Capítulo 11.

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-¿Por qué tienes ese corte en tu labio? -La voz inocente de Kelly me hizo dejar de mirar la pantalla del frente y centrar mi vista en ella.

-Me he caído. -Odiaba mentirle, sentía que le traicionaba cuando todo el tiempo le he enseñado que no es bueno mentir.

-¿Dónde? -Quiso saber interesada.

-En la cocina. -Me sorprendía la manera tan fácil en que las mentiras llegaban a mi cabeza.

-¿Y te duele?

-No, no es nada, pequeña. -Estiré mi brazo rodeando su diminuto cuerpo y acercándola a mi. Enseguida abrazó mi cintura recostando su pequeña cabeza en mi abdomen.

-No me gusta que te lastimes. -Susurró apretando más su agarre. Cerré los ojos con fuerza acariciando su pelo.

-Lo sé, cielo. Todo está bien. -Mentira. Me repetía mi conciencia. -¿Qué tal la pasaste con la señora Fil? Escuché que jugaron mucho. -Pregunté con la intención de hacerla pensar en algo más.

-¡Genial! -Chilló levantando la cabeza para verme con aquella deslumbrante sonrisa. -Hemos visto los muñecos que vemos juntas, jugamos a las muñecas y el doctor Andres me dejó comer helado. -Relató con emoción. Sonreí llevando mi mano a su mejilla.

-¿Y no preguntaste si quieras por mi? -Kelly abrió los ojos de golpe al momento en que sus mejillas se tornaban de un rojo carmesí. Se veía tan tierna y avergonzada que me entraron ganas de estrujarlas en mis brazos. -Es broma, pequeña. -Reí pellizcando su naríz logrando mi cometido y haciendola sonreír. Bajé mis brazos haciéndole cosquillas en la barriga, Kelly se retorcía y reía efusiva y alegre gritándome que pare. Aquel momento de risa fue interrumpido cuando el aparato celular sonaba en los bolsillos de mi pantalón. Para bien de Kelly dejé de hacerle cosquillas dejando ver una linea de lágrima que aunque sé y era de la risa aparté de su rostro más rápido de lo que llegó. Odiaba ver rastros de lágrimas en su rostro.

Dejé de rodear su cuerpo y me senté mejor en la camilla para así poder sacar el celular, al ver quién era toda aquella alegría y sonrisa se esfumó. Antes de que la llamada sea cortada descolgué de esta llevando el aparato a mis oídos.

-¿Dónde demonios estás? Alexander está como loco maldiciendo todo. Llevas media hora de retraso y creo que lo pillaste en un muy mal momento. Está peor que mi abuela y no quiera saber el por qué. -La voz apresurada de Jeremy se escuchó al otro lado. Miré la hora en el reloj de pared confirmando lo que había dicho. Joder ¿cómo pude olvidarlo?

-Ya salgo. -Corté la llamada sin esperar y diga algo. La puerta se abrió dejando ver el corpulento cuerpo de la señora Fil con aquella deslumbrante sonrisa llena de carisma.

-¡Fil! -Chilló Kelly sonriendo.

-¡Kel! -Chilló por igual ella con aquella voz madura. Dirigió su vista hacía mi sonriendo con alegría. -Alexia. -Le sonreí por igual en forma de saludo. Me puse de pies tomando mi chaqueta del sillón negro junto a la camilla. Me lo coloqué y luego tomé las llaves del mismo sillón. Kelly al verme arrugo la frente mirandome raro.

-¿Dónde vas? -Preguntó demandante. Tomé el anillo de la llave entrando de este dentro de un dedo. Caminé hasta ella poniendome de cuchillas para tenerla de mi altura.

-Volveré luego, Kel. -Murmuré con el intento de una sonrisa. Quería quedarme aquí junto a ella pero sé y soy consciente de que si lo hago luego me arrepentiré, y no quiero hacerlo.

-Pero quiero que te quedes, le dije a Fil que jugaríamos las tres. -Aquel deje de tristeza en su voz me hizo sentir culpa. Tomé un mechón de su cabello enrolladolo en mis dedos.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora