Capítulo 22.

1.2K 97 8
                                    

Por fin llegamos al hotel que Peter reservó. Cuando recepcionista me vio se puso muy nerviosa al reconocerme, soy la princesa, mejor dicho futura reina. Ya estando aquí tendré que hacerme cargo, ahora soy más consciente del cargo que me espera, pero me siento capacitada ya que no soy la misma del día que me fui. Al saber cómo es la vida real, me di cuenta de lo mucho que luchan las personas por salir adelante y que no es fácil.

Entramos en la mejor habitación del hotel y a cada rato vienen a preguntar si necesito algo, ahora me es extraño ya que estuve intentando hacer todo por mi cuenta.

— ¿Estás bien? — Peter se acerca a mí.

— No sé, la verdad. Es muy extraño para mí que estén tan pendiente de lo que quiero y necesito. — río. — antes no me era incómodo ahora es todo lo contrario ver tantas personas al pendiente de mí.

— Ahora todo volverá a la normalidad porque esto siempre fue tu vida.

Salgo y me acerco al balcón, viendo todo afuera.

— Tanto que desee volver a mi vida, pero ahora que ya me acostumbre a la otra vida, quisiera volver. — digo y miró abajo como hay varios periodistas. — nunca pensé decirlo, pero me había acostumbrado a tener una vida tranquila.

— Lo que viviste fue una enseñanza para ti. Ahora ya sabes lo que es vivir día a día y hacer las cosas por ti, eso te va ayudar mucho cuando tomes tu cargo.

Asiento ya que él tiene razón Peter me abraza desde atrás y me apoyo en él. Cierro mis ojos y doy un suspiro.

— Sigo enojada contigo. —susurro.

— Lo sé, pero yo voy hacerte olvidar.

— No te lo pobre fácil. — me giro y le doy un beso en la mejilla. — ahora iré a darme un baño. — Me muerdo el labio seductora, y Peter me sonríe. — sola. — agrego con una gran sonrisa.

Me alejo de él sin dejar sonreír. Me alegra hacerlo sufrir un poco. Entro al baño y preparo la bañera, al tenerla lista me saco la ropa y entro soltando un suspiro, la verdad extrañaba aunque sea esto no solo darme duchas. Suspiro encantada y solo me toca esperar a que sea mañana para ir a ver a mi madre, necesito estar con ella y que sepa que estaré nunca la dejaré.

.........

Simón fue hacia el cuarto de Emilia y la vio toda demacrada. Sonrió disimuladamente al verla de esa manera, su plan estaba cada vez más cerca de completarse, pronto ella moriría al igual que su querida prima. Cuando Antonio le llamó para que viniera a ver, no dudo en hacerlo.

— Tía, vine lo más rápido que pude cuando Antonio me llamó porque solicitaste verme.

— Gracias Simón. Como ves no estoy en mi mejor momento y por eso quería verte para  pedirte que si acaso llego a morir, quiero que tú seas quien corone a mi hija..... Sé que cuando ella esté fuera de peligro..... Yo no voy a estar para cuando ese día llegue.

— Tía yo haré todo lo que tú me pidas, pero sé que te pondrás bien y serás la que termine coronando a Lali, no pierdas las esperanzas.

— Que más quisiera...., Pero sé que me mi vida se está pagando

Simón asistió y se despidió de ella. Salió y se encontró con Antonio que lo miró serio haciendo que se sienta incómodo. Se despidió rápidamente y se alejó. Antonio negó y entró al cuento viendo a Emilia con desaprobando lo que ella le pidió a Simón. 

— No me veas así, Antonio... — dijo sin mucha fuerzas.

— Mi reina, sabe lo que le he dicho, de ese joven que no sé, pero no le tengo confianza.

Protegiendo a la Princesa Où les histoires vivent. Découvrez maintenant