Mesera, dos jugos de naranja.

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Estaba ensayando, no entendía porqué mis compañeros de danza no llegaban, ya estaba exhausta, pero debía seguir. Necesito ser la mejor en lo que hago, si no, temo no ser nadie en ésta vida ¿suena loco?¿obsesivo? Pues... al baile lo veo como una pasión. Un estilo muy llamativo de vida.

-¿Aby?- esa era la voz de una compañera. Yo me detuve en seco y volteé a ver.-¿Qué haces?-

-Yo...- qué decir...-¡bailo!- ella me miró obvia.

-Sé lo que haces, Abigail.- yo rodé los ojos.-¿Qué coreografía es?- mire en busca de ayuda.

Suspiré.-Es una coreografía que...- alguien me interrumpió.

-Que yo he hecho para ella, porque va a bailar particularmente también.- ella miró sorprendida, como ofendida.

-Ah... Ok...- miró al suelo.-¿Podemos ensayar.. nuestra parte?- dijo ella desanimada.

Comenzamos a ensayar y empezaron a llegar más personas.

-Muchachos, no pueden seguir llegando tarde, hay partes que todavía no aprendemos de la coreografía, sé que a veces no pueden, pero traten.- dijo el profesor.

-Desde abajo, muchachos. 5... 6... 7... 8.- dije, y comenzamos a bailar.

13 ensayos más tarde...

-Aby... Ya. No podemos más.- se quejó Bryan.

-¡Vamos, falta perfección!- miré con desespero al profesor, quien levantó las manos en modo "yo no fui".-Ok... Hagan lo que quieran, yo seguiré ensayando.- escuché la música, primero sin bailar, contando los tiempos y haciendo los pasos cortos y concisos. A la segunda comencé a bailar bien. Las partes que omitimos en la coreografía las coloqué en éste ensayo. Al terminar, tomé agua. Y volví. Pero ésta vez, comenzó a sonar mi coreo. Esa que preparamos para mí. Me quedé perpleja, no sabía si bailar o no.

Miré a mi profesor, él asintió, comencé a bailar...

6 ensayos, eso fue lo que alcancé. Después, nos fuimos. Me dirigí a las duchas y después me fui a conseguir un empleo. Si... Ya sería mejor que comenzara a trabajar.

Sentí en mi bolsillo, un cosquilleo. Mi celular estaba vibrando, lo tomé y vi quién era, Travis.

-¿Hola?- atendí dudosa.

-Eh... Aby. Quería informarte que tu hermana está bien, está conmigo ¿Ya vienes? No puedo estar más rato solo en ésta casa.- dijo agotado.

-¡Travis, no seas quisquilloso!- lo rete.- eres un chico de 17 o 18 ¿Qué harás cuando seas padre?- me molesté.

-M... Los cuidarás tú.- dijo sincero.

-¿Qué, de qué hablas? Que lo cuide la madre o una niñera.- dije molesta.

-Es que tú vas a ser la madre.- dijo él con sinceridad. En estos momentos debo estar más roja que un tomate.

-Ya... Callate Travis.- miré mi bolso y lo tomé, para luego salir.-Travis, hoy llego tarde, debo conseguir un empleo. Ve a comer algo, alimenta las neuronas y deja de halar incoherencias.- del otro lado se escuchó un ¿Qué? Y colgué.

Revisé el diario en el que había marcado múltiples opciones para ir a trabajar. Las calles de Seattle estaban un poco frías, así que me abrigue. Primera parada... Biblioteca.

Ya había hecho 4 paradas, biblioteca, negocio, tiendas de ropa, y ahora... Resto-bar. Un restaurante al que se puede ir a tomar algo casual.

Presenté mi currículum... Por algún motivo todos se quedaban pendientes en lo de bailarina. No le veía el problema, bailar para mí es vida, es arte, es pasión... Lo es todo. No sería nada sin el baile. Pero creo que es simplemente el hecho de que no me vean como bailarina, o no sea una cualidad que se deba poner en un currículum.

No Podemos, Somos Hermanastros... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora