Hope - A 'Walking Dead' Story (CLEXA)

El favor

Se coló debajo del brazo de Alicia, que dormía con el ceño fruncido. Era la primera vez que la veía dormir de aquella manera tan intranquila. Por un momento pensó en quedarse con ella en cama, pero recordó que aquellas bombas no se construirían solas.

Se colocó unos jeans ajustados y una blusa de mezclilla y después de terminar de atar las agujetas de sus botas se colocó la mochila en la espalda. Antes de salir de la habitación lanzó una última mirada a Alicia, quien había relajado el rostro ya y sin darse cuenta la rubia no pudo evitar sonreir. Ella era una de las razones por las cuales iba en aquella peligrosa misión. Tenía que mantenerla a salvo.

Rick saludo a Elyza recibiéndola con un termo de café y un triángulo de sándwich, no era un desayuno llenador pero era suficiente para el viaje que emprendería aquella mañana. Subió en la parte delantera de la camioneta junto al sheriff mientras que Sasha, Rosita, Jesus y Michonne se hicieron espacio en la parte de atrás.

- ¿Tu familia sabe que vienes? - Preguntó por fin Rick, rompiendo el silencio en el interior del automóvil.

- Ellos no...-Comenzó a decir Elyza mientras terminaba aquel bocado de sándwich.- No son mi familia...Aunque debo de admitir que es lo más cercano que he tenido a una.

Aquello hizo sonreir a Elyza, decirlo en voz alta lo hacía más real y aunque era verdad, el pecho se le llenó de emoción en aquel instante, contagiando la sonrisa a su acompañante.

El olor a pólvora inundó sus narices cuando abrieron la puerta de par en par de aquel taller; dentro habían tambos con pólvora, cables, mesas con distintos aparatos y herramientas colgadas en la pared.

- Terminemos de una vez con esto. - Dijo Elyza dirigiéndose a las herramientas sin titubear en ningún instante, como si toda su vida se hubiera dedicado a aquello.

[...]

Abrió los ojos nada más de escuchar que la puerta de su habitación se cerraba con delicadeza; quizá Elyza supondría que aquello no la despertaría, pero Alicia estaba despierta incluso antes de que la rubia abriera los ojos. Miró por la ventana que daba hacia la calle principal visualizando a su amiga reunirse con el líder de aquella comunidad. Se puso encima la ropa más cómoda y sencilla que encontró en su maleta y bajó con cuidado los escalones de aquella casa en Alexandria. El frescor de la mañana cayó sobre su delicada piel, haciendo que esta se erizase. Caminó hasta el depósito de transportes de la comunidad encontrándose con lo más ineficiente pero cauteloso para moverse detrás de aquella camioneta que acababa de salir por la puerta principal. Tomó la bicicleta y empujó la verja con cuidado, cerrandola tras de sí y comenzó a pedalear unos metros atras del vehículo en movimiento. Mientras lo hacía, las imágenes de la noche anterior le nublaron la vista.

[Flashback]

Elyza había entrado en la habitación que compartía con Alicia con la cabeza llena de pensamientos. Eran tantos que apenas notó que la chica le hablaba.

- Elyza ¿Estás escuchandome? -Preguntó Alicia mientras sacudía sus manos frente a la visión de la rubia, quien se limitó a sacudir la cabeza y centrar su atención en ella.

- Sí, claro... En realidad no, ¿qué estabas diciendo?

- Que quizá haya dicho esto cientos de veces pero siento que aún no puedo pagarte todo lo que has hecho por nosotros. - Aquellos ojos verdes se posaron en los suyos, mientras la joven daba pasos aproximándose más a Elyza.

- Créeme Alicia, me han agradecido lo suficiente. Jamás me había sentido como ahora, nisiquiera cuando el mundo no era gobernado por personas muertas que caminan.

Aquel comentario hizo que Alicia soltara una pequeña risa, que contagió a Elyza, quien la fulminó con un abrazo. Las piernas de la castaña perdieron fuerza ante tal acción por parte de su amiga, pero no dudó ni un segundo en devolverle el abrazo, envolverse en aquel aroma tan embriagador característico de Elyza, en dejarse rodear por aquel calor que la hacia sentir tan segura, ignorando que en su interior su cuerpo era un huracán de sentimientos. Disfrutó cada segundo de aquel abrazo, pensando que jamás quería separarse de ella. Entonces la conversación que tuvo lugar minutos atrás entre su acompañante y el líder de Alexandria invadió su cabeza y un nudo en la garganta se formó. Ahora estaba segura de lo que debía hacer.