Episodio 20.- Ataques.

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— Clem, Clem. . .—Susurraba Gabe en su oído.— ya hemos llegado.

Clementine abrió los ojos de par en par y noto que ya habían llegado a casa. Sus padres se estaban bajando del auto y después se percató de la posición en la que se encontraba con Gabe, se quito de inmediato y en seguida bajo del auto. Él chico hizo lo mismo, pero por la otra puerta.

— ¿Dormiste bien, cariño?—Pregunto su madre al bajarse. Parecía buscar cierta reacción especial.

— ¡Por supuesto que no!—Exclamó nerviosa. Su madre sonrió satisfecha y se dirigió a abrir la puerta de la casa, seguida por su marido.

— Tu madre ya me dio la bendición.—Dijo sonriendo Gabe.

— Cállate.—Replicó yendo a la entrada.

— ¡Eh, espera!—La detuvo tomando la muñeca de su mano izquierda.— ¿no me acompañaras?

— ¿No te quedaras a cenar?

— ¿Que?

— Mi madre aviso a tu casa que así sería. . . Supongo que no soy la única que se quedó dormida.

— Y yo supongo que te despertaste en algún punto del camino, pero preferiste quedarte encima mio.

— C-claro que no, vamos.—Dijo fingiendo molestia.

Ya dentro de la casa, Clem dejo el bolso que venía cargando desde hace un rato en el sofá que se encontraba en la sala de estar. Gabe se sintió incomodo y ella no tardo en notarlo, le hizo una señal para que lo siguiera y este hizo caso. Llegaron hasta el comedor, Clem nuevamente le señaló para que se sentara en una de las sillas mientras esta iba a ayudar a su madre con la cena.

Para suerte de Gabe, él padre de Clementine había ido al segundo piso. Aunque pronto esa suerte desapareció cuando lo vio bajar de nuevo. Se maldijo a sí mismo en voz baja y espero a lo peor. Vaya fortuna la que tenía al notar que este se había ido a la cocina, poco después Clem volvió de la misma con platos de comida en mano y comenzó a posicionarlos en la mesa.

— ¿Ayudo en algo?—Pregunto Gabe.

— No, tranquilo. Eres visita.—Dijo mientras iba a la cocina y volvía ahora con vasos llenos de agua de sabor e hizo lo mismo que con los platos.— Las visitas deben ser bien recibidas.

— ¿En qué ángel te han convertido tus padres?

— Me tomaré eso como un cumplido.—Dijo y se sentó a su lado.

— Lo era.—Murmuró tomando su mano.

— Deja, estamos en la mesa.—Mencionó separando su mano.

— Vaya, comienzas a aceptarme.

— ¿No querías que fuera más amable?

— Claro, pero no tan amable, a menos que realmente te guste.

— Agh, tu no tienes suficiente con nada.

— Bien, chicos—Dijo la mamá de Clem saliendo de la cocina riendo junto a su pareja con dos platos en mano, mientras su esposo traía los vasos.—. Ya podemos comenzar a comer.—Añadió y se sentó al igual que Ed.

Todos comenzaron a comer y no tardo mucho en escucharse los sonidos de los cubiertos chocarse contra los platos al tomar la comida.

— Oh, mamá—Dijo Clem, captando la atención de todos y dando un sorbo de su bebida para poder hablar bien.—, ¿recuerdas el día antes de que se fueran, que prometieron traerme cierta compañía a casa por un tiempo?

Su madre suspiro y río un poco, al igual que su padre.

— Lo siento, cariño, pero Sam no quiso venir.—Respondió su padre.

Tarde O Temprano, Los Cambios Siempre Llegan.(Gabentine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora