Cap 14: "Lo Oculto"

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Me desperté con los primeros rayos del día, gire a ver a mi bello durmiente, tenía un brazo que rodeaba mí cintura, quite con sumo cuidado su brazo, cuando por fin me sentía libre apunto de levantarme, él príncipe tomo mi brazo y delicadamente me puso sobre él.

-Buenos días- dije riéndome, él solo arqueo una ceja.

-Te ibas a escapar y eso es lo único que dices.

-Más o menos ¿Qué debería decir?- haciéndome la víctima.

-Te corrijo ¿Qué debería hacer?- dijo pícaro.

-Mmmm... ya sé jalarte el pelo, ¿Qué te parece?, muy apasionado ¿No?- burlándome, él gira la cabeza de un lado a otro, -¿Por qué no me lo muestras?- él asintió, me acerque a él lentamente para fundirnos en un apasionado y... cayo, porque salí corriendo, no sin antes averiguar si saldría en cueros, tenía la pijama puesta.

-¿Para dónde vas?- preguntó Santiago que me seguía.

-Aún lugar llamado 'Quédate con las ganas'- baje cuidadosamente las escaleras.

-Muy considerado de tu parte, pero no me quedare con las ganas- me siguió hasta la cocina, -no tienes escapatoria- dijo acorralandome contra la pared.

-Tú tampoco- le aprisione el cuello con mis brazos y lo forcé a bajar, donde nuestros labios se fundieron en uno sólo, me besaba alocadamente como sí llevará días sin hacerlo.

Nos separamos cuando nos falto aire y ambos jadeábamos, -ves lo loco que me tienes, no me puedo controlar y mucho menos resistirme a tus labios.

-¿Seguro qué sólo son los labios? y ¿No algo más?

-Todo- se alejó de mí.

-Oye- le regañe, giró a verme, -no hemos terminado.

-Lo sé, pero hay que comer- bufé, -ve a cepillarte los dientes, yo sirvo el desayuno.

-Ya que- salí de la cocina y subí las escaleras, entre al baño y lave mis dientes, mientras me enjaguaba apareció Santiago, que se acerco al lavamanos y agarro su cepillo de dientes. Salí del baño y entre a la habitación, agarre mi bolso y saque mi celular, tenía un mensaje de la... ¿Tía Carmen?, abrí rápidamente el mensaje, ¿Se habrá enterado? No creo mis padres no serían capaces, aún que con todo lo que a pasado esto es lo de menos.

'Amelia Lagos, te veo en mi oficina a las 10 am, no faltes'

¿Para qué me cito? ¿Qué me dirá? ¿Me gritara igual que mama? ¿Sería mejor ir sola o acompañada?, con todas esas dudas solo tenía una respuesta iría sola, no quiero que Santiago este presenté en su ataque de rabieta. Mire el reloj y son las 9:25 am, me acerque al closet para sacar ropa y cuando termine de comer entrar a ducharme, se abrió la puerta.

-¿Qué haces?- preguntó Santiago apoyado en el marco de la puerta.

-Voy a ser sincera contigo, pero antes prométeme que aceptaras mi decisión- lo mire sería.

-Lo prometo- dijo levantando su mano derecha.

-Muy bien- tome aire, -me voy a reunir con mi tía, y voy sola- sentencie.

-No me gusta mucho la idea, pero... una promesa es una promesa- dijo cruzado de brazos, -¿Quieres que te llevé?

-Por favor, bajemos a comer, que muero de hambre.

Bajamos y estaba todo servido, habían dos platos uno con dos panes, que se veían deliciosos y en el otro plato... ¿Avena?, no tengo que ser adivina ni bruja para saber que ese plato es mío.

-Ya decía yo.

-¿Qué cosa?- dijo sentándose y yo a su lado.

-La comida, como extraño mis Hot Cakes.

Life goes onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora