La Familia Stonkh (1)

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Sus cabellos castaños brillaban con los delicados rayos de sol que tomaban lugar en el jardín de la familia Stonkh, sus ojos cerrados le permitían sentir y escuchar hasta el mas mínimo detalle de los primeros días de primavera.  Ella sonrió, adoraba sentir con cada fibra de sus ser el viento, la vida y la emoción de vivirla, escuchaba los detalles a su alrededor y agradecía cada segundo que le brindaban para disfrutar esos pequeños momentos de estar en calma consigo misma. Aferró esa tranquilidad a su alma para que nadie, en ninguna circunstancia, pudiera quitársela.

Hacía poco que había conocido al único heredero de la familia Malfoy y, tal como su padre le había predicho, su amistad comenzó como una constante lucha entre quien superaba a quien (en especial por el niño Malfoy). Sin embargo ese día se encontraba sola. La ausencia de su padre no era muy común en esas fechas, sobre todo por qué Roberts stonkh llevaba a su hija a dónde quiera que fuera.

-Ama- una voz tranquila y cuidadosa interrumpió su paz interior -es hora de comer- sin embargo aquella voz de su elfo doméstico no logro que despegara su mirada de la extensión verde de todo el terreno de la mansión.

-¿A qué hora llegará mi padre?- fue lo único que salió de sus pequeños labios. Pars por su parte se quedó callado, no sabía que responderle a la niña pues a decir verdad el tampoco sabía a dónde había ido su amo con exactitud; lastimosamente sabía que asuntos iba a arreglar.

El recuerdo vago de lo que sucedió la noche anterior aún lo mantenían en la duda. La noche estaba transcurriendo de manera monótona y el elfo doméstico aún estaba despierto junto a la chimenea encendida; acompañaba fielmente a su amo que posaba relajadamente en un gran sofá de cuero negro, en su mano derecha sostenía una copa de vino tinto muggle mientras que en la otra posaba un grueso libro de pastas de madera, aún que Pars identificaba desde su lugar algunas hojas en blanco sabía que mucho contenido de aquel libro solo podía leerlo su amo.

No era extraño en el sumergirse noches enteras en libros tras libros ya que, según el elfo, era la única manera de distraerse del dolor que le provocaba la ausencia de su esposa Keisha. Por ello siempre llevaba a Elizabeth a todos lados, no podía permitir que el mal se apoderará de ella a pesar de su obscuro destino.

- Necesito que me hagas un favor - hablo tan de repente que Pars dio un pequeño brinco hacia atrás, sin embargo no hablo esperando alguna señal de su amo. - Hay algo que debo hacer, con respecto a Edler. - murmuró.

Pars conocía la mayor parte de la historia de los Stonkh y los Valdim por lo que escuchar ese nombre no le pareció en absoluto extraño, sin embargo tampoco era digno de celebrar pues el nombre de Edler solo se hacía presente cuando se trataba de asuntos con el señor tenebroso Lord Voldemort.

- ¿Qué desea que yo haga, mi señor? - se aventuró a preguntar ya que no salía orden alguna de su amo. Roberts suspiro y dejó la copa a medio tomar en la mesa de centro; cerró el libro con una mano y se paro del sofá para arreglarse el traje que traía puesto. Acto seguido volvió a mirar a su elfo doméstico que más que considerarlo sirviente lo veía como parte de su familia.

- Cuida de Elizabeth mientras no estoy - por fin habló - no tardare más de un día...- y luego volvió a guardar silencio, realmente no sabía si tardaría o no un día. - Me gustaría que en caso de no volver llevarás a mi amada hija con los Malfoy -

- Señor - interrumpió Pars ahora desconfiado. Edler era de temer, y a decir verdad el elfo nunca creyó volver a escuchar ese nombre en la casa Stonkh...no desde la muerte de Keisha, su antigua ama. Incluso ha guardado ese secreto a Elizabeth por mucho tiempo - ¿Qué debo decirle al señor y a la señora Malfoy?- pero aún que era difícil aceptar la situación en la que se encontraba, no iba a cuestionar a su amo.

