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Cameron dejó de golpear la puerta hace unos minutos. Pero aún siento su olor del otro lado. Quiero que me deje en paz, es peligroso para una beta atraer a un alfa, es arriesgado y estúpido porque los alfas sólo deberían fijarse en omegas. Son la pareja perfecta.

–No voy a irme hasta asegurarme que estés bien –dice él del otro lado, como si hubiera leído mis pensamientos.

–Vete –respondo al instante, estando recostada por la puerta y abrazando mis piernas.

–Puedo oler tu tristeza, abre por favor. –Es su alfa interior el que siente que debe protegerme. No él.

–No. –Escondo mi rostro entre las piernas. Es por el bien de ambos. Cameron guarda silencio por un momento hasta...

–Lo siento, de verdad. –Luego escucho como me ordena abrir la puerta con su voz de alfa. Inevitablemente reacciono por instinto y quito el seguro de la puerta. Me alejo un poco cuando él entra a la habitación, sus ojos se ven rojos y sus manos tiemblan.

–¿Estás...? –pregunto bajando la mirada a mis pies.

–No. –Niega dando unos pasos lagos hacia mí para terminar escondiendo su rostro en mi cuello–. Ya no puedo... –Su aliento choca contra mi piel, provocándome cosquillas y escalofríos.

–Pero soy beta –murmuro mientras trato de soltarme de su agarre.

–Seas beta, alfa u omega, no importa. Mi alfa interior me ordena estar a tu lado. –Confiesa alejándose sólo un poco–. Al colocarte ese collar, me volví loco. –me explica levantando mi mirada suavemente.

–No, basta. –Doy unos pasos hacia atrás mientras empujo su pecho para alejarlo–. Simplemente pasaré su celo con usted y luego-

–No podría. Eve, no me hagas esto, e-estás nerviosa y lo entiendo –murmura tomando mi mano, olvidé que él puede olerme como si fuera una omega.

–E-Es por nuestro bien. No quiero que nada malo suceda, eres alfa. –Me alejo de Cameron cuando él intenta acercarse.

–¿A qué le tienes tanto miedo? Juro que nadie se atreverá a separarnos.

Él termina acorralándome contra la pared de la habitación. Su aliento se mezcla con el mío mientras me mira fijamente. Creí que me tomaría de los brazos y me arrojaría a la cama. Pero solo permanece allí, esperando alguna respuesta.

–Es que somos muy diferentes, ¿qué dirían las demás personas? Además... Y-Yo tenía una amiga. –Doy una profunda respiración para poder calmarme y seguir–. Ella estaba enamorada de un alfa y era correspondida. Tuvieron una cita y él entró en celo... Mi amiga lo ayudó pasando todo ese día junto a él. Pero como no era omega, no lubricaba lo suficientemente y sentía mucho dolor. Lo peor fue c-cuando el alfa intentó crear un lazo. La mordió tantas veces que... que le desgarró la garganta. –Para entonces mis lágrimas ya estaban bajando por mis mejillas, incontrolables. Cameron abre sus boca para decir algo. Pero opta por quedarse callado.

–Él... –continúo con la poca voz que me queda–. La amaba de ve-verdad. Pero n-no pudo... controlarse, no soportó perderla y se quitó la vida esa misma noche. –Finalizo agachando la mirada. El alfa continúa en silencio y me atrae hacia él para darme un fuerte abrazo.

–Lo lamento.

–Es imposible, entiende.

–Eso no pasará con nosotros... lo prometo –susurra acariciando mi cabello.

–Pero t-tampoco habrá un lazo entre nosotros... ¿Pensaste en eso? –le recuerdo correspondiendo su abrazo. Me aferro a su pecho para llorar, necesito desahogarme.

–También era imposible oler a un beta –murmura Cameron apoyando ligeramente su nariz en mi sien–. Deberíamos intentarlo, digo, si quieres –agrega alejándose un poco para mirarme a los ojos. Empieza a dejar cortos besos en mi piel, comenzando por mis mejillas húmedas, con destino a mi cuello. No respondo, simplemente muevo mi cabeza a un lado, dejando la zona expuesta.

Él sonríe y lleva sus manos hacia la hebilla del collar para quitármelo, sus dedos tocan mi piel y puedo sentir la suya ardiendo a causa del celo. El accesorio rojo cae a la alfombra y las manos de Cameron se apoderan de mi cintura, dejándome apegada a su cuerpo mientras comienza a besar mi cuello con delicadeza. Pero se detiene por un momento de lucidez.

–No quiero lastimarte de nuevo –susurra llevando una de sus manos a mi mejilla.

–No lo harás –respondo luego de soltar un suspiro, dándole confianza para seguir.

El alfa acerca sus labios a los míos para darnos nuestro primer beso. Lento y sin apuro, luego baja de nuevo hacia mi cuello. Prueba raspando sus dientes por mi piel suavemente, hasta que me saca un gemido incontrolable. De repente muerde con fuerza en la unión de mi cuello y hombro. Contengo un grito de dolor y trato de respirar profundamente, mientras Cameron lame la marca gentilmente. Él quita todo rastro de sangre de mi piel y reparte besos por toda la zona y mi rostro.

–Soy tuyo –susurra mirándome fijamente para luego volver a besarme.

–¿C-Cómo?

–Ya hablamos suficiente, entonces... –Une nuevamente sus labios con los míos. Ahora su lengua busca la mía con movimientos lentos que me arrebatan en aliento.

Es la primera vez, desde lo que pasó, que vuelvo a sentir la misma sensación recorrer mi cuerpo, cada esquina, desde mi cabeza hasta la punta de mis pies. Esto apenas comienza y ya me siento desfallecer.

Al día siguiente despierto cuando la luz del sol me molesta los ojos, la mañana está muy fría y sólo tengo puesto mi pijama, que consiste en un pequeño shorts y una camiseta vieja. Es lo que encontré cuando pude librarme del alfa hace unas horas. Por suerte, debajo de mí tengo un cuerpo que comparte su calor conmigo, su espalda es ancha y muy suave al tacto.

–Buenos días –murmuro en su oído suavemente. Cameron hace una mueca y abre primero un ojo para mirarme. Sonríe mientras me acurruco sobre su espalda, ambos dormidos abrazados en la cama luego de unirnos. Él no responde, en su lugar gira de un rápido movimiento y me coloca sobre su pecho. Una vez acomodados, comienza a olfatearme el cabello y lame la marca de mi cuello con cuidado. Parando de vez en cuando al sentir mis quejidos.

–¿Qué quieres para desayunar? –me pregunta sin separarse de mi cuello.

–Yo debería preguntar, debo traerte el desayuno –contesto haciendo una mueca. Esto es un poco incómodo.

–Eso se terminó, ahora te servirán a ti –murmura acariciando mi cintura con sus manos.

–No, además no puedo estarme quieta sin hacer nada. –En ese momento siento su erección contra mi pierna, él sonríe y lame mi mejilla.

–¿No estás agotada?

–Eh... Ya es tarde.

–Bien, haremos el desayuno los dos. Mmm... –Termina suspirando, porque froté su erección al intentar levantarme. Sus manos toman mi cintura suavemente y comienza a moverse hacia adelante y hacia atrás–. S-Sigue...

–No dijiste por favor. –Dejo un beso en su pecho y me separo de él para colocarme mi uniforme.

–¿Me dejarás así? Eso es cruel.

–Tu celo termina esta tarde, ¿no? Podremos seguir después.

–Suena bien, pero... –suelta en un tono frustrado mientras se pone de pie para colocarse su camiseta.

–Todavía no sé cómo los demás tomaran esto. –suspiro y veo el collar en el suelo. Decido ponérmelo de nuevo, mientras siento las manos de Cameron en mi cintura. También es poco chocante para mí.

–Ellos no importan –susurra dejando un beso en mi nuca y termina ayudándome con el collar.

Versión BetaWhere stories live. Discover now