NARRA EMILIANO
Suena la maldita alarma del despertador que esta sobre el librero a un costado de la cama,me levanto de mala gana para apagar esa maldita música de ópera que emanaba del reloj viejo que me habÃa regalado mi madre en mi cumpleaños número 6 que,de hecho,era mi último recuerdo que tengo de ella. En ese tiempo cuando mis sueños de ser un gran cantante era lo único que me importaba. Pero ya no me interesa en lo mas mÃnimo.
-Emiliano vas a llegar tarde a la Preparatoria nuevamente-grita mi padre desde la planta baja, con su tÃpica voz de de lÃder polÃtico dando un discurso malÃsimo sobre las cosas buenas que ha hecho.
Mi padre es el señor Christopher del Real, el Alcalde de esta asquerosa ciudad a la cual odio desde que tengo memoria. Ni siquiera recuerdo el motivo por el cual la odio, solo lo se y punto.
Me levanto de la cama para dirigirme a mi baño y asearme un poco, me lavo los dientes, después lleno la tina de baño con agua muy caliente y le agrego sales aromáticas. Me meto a la tina y me dispongo a relajarme un poco mientras tomo mi muy merecido baño. Me froto mis delgadas pero bien trabajadas piernas con una esponja, el contacto de la esponja con mi piel me relaja y me excita.
Salgo antes de que me corra en la tina, me enredo una toalla blanca a la cintura y tomo otra para secarme el cuerpo; me dirijo a mi clóset y me dispongo a elegir el atuendo que llevaré hoy a la Preparatoria. Ser el chico más popular de la Preparatoria no es nada fácil, asà que tengo que lucir siempre super espectacular. Me pongo los boxers Calvin Klein azules y me quedo viendo el tatuaje que tenÃa en la pierna derecha hasta que recuerdo que tengo que asistir a la Preparatoria, me levanto de la cama donde me senté y me puse la ropa que elegÃ.
Me dirijo a mi gigantesco tocador color chocolate y me peino mi perfecto cabello y me quedo viéndome en el espejo como soy: mi piel era blanca, ojos azules, mi cabello castaño y un poco largo. Mi cuerpo luce genial con los jeans ajustados que le iban bien a mis piernas marcadas y la playera blanca que se ajustaba a mi abdomen y pecho, muy marcados y fuertes. Tomo mi chaqueta de cuero negra que le dará un look salvaje e irresistible a mi apariencia.
Bajo a desayunar al comedor y me encuentro a mi nana René cocinando, olÃa muy bien y se me hizo agua la boca cuando eché una miradita fugaz al sartén. Me asusté cuando mi nana me dio una leve palmadita en mi mano cuando intenté tomar un pedacito de tocino del plato de porcelana que tenÃa en la mesa.
-¡Deja ahà Emi!- Me dijo mi nana intentando sonar molesta. Se veÃa tan tierna con sus mejillas rosadas por el enojo. Ella era bajita, tenÃa su piel trigueña y en su cara se veÃa arrugada y cansada, su cabello color plata delataba su ya avanzada edad y su sonrisa era cálida, al igual que sus ojos color miel.
-Pero nana tengo muchÃsima hambre- Me frote el estómago y puse una cara de perrito a medio morir.
-¡Espera a tus padres!- Me dijo mi nana con un tono un poco mandón y me senté en el comedor de cristal a esperar a mis padres.
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LA MIRADA DE MI CHICO
RomanceBasada en una historia de amor real de la cual fui, soy y seré testigo...