Roberts sonrió para si mismo, sacó su varita y de ella una luz brillante combinada con estelas salió para envolverse en el fuego vivaz frente a él. La habitación se iluminó con figuras de animales similares a un patronus que danzaban de un lugar a otro y desaparecían como si salieran de la habitación. El elfo entendió ese tipo de hechizo y sin más que un "lo entiendo señor" lo dejo para estar solo.

- Pars, papá debió atender asuntos muy importantes para irse sin despedirse de mi - la voz de su ama lo condujo de nuevo al presente. Donde la pequeña Elizabeth miraba al horizonte preocupada por su padre. Él asintió sin embargo no dijo más. Al igual que Roberts el elfo doméstico protegía mucho a su querida y pequeña ama que demostraba poseer la amabilidad extraordinaria de su progenitor.

El suspiro de la niña fue sonoro, y tras respirar profundamente dio media vuelta para por fin ver a los ojos a Pars. Ella sonrió, tan perfecta y puramente que incluso el elfo se olvidaba de todas las preocupaciones. Elizabeth sabía que había algo especial en ella desde que nació y se lo debía a su madre que en paz descansaba y prometió a su padre utilizar su poder para el bien y para la protección de sus grandes amores.

- Entonces comamos juntos Pars - sentenció con una pose más relajada. Esto alivio al elfo doméstico que le devolvió la sonrisa en cuanto pudo.

- Sera un placer y un verdadero honor - respondió con respeto y admiración en su voz para así dar señal a ambos de entrar a la mansión juntos.

Una vez dentro Pars se dedicó a servir la comida mientras que Elizabeth cepillaba su cabello, aún que era normal que a veces la mansión estuviera callada no siempre los motivos eran tan..incómodos como ese. Su amo no se encontraba y debía cuidar a su hermoso ángel; era una responsabilidad que Roberts le había dado y no dudaba en dar su vida para cumplir con tal misión. Si bien no era la única vez que lo había dejado solo con ella está era diferente pues hablar de Edler siempre simbolizaba peligro, inestabilidad y precaución.

- ¿Podemos hacer un pastel ? - pregunto Elizabeth con una sonrisa mirando con dirección a la cocina. - Pero ¿Puede ser sin magia? -

Para sonrió y asintió en automático; no le sorprendía que casi todas las comidas ella las pidiera sin magia, le alegraba saber que apreciaba al mundo muggle tanto como su padre y que no solo había una amabilidad envidiable y casi inexplicable hacia las criaturas mágicas si no a todo ser viviente que se le cruzará. Definitivamente la niña más pura que en su vida podría conocer.

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Su cuerpo temblaba notablemente y apenas podía mantenerse de pie, había olvidado el peligro tan grande que representaba tomar esta desición y sobre todo afrontarla. Edler no era cualquier mago, Edler simbolizaba la sabiduría y poder en su máxima expresión.

Lo único que lo mantenía fuerte y lo motivaba a resistir tal agonía era la imagen de su pequeña princesa, tarde o temprano tanto el como ella necesitaran del mejor amigo de Voldemort y Roberts no podía dejar cabos sueltos. Por ello no dudó en saldar cuentas con Edler, el único amigo de lord Voldemort.

El destino de Elizabeth estaba decidido desde su nacimiento pero eso no quería decir que ella sería capaz de cambiarlo y dirigirse por el camino correcto. Él la amaba tanto que daría cualquier cosa por ella, le prometió a su amada esposa mantenerla con vida y conducirla por la felicidad, tranquilidad y pureza. Y eso, era lo que precisamente hacia dentro de su agonía con alguien que prometió jamás volver a ver desde el declive del señor tenebroso...sin embargo ahí se encontraba.

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Hola mis lectoras! ( Si es que aún siguen aquí) :C

Lamento mucho haber desaparecido pero me estoy esforzando por subir capítulos a esta y demás novelas. Recuerden que los apartados de familia Stonkh y Malfoy son cortos pero contienen fragmentos muy importantes para seguir el hilo de la trama en el presente de Elizabeth

Las quiero mucho! Nos vemos pronto en un nuevo cap!

Ciaooooo!

Mina out

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2019 ⏰

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Ella, Una Slytherin  |Draco Malfoy| (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora