Capítulo 28.

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- Luke estoy muy nerviosa.

- Tranquila hermanita, lo harás genial.

- suspiré- ¿y si me ocurre algo?

- No te va... *Piiiiii.*
- ¿Luke?

Me había colgado. Nerviosa, volví a llamar. Dos... tres pitidos y nadie contestaba.

- Joder, me cago en diez tio. Luke no me contesta y salimos ya.-dije mientras agitaba mi pierna con nerviosismo.

- ¿Lista?

Inspiré y expiré, intentando canalizar mis nervios en ilusión y fuerzas.

Salimos al escenario, las luces me cegaban y las piernas me temblaban como gelatina. Me sentía sola ante un gran público, repasando cada centímetro de mi cuerpo, esperando a que empezase a cantar.

Me sobresalté al escuchar un golpe fuerte de batería, el sonido profundo del bajo y la guitarra de Mike. Ahora era mi turno.

"Simmer down, simmer down..." comencé. La gente parecía responder bien hacia mí. Nos aclamaban, aplaudían y cantaban. Al rato, caí en la cuenta de que había estado como 5 minutos parada en el mismo sitio, paralizada por el miedo. Comencé a recorrer el escenario, animada, felíz.

- EH GUAPA, DAME TU NÚMERO. -escuché entre el público, giré la cabeza en dirección a la voz masculina que había gritado. Y no solo yo, toda la gente de aquél espacio también lo había hecho.

- ¡Luke! ¡Eres un idiota!

- Vamos, sigue cantando, ¡lo estás haciendo mejor que yo!

En lo más profundo quería asesinarlo cruelmente, pero por otra parte, le agradecía mil lo que había hecho por mi. Perderse un concierto, solo para hacerme experimentar el éxito, la emoción de un concierto. Hacerme sentir querida y tener confianza en mi misma. Adoraba al hermano que tenía, porque siempre acababan haciéndome sentir algo que nunca me siento. Una estrella.

Di la mano para que subiera al escenario.

- ¡Os presento a Olive Hemmings, mi preciosa y talentosa hermana!

- Gracias Lukey-dije besando su mejilla

- Gracias a ti, pequeña.

Salí de allí con un caluroso aplauso y con un chute de adrenalina enorme.

- Has estado muy bien, Olive.- dijeron a mi espalda. Conocía muy bien la voz.

- Gracias.-dije seca, sin darme aún la vuelta y cerrando los puños.

- Aún que creo que tu hermano es mejor.

- Mi hermano es el mejor, -me giré- mucho mejor que tú, Zack.

- Bueno, bueno. De la ilusión se vive, ¿no? En tu caso, de la droga se vive.

-Hijo de puta. - dije mientras mi puño aterrizaba sobre la cara de Zack. Éste no se defendió, al ver a Alex mirándole con reproche.

- Esto no quedará así, puta.

- Da gracias a que sigo guardando tu secreto, imbécil. -dije corriendo hacía Michael, que ya bajaban del escenario. Agarré sus mejillas y di un profundo beso a sus carnosos y dulces labios. Zack echaba chispas. Dió un puñetazo a la pared en la que se apoyaba y cogiendo su bajo salió al escenario.

(...)

- Chicos, ¡mirad! Es un perrito Alemán.

- ¿Ashton? ¿De dónde has sacado ese Dogo Alemán?

Rude boy. Michael CliffordWhere stories live. Discover now