Volver a vivir

14.3K 853 133
                                    



Dos años atrás

LAURA MONTÉS:

Su tacto me está matando y la cercanía me arrebata mi estabilidad, la idea de que sólo esté aquí por celos me lastima pero una ligera esperanza de que sea por otro motivo prevalece.

—Entonces si no entiendo explícame– digo sin poder evitar viajar mis manos a las suyas que descansan en mis caderas provocando una presión adormecedora y nerviosismo en su mirar.

—Esto no es un arranque de celos, quizás en la cafetería si fue presente uno pero aquí es punto y aparte.

—¿Y quién me asegura? Cómo sé que no es tu intento de dejar huella después de ver a alguien más besándome, tú y yo sabemos que terminaras arrepintiéndote y escondiéndote en los brazos de Judith– digo su nombre entre dientes y con furia. Estoy consciente de que el enojo se ha apoderado de mí en el momento que intento apartarme.

Retiró sus manos de mí y me alejo un paso sin dejar de mirarla. Veo de cerca sus hermosas facciones que han cambiado solo un poco con el transcurso de los años haciéndola aún más hermosa, soy tan débil por ella, la más débil.

—No quiero dejar huella de nada, es verdad no me agradó en lo absoluto ver a otra persona besándote siendo que yo hace tanto no lo hago– dice dando ese paso que nos había separado pegándose de nuevo a mi cuerpo, nos flaquean las piernas en el mismo instante cuando nuestros pechos rozan sobre las telas –pero eso no me tiene aquí, me tiene aquí la fatiga de no tenerte cerca, te quiero de vuelta, no... no te quiero de vuelta.

Escucho esas últimas palabras y siento algo romperse dentro de mí, intento a toda costa reprimir las lágrimas y mi único deseo ahora es que se marche para poder llorar sin pena alguna.

—Ni siquiera sabes lo que quieres, es mejo

—No te quiero, te necesito de vuelta– aclaró interrumpiendo lo que estaba punto de decir.

—¿Cómo sé que no te arrepentirás?– intento preguntar firme pero la inseguridad ataca mis cuerdas bocales.

—Mira mis ojos– murmura tomando mi rostro de las mejillas –no me arrepentiría de algo que anhelo tanto, hoy he decidido ver por mí misma y para eso necesito de ti.

Duramos segundos charlando mediante nuestros ojos y con cada uno que pasa me doy cuenta de cuanto necesitaba esto, me siento respirar de nuevo, me siento capaz de conquistar al mundo entero con un sólo beso de ella.

—Tú dijiste que no quedaba nada vivo entre nosotras Danna– suelto en un suspiro recargándome en el respaldo del sofá.

—Esa es la mentira más grande que he dicho, mi vida está entre nosotras.

Me mira mientras estoy perdida en sus palabras y me siento descubierta ante sus ojos, sonríe.
Y entonces confirmo, esa sonrisa me hace morir y revivir cuantas veces desee.
Ver tus ojos acunados entre pestañas y tus labios exigiendo atención por los míos crean una fuerte presión en mi pecho, me derrito sobre tu nombre y mis manos tiemblan al imaginarme acariciando tu piel.

Entre el oxígeno se mezclan las ansias inundando nuestros pulmones cada vez que inhalamos. La espera de sentir el húmedo roce de sus labios empieza a matarme lentamente.
Estamos aquí de nuevo, tan cerca la una de la otra pero sin llegar a tocarnos, compartiendo los nervios que se deslizan entre nuestros cuerpos, siendo testigos del deseo y el amor que supera nuestras fuerzas, sintiendo nuestros hambrientos ojos en los labios de la otra.

Sobre tu mirada  •|profesora y alumna|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora