LIES

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[…]

Sábado sólo tenía trabajo al que ir y eso era todo mi día, y también tenía que ir a ayudarle a Brent a recoger el desorden de la fiesta de ayer, sacudi mi cabeza para quitar esos pensamientos.

— Me da un helado grande con chispas de chocolate y un pastelillo de zanahoria— ordenó el cliente con amabilidad.

— ¿Sería todo?— pregunté con la  nota en la mano, se la pase a Brent y el inmediatamente comenzó a hacer el pedido. 

En el Clementons contábamos primero y después llevábamos el pedido a la mesa.

— Serían 20 dólares — le dije con una sonrisa simpática. El me dio el billete de 20 dólares y de inmediato lo coloque en la caja registradora, mientras le di su ticket para saber lo que había ordenado.

— Si muchas gracias— agradeció y se fue a sentar a su mesa.

— Solo media hora más y comenzamos a limpiar, guardar la nieve en el congelador y nos vamos— comentó Brent mientras me entregaba con un sonrisa el pedido del cliente anterior, lo tome mientras asentía y se lo lleve al cliente.

— Un helado grande con chispas de chocolate y un pastelillo de chocolate— le repetí la orden mientras se la entregaba, el satisfecho agradecio y yo regrese con Brent.

 Media hora despues estábamos cerrando, Brent se encargó de barrer y yo de limpiar las mesas, cuando por fin terminamos guardamos el helado en el congelador y salimos por la puerta trasera del local.

— ¿Les dijiste a tus padres que vendrás a ayudarme? — pregunto Brent mientras subíamos a su coche.

— Si, ¿listo para romperte la espalda recogiendo vasos rojos en menos de dos horas?— le pregunté con diversión.

— Si—Dijo con humor.

Quince minutos despues de compartirnos chistes malos, quejarnos del trabajo y bromear llegamos a su casa, ambos bajamos y entramos al desastre. Nuestras sonrisas se borraron al ver lo que nos esperaba.

— Recuerdame esto cuando se me ocurra hacer otra fiesta— Dijo con horror, voltee los ojos y le tendí una bolsa negra.

— Menos quejas más acción — Dije comenzando a recoger los vasos del suelo, que en menos de un minuto ambos habíamos llenado nuestras bolsas pero aún faltaban muchos vasos. 

Ocho bolsas despues habíamos terminado de recoger todos los vasos, pero aun faltaba barrer, trapear y vaciar el agua de la piscina.

Recordé lo que había sucedido en el Clementons en la tarde.

Sherry entró por la puerta con sus dos amigas y una de ellas vino a hacer el pedido mientras Sherry y su otra amiga estaban en la mesa.

— 3 helados, dos napolitano y uno de fresa por favor — Dice la chica entregandome 15 dólares.

— Claro ya te los llevó — dije dándole su ticket.

Brent acababa de llevar el pedido del cliente anterior. Escuché que una de las amigas de Sherry dijo algo de que alguien le estaba poniendo el cuerno a alguien pero nunca supe quién, por que se giraron a verme, traté de esconderme haciéndome la tonta en el mostrador pero creo que no lo disimule muy bien.

— Hey Becca — me habló Brent.

— ¿Que quién mató a Alex? — dije en voz alta. Exacto, yo era de las chicas que pensaban una cosa de repente y cuando alguien te encontraba distraído pensabas en voz alta. El se río y negó me conocía bien así que imaginé que lo dejaría pasar.

— Oye Becca creo que ya puedo terminar sólo, ¿Te llevo a tu casa? — me preguntó con timidez.

— Claro está bien, pero estás seguro puedo ayudarte aún ya sabes que para eso son los amigos — le dije con una sonrisa.

— No, y mira ten toma mi mesada del Clementons — me dijo extendiendo su mano para darme los billetes en mi mano. Una apuesta era una apuesta, tomé los billetes y me reí.

— Te dije que sería un desastre la fiesta. —  dije tomando mi bolso del sillón, el sólo sonrió y abrió la puerta para ir a su coche, ambos subimos y el arrancó.

— ¿Te importa si enciendo la radio? — pregunté con una sonrisa, me miró de reojo sonriendo y asintió.

— No para nada ¿que tipo de música escuchas? —Dijo fijando sus ojos en la carretera, giré mi vista hacia la ventanilla justo al lado de Brent y miré el coche de Trevor, quite mi vista rápidamente y sólo sacudi mis pensamientos de ese hombre.

— De todo, pero me inclino más por el pop — respondí mientras alargaba la mano para cambiar de estación.— ¿Y tu?

— A mi la electrónica — dijo sonriendo, se estaciono afuera de mi casa y apago el motor.

— Nos vemos mañana — sonreí mientras me bajaba del coche.

— Hasta mañana, Becca.

Entre a casa y escuché el motor andando de su coche, subí a mi cuarto, me acosté en la cama y miré la hora aún era temprano así que llame a Lauren.

— ¿Hola? — escuché la voz ronca y fastidiado de Lauren al tercer tono.

— ¿Cómo estás ?— hablé neutral.

— Bien pero amiga, cuéntame como te ha ido hoy — me dice con su voz chillona como siempre.

— Muy bien, oye espera hablamos por WhatsApp tengo un texto de alguien. — dije y colgué. El sonido de mi celular anunciaba un mensaje nuevo.

" Veo que ya tienes quién te llevé a casa"

Sin pensarlo supe que era Trevor.

· Claro yo tengo amigos en todos lados ·

Eso no era del todo cierto, apenas me decían Hola y yo ya estaba diciendo una estupidez de los nervios, no era buena especializado.

" Me sentí especial por unos segundos"

Vaya eso fue algo tan fuera de conversación.

· Pensé que tú novia te hacía sentir especial, que lástima veo que no ·

Boom, y así fue como dejó de molestarme por este día, una sonrisa triunfante apareció en mi rostro sin darme previo avisó.

Miré la hora eran las diez de la noche entonces ya era hora de dormir, básicamente es mi fin de semana ir a trabajar, y  sólo quedarme en casa en vez de pasarmela de fiesta en fiesta, por que cuando ando de fiesta sólo pasan cosas malas, no es para mi salir de fiestas, lo mío es Netflix y frituras por la noche si no ando cansada de el trabajó cómo hoy que tuvimos mucha gente, realmente me dejó agotada, caí rendida en el momento que toque mi cama.

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