X

129 22 5
                                    

Al caer la tarde, tomé una ducha, y me arregle para salir con Peter y sus amigos.

No creía que fuesen personas elitistas, Peter no parecía ser de esas personas. Por lo que me vestí con unos leggins negros, una blusa blanca y unos vans negros, mi vestimenta iba acompañada de una chaqueta de mezclilla, ya que parecía que el día iba a estar muy fresco.

Me coloque mis lentes para poder ver mejor las sinopsis que los libros tenían detrás, pues si bien no necesitaba usarlos todo el día, intentaba cuidar mi vista.

Escuche unos toques en mi puerta y después de ponerme unas gotas de perfume, abrí.

—¿Estás lista? —pregunto Peter mientras sonreía.

—Si, vámonos —sonreí emocionada y tome mi bolso, cruzándolo sobre mi hombro.

Manny le entrego las llaves del auto a Peter, y lo hizo jurar que lo cuidaría como a su vida pero no más que a mí.
Después de aquello ambos subimos al auto y partimos de su casa.

Me encontraba cambiando las estaciones de radio hasta que escuche una canción bastante conocida.

—Mira las estrellas, mira como están brillando para ti, y todo lo que haces, yeah, todas eran amarillas... —entone y Peter sonrió.

—¿Te gusta Coldplay? —preguntó subiendole un poco al volumen.

—Es mi banda favorita —le confesé.

—Son buenos, definitivamente es mi estilo musical.

Asentí y seguí cantando, Peter se encontraba en silencio y de vez en cuando reía de mi espantoso canto.

Cuando llegamos estacionamos afuera de un café.
Peter rodeo el auto y abrió la puerta para mí, después de agradecerle entramos al local y de inmediato mis fosas nasales se inundaron de un riquísimo olor a Cafe.

Las paredes eran de ladrillo, había una barra larga negra que separaba los bartender de los clientes y en dónde porsupuesto había personas sentadas en sillas altas.
Por otro lado, había algunas mesas cuadradas, las cuales no eran tan grandes y en dónde perfectamente cabían ocho personas. Estas mesas tenían sillones largos alrededor, no había modo de sentarse si no pasabas una pierna y luego la otra.
En una esquina un gran mueble era adornado por muchísimos libros.
La luz era tenue, lo que le daba un toque demasiado hipster al lugar.

—Ahí están mis amigos —señalo una mesa cerca de unos grandes ventanales, ahí se encontraban tres chicos y dos chicas riendo.

Las dos chicas eran de cabello totalmente oscuro, la diferencia era que una chica era totalmente blanca y la otra muy morena.
Las dos eran en definitiva muy bonitas y tenían una sonrisa radiante.

—Hola chicos —saludo Peter y todos en la mesa centraron su atención en nosotros.

—Hola Peter —saludo un chico de piel blanca.

—Ella es Vitória, la chica de intercambio de la que les hable —me presento y yo les sonreí a todos.

—Hola, pueden llamarme Tori —dije y ellos asintieron.

—Yo soy Aaron, mucho gusto —se presento el chico de piel nivea y de cara tierna.

—Jacob —me extendió la mano un chico sonriente y gustosa la acepte.

—Yo soy Mia y ella Eva —dijo la chica de piel blanca -un gusto —sonrió sincera.

Lo primero que hicimos fue pedir un café.
Mia y Eva me contaban como se habían conocido el primer día de escuela y lo nerd que era Peter, cosa que él intento desmentir al instante.
Mientras, Aaron y Jacob reían de los intentos fallidos de Peter por parecer un chico rudo, cosa que me hizo reír.
Él no necesitaba aparentar ser otra cosa, pues así como era comenzaba a caerme bastante bien.
Estuvimos platicando por un rato más, y cuando nuestras tazas de café ya no tenían nada que ofrecernos salimos de ahí, en busca de libros.

Había muchas tiendas a lo largo de la avenida. La mayoría eran cafés o tiendas de libros, e inclusive había divisado uno que otro bazar.

Yo iba caminando a un lado de Peter, justo detrás de Eva y Mia.
Platicábamos sobre lo que veíamos en los muebles en dónde los libros eran exhibidos y si los habíamos leído o no.
Después de un rato, entramos a una librería bastante grande, la cual, Peter confeso era su favorita.

Los chicos se dispersaron pero el chico alto se quedo justo detrás mío, así mientras los dos parabamos para ver libros nuestras espaldas chocaban entre sí, puesto que los pasillos eran muy angostos.

—Oh, amo tanto este libro —le dije mostrándole la portada de Cyrano de Bergerac.

Peter volteo a verme y me sonrió emocionado.

—Es uno de mis libros favoritos —me dijo con un brillo especial en sus ojos.

Voltee la mirada para seguir viendo los libros que descansaban apilados unos sobre otros.
Me encontraba tan sumida en la sinopsis de un libro de Víctor Hugo cuando sentí escalofríos a causa de la respiración de alguien en mi oreja.

—Un beso es un secreto que toma los labios para el oído —declamo Peter, haciendo referencia a una frase del libro.

Mis mejillas no podían estar más rojas, y evitaba a toda costa mirarle a los ojos.
Aclare mi garganta y Peter se alejó de mi.

—Lo siento, no quise asustarte —se disculpo y yo negué.

Realmente no me había asustado.

—Mas vale que no lo hagas de nuevo Peter Mendes —le dije divertida y él rió.

—Que rápido comenzamos con las formalidades —se alejo de mi riendo y yo seguí mi lectura.

Cuando cayó la noche Peter y yo nos despedimos de sus amigos, quienes me habían hecho prometer salir de nuevo con ellos, invitación que gustosa acepte.
Al llegar a su casa lo primero que hice fue subir y acomodar los dos nuevos libros que había adquirido. Me coloque la pijama y baje las escaleras encontrándome a Peter tomando agua en la cocina y a Raul sentado viendo la televisión.

—Gracias por lo de hoy, fue divertido —le agradecí a Peter y él me sonrió nervioso.

—No fue nada, volveremos a repetir la salida —me sonrió —ire a dormir, nos vemos mañana Tori —beso mi mejilla y subió por las escaleras.

Aproveche mi visita a la cocina y tome un vaso con agua.
Después de beberla y lavar el vaso me senté a un lado de Raul en el sofá.

—¿Buen día? —pregunto sin despegar su vista del televisor.

—Definitivamente —asentí y lo miré, tenía un perfil perfecto —¿Tu día también fue bueno?

—Meh. Hubiera estado mejor si hubieses salido conmigo —se encogió de hombros y yo reí.

No quería tomarme sus palabras como coqueteos, aunque muy en el fondo sabía que lo eran.

—Supongo que será la próxima vez.

—¿Crees que habrá otra invitación? —me miro por primera vez desde que había llegado al living room.

—Me gustaría pensar que si, pareces un tipo misterioso —le dije en un tono divertido y él rió.

—Que infantil Tori —me dijo entre risas.

Aquella noche conocí más a Raul, y es que no me había dado el tiempo de hablar con él.

Subí a mi habitación a aquello de las doce de la noche, y me quedé totalmente dormida en el momento que mi cuerpo toco la cama.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 15, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Triple problema |S.M|Where stories live. Discover now