Enemigos Intimos [COMPLETA]

22

- Vamos, vuelve a la cama... -

-Mmmm... sólo si tú vienes conmigo...-

Rosita sintió sus mejillas tornarse carmesí, mientras ayudaba a D. a sentarse en la orilla del lecho.

-Dwight! Esto es serio! No quiero que tengas un retroceso, por favor... ya caminaste demasiado hoy para ser el primer día en pie!-

-Ok... pero al menos recuéstate a mi lado... prometo portarme bien... al menos, todo lo bien que pueda- añadió, guiñándole un ojo.

Después de asegurarse que las vías estaban en su lugar, al fin ella accedió a recostarse a su lado, con su cabeza apoyada en el hombro de Dwight, mientras el hombre le acariciaba con suavidad. Rosita se hallaba perdida en las gratas sensaciones de aquel momento, cuando él la trajo de nuevo a la realidad.

-Sabes... es la primera vez que tú y yo estamos literalmente en una cama... me agrada... creo que podría acostumbrarme... quiero acostumbrarme...-

-D....-

-Dime, dulzura...-

-Mañana tengo que volver a Alexandria.-

Dwight gruñó molesto, apretándola contra su cuerpo, mientras hundía su rostro en el cabello de ella.

-No quiero...- dijo en voz baja.

-Lo sé... yo tampoco quiero irme... pero sabes qué debo hacerlo... tengo que hablar en casa... además, tú también tienes que volver a El Santuario... pero prometo que en unos días iré a verte... aunque no haya helado.-

La estrechó un poco más, la extrañaría con cada centímetro de su piel, pero entendía que ella tenía que solucionar todo en casa para que al fin pudiesen verse con total libertad.

-Dulzura, sólo quiero pedirte una cosa: cuando vengas a verme no hagas el viaje sola, quisiera que alguien te acompañe.-

Ella levantó su vista extrañada.

-Dwight... puedo cuidarme sola allí afuera...-

-Lo sé... pero los caminos entre las otras comunidades están de alguna manera asegurados, pero no así el que va a El Santuario... y no quiero que nada te pase... por favor... por favor... prefiero que no vayas si no encuentras a alguien que te acompañe, pero no quisiera perderte... ¿puedes hacer eso por mi?-

A Rosita la conmovió la honda preocupación de él, y aunque no estaba de acuerdo con la idea de tener "niñeros", comprendió que por el momento no era una mala idea. Y acurrucándose nuevamente junto al cuerpo de él, decidió disfrutar al máximo las últimas horas que pasarían antes de su retorno a Alexandria.

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Los portones de la comunidad se abrieron al llegar hasta ellos el auto de la joven,  y casi al instante que había descendido del mismo pudo ver como Tara corría a su encuentro, y antes de que pudiera siquiera reaccionar, la joven la había abrazado con profunda emoción.

-Por fin has vuelto!! Estaba muy preocupada y Rick no ha querido contarnos nada! Qué te ha pasado??? ¿Por qué te quedaste en El Reino estos días?? -

Rosita la contempló con una sonrisa, había olvidado lo efusiva que podía llegar a ser Tara, y que no dejaría de hacer preguntas hasta satisfacer cada aspecto de lo que le había sucedido.

-Estoy bien... esta noche les contaré a todos, pero ahora estoy cansada... y necesito hablar con Aaron... -

-No está en Alexandria, ha salido de caza con Daryl esta mañana. Ok... sólo porque llevo prisa te has librado... ahora iré y le diré a Carol que cenaremos todos juntos... Pero no te me escapas!!! quiero que me cuentes t-o-d-o!!!- dijo riendo mientras se alejaba.