Elsa Arendelle de Hamada, relatará como desde los 17 años comenzó a vivir ciertas cosas difíciles que marcaron su vida, después de tanto dolor, apareció un hombre quien cambiaría totalmente el rumbo de su destino.
Iniciamos con el trabajo grupal, el cuerpo con nerviosismo me delataba, por los ojos avellana de Tadashi puestos sobre mi, y esa sonrisa que mata, completaba el escenario. Yo también lo observaba, mientras que él volteaba a seguir dibujando los planos. No muy segura para hablarle, pregunte lo primero que se me ocurrió, realmente soy mala para iniciar una conversa, pero quería romper el hielo que sucumbió en el ambiente.
—Mm, ¿Cuál es tu comida favorita? — cuestionó Elsa.
Al preguntar, me sentí muy tonta por cuestionar.
—Soy muy fan de la pizza, pero claro cuido de mi alimentación para no caer en diabetes u obesidad, ¿y tú ?— mostró una sonrisa
—¡Oh!, eso es grandioso, ¡a mi también me agrada la pizza, y el chocolate!
—Sabes eres muy tierna
Me sonrojo de inmediato, no esperaba esa respuesta.
—¿Gustas de café?, mi tía Cass sabe hacer los mejores, por ello aprendí a prepararlo.
Iba a decir que si, pero no podía peligrar mi embarazo, el doctor quien me atendió esos últimos días, me prohibió por el momento tomar cafeína. Nadie, a parte de mi hermana y mis amigas, sabía que llevaba dentro de mi un bebé que ya lo amaba, y dude al responderle, por lo cual Tadashi habló de nuevo.
— ¿Hay algún problema?, ¿Eres alérgica al café? — la preocupación de Tadashi llamaba la atención.
No quería hacerlo sentir mal, así que pensé una respuesta rápida.
—No, no hay ningún problema, es solo que...— Lo miró a los ojos— estoy llevando un control con mi doctor personal, y tengo prohibido tomar café— su voz titubeante era evidente.
Solo tenía la esperanza que Tadashi lograra creerme, sinceramente, debía conocerlo más para poder contarle sobre el hijo que esperaba.
—¡Ah!, descuida querida Elsi, lo importante es cuidar de la salud, en ese caso — el pelinegro sonrió — ¿Puedo preparar un té para ti ?
—Me encantaría, un té es preferible .
Pasados los minutos, Tadashi me entregó un vaso de té con miel, la verdad creí que se molestaría, pero él es un amor de persona.
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Después, se hacía tarde para regresar a casa, la conversa con él era tan dulce que no me di cuenta de la hora, definitivamente Tadashi Hamada comenzaba a ser alguien muy atractivo para mi.
—Mm...ya es tarde, me debo ir — respondió Elsa dejando de lado su libreta.
—No te molestes, mañana podríamos seguir con el proyecto.
