Agape

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Agape
Un novio lindo, dulce y educado.

Otabek se pasea de acá para allá.
En pocas horas abordaran el avión que los llevara juntos,  por primera vez, a Kazajistán, específicamente a Almaty, la cuidad natal del mayor.
Tras 6 meses de noviazgo y bajo la continua insistencia de la madre del kazajo, al fin conocerán al dulce y educado,  novio de su hijo.
Yuri ama a su Ota y por él hasta se portará bien, claro que aquello tampoco le era tan difícil, solo debía adoptar su lado lindo. Su lado Agape.

-Cálmate Beka,  todo va salir bien- le decía a su novio.
Ya era la quinta vez que volvía a chequear todo.

-¿Crees que deba hacerme una trenza o dejar mi cabello suelto?- preguntó.
Sin embargo, no se escuchó  ninguna respuesta.

-¡Otabek Altin!-
Y cuando Yuri, lo llama por su nombre  completo es cosa seria, muy seria.

-Mmm ¿dime?- dijo al fin.
-¿Me puedes ayudar a peinarme?- volviendo a usar ese tono lindo, que simplemente derrite al mayor.

Aquél,  dejo de revisar las cosas por sexta vez y puso atención.
-Como sea te ves hermoso- un leve sonrojo se apodero de sus mejillas- pero déjalo suelto y si quieres te hago una pequeña trenza.

Dentro de todas las cosas que ama Yuri de su  novio, es el hecho de que peine su cabello.

Lo hace con tanta delicadeza y dedicación, que es un deleite.
Otabek, antes de terminar, deja un pequeño beso en la cabecita rubia, para luego continuar con su rutina de pasearse de aquí para allá.

Para Yuri su lado Agape, no va de la mano a su estilo favorito animal print.
Por tanto, escogió algo más sencillo; Un blue jeas y una polera color verde que hacía juego con sus bonitos ojos verde-agua, sus zapatillas regalonas y una chaqueta de mezclilla oscura.

Horas más tardes,  llegaron Almaty, siendo recogidos por los padres del moreno.

Ellos los recibieron con los brazos abiertos.

Más bien a Yuri,
La mamá de Otabek, lo abrazó tan apretadamente que creyó que moriría.
El padre le dio un tremendo apretón de manos, junto a un abrazo empalmado.
Y la pequeña hermana, no escatimó en miradas lindas.
Por su parte Otabek, sabía que en cuanto  su novio pisara sus tierras, el perdería todo ese protagonismo, con el que acostumbra a ser recibido en Almaty.

¡Es que este chico es un encanto!

-Cuando Beki nos contó que estaba de novio contigo, mi niño,  ¡Sonreía y sus ojitos brillaban!- le decía , la madre emocionada,  mientras le apretada sus mejillas.
-¡Mamá!- El kazajo empezaba a sonrojarse.
-Es verdad, ¡El no para de hablar de ti, cada vez que viene!- la hermanita comentaba  muy contenta.
-¿Es cierto eso? Amor- preguntó dulcemente el menor.
-Awww –suspiraban madre e hija.
Y Otabek, quien ya estaba rojito, se escabulló yendo donde su padre,  antes que siguieran hablando de él.

Las mujeres de la casa Altin, están encantadísimas con el muchachito.
Ellas felices con que su yerno las acompañara a todos lados, y Yuri feliz de saber chismes de su Beka, antes de ser novios.
Por ejemplo, descubrió que Otabek, se juntaba con los chicos malos de su clase, durante su época escolar. 
Y si no fuera por hecho de que era el primero de la clase, lo habrían expulsado.
Por lo mismo, ellas estaban muy agradecidas que ese lindo chico rubio,  lo llevará por el buen  camino.
Desde amigos y ahora de novios.

Otabek nunca pasó, tantos días sin Yuri, aquel muchacho era absorbido por las mujeres de la casa, por lo que pasaba muchas horas conversando o ayudando a su padre.
-Seguro que si las hacemos escoger, entre nosotros o tu novio. ¡Lo escogen a él!- le comentó divertido.
Y rieron juntos.
-¿Lo amas mucho?- le preguntó, de repente. 
-Muchísimo- contestó Otabek, muy decidido.
-Se nota hijo  y eso me hace muy  feliz.

Aquella noche,  la última que los novios pasarían en Almaty, salieron a caminar por las calles de la cuidad.
Iban de la mano, caminando en un cómodo silencio,  hasta sentarse en una banca del parque.
El menor se sentó en el regazo de su novio,  acurrucándose en su pecho.
Mientras aquél lo abrazaba,  acariciado su espalda.

-Te extrañe  mucho gatito- susurra,  en su cabello.
La piel de Yuri se erizo, adora que lo llame así.
Deja un corto beso en sus labios, para luego volver  a acomodarse cual gatito.
-También te extrae mucho, osito.


El amor Agape de Yuri,  es un amor incondicional, reflexivo.
Que  procura siempre el bien de su ser  amado.

Ser capaz de entregar todo sin esperar nada a cambio.

Tres Yuris Para Un Solo OtabekWhere stories live. Discover now