás herida y Logan muy apenado por el accidente."

Arrastraba las palabras, como cansado, como avergonzado.

"Hank" Johanna le tomó de la barbilla, obligándolo a mirarla a los ojos. "Eres perfecto" Hank no sonrió. "Puede que ellos no se den cuenta, o de que tú tampoco lo hagas, pero lo eres. Eres tan perfecto y hermoso que no entiendo cómo es que el mundo no está lleno de personas como tú."

Johanna se acercó más a él. El movimiento le arrancó un chillido de dolor.

"Debes descansar" Hank sugirió, sin separarse un sólo centímetro de ella. "Tus heridas son profundas."

East Harlem; Hank McCoyWhere stories live. Discover now