Christian Grey esta vez para poder aumentar su fortuna e imperio, necesita ser el dueño de la empresa Steele House, ha intentado de todas las maneras comprarla, pero el señor Steele se niega a vendersela, le ofrece regalarsela a cambio de casarce co...
Llego a la casa Steele, toco la puerta y me abre una amable señora.
—Buenos Dias, ¿Necesita algo?
—Buenos Dias, soy Christian Grey
ella abre mucho los ojos y se hace a un lado para dejarme entrar, paso y me lleva directo a la estancia.
—En un momento lo atienden, el Señor Steele no esta.
En este momento el que menos me importa es mi suegro.
—¿Y la Señorita Steele, tampoco se encuentra?
Lo que mi importa es Anastasia, asegurarme que la chica que se besaba no era ella.
—Aqui estoy Señor.
Una dulce voz me Habla, me giro sobre mis talones y lo que veo me deja atonito.
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Abro mi ojos con sorpresa,la recorro con la mirada ya que sera mi esposa, sonrio con satisfaccion que suerte tengo, ella me ve extraño pero es normal me estoy comportando como un completo estupido pero con esta mujer es casi imposible no hacerlo.
Me acerco a ella y como todo un caballero beso su mano, siento una corriente pasar por todo mi cuerpo.
—Un gusto señorita Steele, soy Christian Grey.
Ella se sonroja, es bueno saber que tengo efecto sobre ella.
—El gusto es mio Señor Grey, digame Anastasia o Ana por favor.
Wow no llevo ni 5 minutos y ya puedo tutearla esto va mejor de lo que pense.
—Solo si tu me dices Christian—le digo con una sonrisa grande.
—Pero que maleducada soy, toma asiento Christian por favor.
Nos sentamos los dos juntos.
—Asi que estas de vacaciones o solo vienes por negocios?
—Pues veras Anastasia es un poco de ambos, pero espero llevarme grandes satisfacciones de este viaje.
—Ya veo, pues si quieres salir o distraerte solo tienes que decrilo.
Pienso invitarla a salir, para poder seguir ganando terreno, pero una voz conocida nos interrumpe.
—No puedo creer que haga tanto calor.
Es mi suegro que entra a la estancia y al verme abre grande los ojos, mas al verme con su hija.
—Christian, pense que llegarias mañana.
—Pues ya vez Ray, como dicen por que hacer mañana lo que puedes hacer hoy.
—Tienes mucha razon.
Se acerca y aprieta mi mano.
—Veo que mi niña te acompaña.
—Si Ray estoy muy bien acompañado.
Ana y yo nos voletamos a ver y sonreimos.
—Ya veo, bueno pues Ani dale un recorrido por lo hacienda, lo haria pero tengo cosas que arreglar con el señor Rodriguez.
Ray se retira a su despacho.
—Bueno pues empesemos, pero para hacerlo hay que cambiarnos.
Me levanto y le doy mi mano para que se levante, caminamos yo voy delante de ella, me giro para verla y le sonrio, al parecerer esta tan distraida viendome ya que trapiesa con nose que, haciendo que caiga encima de mi.
Me tenso por que cae en mi pecho, pero curiosamente no siento miedo que me toque, nos quedamos viendo no pierdo el tiempo y me acerco para besarla, pero un carraspeo arruina el momento y hace que nos levantemos.
—Permiso Señorita Steele, voy hablar con su padre.
—No Jose espera.
El hombre se detiene, ella me voltea a ver.
—Christian vete poniendo ropa mas comoda, en un momento te alcanzo.
Abro la boca para reclamar, pero decido quedarme callado ya que no gano nada, simplemente asiento y me voy.
Ana me alcanza y salimos con ropa mas comoda,me lleva a las caballerisas esta muy callada en sus preciosos ojos se ve tristeza.
veo que toma un poco de eno y se lo da a una preciosa yegua blanca, mientras la acaricia.
—Anastasia, ¿Quieres salir a montar un rato?
Ella me voltea a ver y intenta sonreir y asiente.
—Claro busca algun caballo, te espero afuera.
Voy Avanzando y veo un caballo que roba mi atencion, es precioso.
Tomo las cosas para prepararlo y se ve que es muy docil abro su corral y lo saco, lo monto y cabalgo hacia donde Ana esta con su yegua blanca.
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—ANA
Le hablo para que vea, que ya sali, al verme abre los ojos muy grandes y sonrie, borrando la tristeza de sus ojos.
—Dios santo Christian, como le hiciste para montarlo?
Su pregunta me confunde, si fue muy facil este caballo es muy docil.
—Pero si este caballo, es muy docil.
Ella sonrie a un mas.
—Al parecer ya encontro a su jinete.
—Ana, yo se que no nos conocemos, pero me gustaria saber que pasa, desde hace rato tus ojos estan muy tristes no me gusta verte asi.
No se de donde salieron esas palabras, simplemente necesitaba decirlo.
—Problemas, pero no quiero aburrirte con ellos, mejor hay que distraernos si.
Sin decir mas el caballo sale corriendo, y yo detras de ella, persiguiendola para que entre en mi vida.
Muñecas aqui les dejo otro capitulo el siguiente se los doy a los 30 votos.
