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-—Dile, Darcy, dile a tu madre que eres mesera de ese estúpido bar —gruñó molesto.

Me investigó, pero no me investigó tan bien.... Si hubiese descubierto que realmente soy dueña de Summerland y de las carreras. Tal vez me hubiera metido a la cárcel.

— Pues si, trabajo ahí ¿qué de malo tiene? —escupí.

Mi madre negó. Y decidí irme de la casa....

✿ • ✿ • ✿

Llegué a mi departamento y tocaron a mi puerta, abrí y era Scott. Lo hice pasar.

— ¿Qué encontraste?  —dije mirando el sobre que llevaba.

—Es tu padre ¿no es así? —yo asentí avergonzada—. Bueno pues al parecer tiene otra familia. Mira

No me sorprendió, mi padre es una persona sin sentimientos. Scott me mostró unas fotos de mi padre entrando a un departamento y era en mismo edificio donde vive Niall.

—¿Qué habitación es? —dije aún mirando las fotografías todavía.

—Es la mil novecientos noventa y ocho —asentí.

—Gracias —fingí sonreír.

Se despidió y se fue de mi apartamento, minutos después fui directo al departamento de Niall.

✿ • ✿ • ✿

Llegué al edificio, me quite el casco y dudé en entrar. Pero me decidí a ir. Entre en el ascensor y subí al piso veintiséis, los minutos en el ascensor se me hicieron eternos. Para cuando las puertas del ascensor se abrieron, dejaron al descubierto a Niall. Estaba parado esperando al ascensor.

—Sé que soy irresistible, pero no es para tanto —rió burlón.

Yo salí del ascensor.

—No estoy de humor Horan —lo empujé por el pecho.

—¿A dónde vas? —me miró con detenimiento.

— No te importa y en serio, debo irme —me alejé, pero me tomó del brazo.

—No te soltaré hasta que me digas a donde vas —exigió. Mientras apretaba el agarre.

—Es algo que no te incumbe —me zafé del agarre.

Me miró con enojo y mejor me fui. Mientras caminaba miraba el número de las habitaciones 1994, 1995, 1996, 1997 y por último la más esperada 1998. Tomé una bocada de aire y toque a la puerta, espere cinco minutos y una mujer como de treinta años me abrió la puerta, con una sonrisa.

— Hola, ¿en qué puedo servirte? —dijo amable.

Tragué duro. No sabía que decirle.

— Soy una empleada del señor Bradley Junghreyt ¿se encuentra? —pregunté.

—Eh, no, yo soy su esposa, ¿qué quería con mi marido? —apreté los puños.

¿Le dijo “Marido”?

—Era un asunto sobre trabajo —expliqué. Estaba apunto de irme cuando vi a dos pequeños salir detrás de sus piernas, y ambos se parecían a Camila.

—No puede ser —arrastré mi palabras en un murmuro.

—Mami, tenemos hambre —dijo la niña de aproximadamente cinco años.

—En un momento, cielo —dijo mirándome.

—¿Ellos son sus hijos? —pregunté.

—Si, ellos son James y Camila —dijo con una sonrisa en los labios.

Maldito imbécil, le puso el nombre de Camila

—Él señor Bradley ya me había hablado de ellos, pero nunca pensé que fueran tan lindos —mentí.

—¿En serio? —yo asentí.

—Son tan lindos —me acuclillé para mirar mejor a los gemelos.

Ambos tenían su cabello castaño, mejillas ligeramente rosadas, nariz respingada, lo único diferente entre sí, eran sus ojos, ella los tenía azules y James grises.

—Mami ¿podemos ir a comer pizza? —preguntó el niño con timidez.

—No, cariño —acarició su cabellera.

—Los invitó a comer ¿qué dicen? —dije con una sonrisa en mi rostro.

De alguna manera tenía que saber más de ellos.

—Lo siento, pero no podemos aceptar —dijo la mujer con una pequeña sonrisa.

—Andale mami, por favor —insistió Camila jalando de sus pantalones.

—Por favor, acepten —insistí yo.

—Esta bien —sonrió.

Salimos a comer a un restaurante de pizza, los niños jugaban en los juego, y debo admitirlo, esos niños eran realmente lindos, ellos no tenían la culpa de nada, después de todo ellos son inocentes. Lo único que no perdonaré es que ella se haya hecho llamar esposa, eso me hierve la sangre.

—Quiero conocerte, me caíste muy bien —dijo la intrusa.

—Oh, ni siquiera nos hemos presentado, me llamo Jeyde Carter —extendí mi mano para estrechar la suya.

—Y yo Lauren Colins —dijo estrechando mi mano.

Y ese fue el primer día que salimos, días después iba visitarlos, pero con la condición de que Bradley no se enterará.

She Is Mine |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora