El día en que nos conocimos

1.- ¿Sweet Sixteen?

-Feliz cumpleaños, pequeña Liv- es la forma en la que papá intenta despertarme un hermoso día domingo cuando en verdad ya me había despertado hace un rato. 

Lo que dice papá es cierto. No la parte en la que soy pequeña porque eso claramente no lo soy. Hoy es mi cumpleaños. Cumplo dieciséis años. ¿Me importa? No realmente. La mayoría de las chicas en mi situación estaría saltando en un pie para celebrar este día. ¿Yo? Pues yo solo quiero llorar y que este día se acabe.

Desde que tuve consciencia de mi historia odie mi cumpleaños con todo mi corazón. Eso fue cuando tenía ocho años. Un poco joven para odiar mi propio cumpleaños, ¿no creen? pero era inevitable. El día de mi cumpleaños  coincide con el aniversario del día en que mi propia madre murió. 

Papá y mi tío Ash siempre intentan decirme que a pesar de todo debería celebrar mi cumpleaños con una sonrisa en la cara. Que debería aceptar los regalos que me da la gente y dejar que ellos me organicen una fiesta de cumpleaños. No lo entiendo. De verdad que no lo entiendo. ¿Cómo ellos pueden celebrar mi cumpleaños o siquiera pensar que es posible celebrar un día así? 

Lo que menos estoy pensando hoy es que se cumple dieciséis años desde que mi madre murió. Hoy es el día en que cumplo la misma edad que tenía ella cuando murió. Soy más grande de lo que ella fue cuando quedó embarazada de mí. En un año más, seré más grande de lo que alguna vez ella fue. 

No puedo celebrar este día. Por más que mis amigos y familia me lo pidan, no puedo celebrar mi cumpleaños.

Abro los ojos, porque los tenía cerrados aunque no estaba durmiendo, y miro a papá con mala cara. Él y yo tenemos una muy buena relación y por eso no me gusta pelearme con él, pero sé que este día es inevitable hacerlo.

-No me mires así, Libby- me dice mientras se sienta en la orilla de mi cama- Es tu cumpleaños, no me puedes pedir que no celebre el día en que naciste, hija.

-También es el día en que mamá murió- respondo con la voz inevitablemente ahogada.

-Sé eso, Liv. Mejor que nadie, pero la vida sigue. Tú vida sigue

Ese es un argumento que no le puedo debatir. Cada año que pasa papá encuentra mejores argumentos para esta discusión. Ya van ocho años que tenemos este problema este día.

Me siento demasiado cansada como para pelear así que solo dejo que papá me abrace. Me dan ganas de llorar y decirle que quiero a mamá junto a mí este día, pero eso sería demasiado egoísta de mi parte. Mi papá extraña a mi mamá. Estoy muy segura de eso. Tiene una foto de ella enmarcada colgada en la pared de su habitación y lo he visto acariciar esa foto antes de ir a dormir. 

-Eres lo único que me queda de tu madre, Liv- me dice con voz ahogada y eso hace que me sienta con más ganas de llorar- Déjame celebrar contigo este día, hija.

-Me estas manipulando, papá- le digo con una mezcla de risa y llanto

-¿Está funcionando?

-La verdad es que si

Deshacemos el abrazo y él me da un beso en la cabeza. Muchas veces he recibido el odioso comentario de si Carson Peters es realmente mi padre. No nos parecemos mucho, pero tengo sus ojos y muchas actitudes de él. Casi todo mi parecido es con mi mamá. Tengo el color de su cabello, su contextura y los labios. Además, tengo el cabello de mi tío Ash. 

Mi tío Ash y yo somos muy parecidos. Algunas personas dicen cuando me ven con él que parezco su hija, pero los únicos hijos que él tiene son mis primos, mis mellizos. Ariana y Michael, un par de niños de diez años que son como mis hermanos menores. Los amo demasiado y los protejo como si fueran mis propios hijos.