El romance de una chica indecisa

Capitulo 16: Yo soy.

Cuando Chloè hubo abierto los ojos se dió cuenta que estaba sola. Al parecer Chat Noir y Ladybug se habían marchado antes de ver su identidad.
Chloè suspiro de alivio y decepción. Aunque quería revelar su identidad frente a Ladybug algo en ella también deseaba no hacerlo.

-Estas bien? Preguntó Diddi-

-Ahora no Diddi, puedo usarte una vez más? Solo para llegar a casa.- pidió de favor Chloè.

-Si...- se limitó a responder Diddi.

Una vez se hubo transformado prefirió caminar y volar una vez llegado al hotel.

-Espera!-

Escuchó un grito detrás de ella. Esa voz familiar. Era Nathaniel. Chloè se sonrojó;
Habrá visto quien soy? Pensó.

-Q-Que ocurre?- preguntó Chloè

-Yo, estaba de paso cuando ví que luchaban contra un akuma.-

dijo Nathaniel mientras recuperaba la respiración por haber corrido hasta donde Chloè.

-ah.. eso. Realmente no fui de ayuda.-

- crees eso? Yo realmente me emocioné y ese poder llamado sónico verdad?!-

Nathaniel se dió cuenta de lo eufórico que se escuchaba y río nervioso al ver la risita que soltó la chica.

-Perdon, me exalté.-

-No importa, realmente me haz levantado el ánimo. - agradeció Chloè.

-Por cierto, ya pensaste en que nombre ponerte. O seguirá siendo Bee girl?- Cambio el tema para evitar más vergüenza.

-Es cierto, realmente no he pensado en ningúno. Aunque Chat Noir me llamo abejorra-

soltó una risa.

Nathaniel le acompaño en esa risa y después de haber meditado...

-Queen Bee- declaró.

-Que?- preguntó Chloè.

-Es lindo no crees? Queen Bee.-

-Si- sonrió Chloè. -Gracias, ahora me llamaré Queen Bee.-

Chloè se dió cuenta de la naturalidad con la que hablaba con Nathaniel y procedió a fingir el no conocerlo.

-Por cierto, como te llamas ciudadano?

-Ciudadano?- Nathaniel soltó una risita que hizo dar un brinco al corazón de Chloè- Me llamo Nathaniel-

Extendió la mano.
Chloè correspondió de inmediato

-Yo soy... Queen Bee-

Ambos querían soltar una carcajada pero el cruce de miradas solo los hizo caer en un estado de parálisis. Ambos se quedaron con las manos entrelazadas y casi deseando que ambas se enraizaran para no separarse.