Vocación, descripciones, vocabulario...

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1. Lo más difícil de escribir es escribir, así de simple y de obvio.

A mí, sinceramente, no me gusta escribir. Sí, tengo varias historias terminadas y otras varias como proyectos futuro, pero escribir lo que se dice escribir... es un gran coñazo, hablando claro.

Realmente lo que me gusta de escribir no es sentarme frente al ordenador y empezar a teclear, esa es la parte complicada. Lo que a mí me gusta es imaginarme las historias, lo fácil.
Pero claro, si imagino esas historias y no las pongo por escrito, quedarían en el olvido, así que la solución a mi imaginación constante ha sido escribir las cosas que se me ocurren.

¿Adónde quiero llegar con esto? A que, a pesar de que yo soy de decir que cualquiera puede escribir, y escribir bien, aunque lo parezca no es nada sencillo.
Requiere de mucha constancia porque pasas muchas horas, muchísimas, frente a la pantalla creando oraciones inventadas, y que no solo tienen la dificultad de que son inventadas, sino que además tienen que estar bien escritas, tienen que tener coherencia y no debe haber faltas de ortografía.

Escribir cansa, frustra y te hace volverte loco, doy fe de ello.

Y lo peor es que no solo te dedicas a ello en el momento en el que estás escribiendo, sino que es como un trabajo constante que te acompaña a todas partes, como lo de llevarse el trabajo a casa, pues algo similar. No puedes separar el hobby de escribir de tu vida diaria, porque en cualquier momento se te pueden ocurrir ideas, cualquier ocasión de tu vida real puede ser perfecta para introducirla en la historia...

Tienes que tener mucha imaginación y sobre todo creo que a las personas que se les da mejor esto son aquellas despistadas, que siempre viven en su mundo interior y que tienen una capacidad de pensamiento constante, con ideas en la cabeza todo el tiempo. Es como que cualquier minuto del día es bueno para abstraerse y pensar en tus historias, en el siguiente capítulo que harás, en qué palabras exactas dirán, o intentar buscar la manera de encajar en un capítulo lo que acaba de pasarte o lo que acaban de decirte...
Te vas volviendo loco poco a poco, o al menos esa es mi experiencia.

La conclusión de todo esto es simple: nada en esta vida es fácil y mucho menos lo es escribir.
Puede ser divertido, puede ser un pasatiempo, puede gustarte... pero eso será la mitad del tiempo, la otra mitad del tiempo estarás estresado y tirándote de los pelos porque no sabes cómo narices continuar una escena.

En definitiva, tiene que gustarte mucho hacerlo para que de verdad continúes una vez que te des cuenta del esfuerzo que supone. Digamos que tiene que haber una cierta vocación, algo importante que te impulse a hacerlo, o a acabar los proyectos que te propones más bien, ya que empezar todo el mundo puede hacerlo, pero seguir y llegar hasta el final con un buen resultado ya es diferente.

2. Lo segundo más difícil de escribir, es describir.

Las descripciones me cuestan a mí, a cualquier persona que esté empezando y probablemente también a muchos grandes escritores.

Desde mi punto de vista, describir un objeto, un paisaje e incluso un personaje, es complicadísimo. ¿La razón? El vocabulario, entre una de ellas.

Un buen escritor tiene que saber muchísimo, y tiene que saber de todo, o al menos de muchas cosas. El escritor no aborda solo una rama de conocimiento, no solo sabe de medicina, no solo sabe de empresas, no solo sabe de arquitectura... No, sabe de todo, o al menos debe intentarlo y ese conocimiento evidentemente se verá reflejado en lo que escribe.

Si yo ahora mismo te pidiera que me hicieras una descripción completa y exhaustiva de tu salón, probablemente te llevaría mucho más tiempo del que piensas, en primer lugar porque para eso tienes que hacer un buen trabajo de observación, y en segundo lugar porque tendrás que saber identificar muchos elementos: el tipo de tela de las cortinas, el material del que están hechas las cosas que hay sobre la mesita de centro, los colores exactos del estampado de los cojines, las formas de dicho estampado, el tipo de suelo, el olor, el espacio, de qué está hecho el mueble que sostiene las figuras, la alfombra, ¿el sillón es de piel o de qué es?, ¿y esa cosa cómo se llama?... y de repente todo son "cosas" que no sabemos cómo se llaman porque nunca nos habíamos parado a pensar en ello, y porque no somos decoradores de interiores y no tenemos ni idea, básicamente. 

Nos falta vocabulario, mucho, todo el que necesitamos para escribir y para describir. Nos faltan términos, nos falta conocimiento y nos faltan experiencias.
Ya se dice por ahí que un escritor cuantas más experiencias tenga, mejor, porque el escritor escribe sobre sus experiencias.

Yo no estoy muy de acuerdo con esa frase, pero igualmente la digo.

En fin... Lo mismo ocurre cuando describimos personajes.
Lo que solemos hacer, y me incluyo, es decir el color de pelo, el tamaño, el color de ojos, la altura, a lo mejor cómo huele y si es delgado o más bien ancho. Se acabó.
¿Dónde está la nariz? ¿Las cejas? ¿Los labios? Los pómulos, la forma de la cara, la piel, los dientes e incluso las orejas.
Hay muchísimos elementos que podemos describir de una persona a simple vista, que los vemos, pero que a la hora de redactarlo, nos quedamos en blanco o ni siquiera pensamos en ellos.

Esto no es fácil, y mucho menos si a quien tratamos de describir es a un personaje que NO EXISTE.
Está en nuestra mente, no es lo mismo que si tuviera una foto de alguien y empezara a describir, no es así de sencillo. Y ahí está la dificultad, en que tenemos que hacer descripciones de personas que no existen y que no hemos visto físicamente, de escenarios y lugares que no existen...
Por lo que si te cuesta hacerlas, no te sientas mal, es casi normal de hecho.

A veces ni siquiera tenemos la imagen exacta del personaje en nuestra cabeza, a veces solo pensamos en una silueta con ojos marrones y pelo negro, pero realmente no tenemos esa fotografía mental de cada rasgo, y por eso también damos características físicas básicas y damos por hecho que los lectores se lo van a imaginar tal cual lo haces tú.

Mi consejo para estos casos puede ser que busques a alguien real en quien basar tus personajes.
Eliges un actor, un modelo, un cantante, tu vecino, tu amigo... que represente a Pepito de tu historia y con una foto de esa persona delante, comienzas a describir a Pepito.
Tendrás una cara real en la que basarte y las descripciones te saldrán mucho más detalladas y por tanto al lector le dará la impresión de que eres bueno escribiendo y que tienes vocabulario amplio.

Yo personalmente no lo hago, me los imagino como me parece a mí, porque prefiero imaginarlos a mi gusto simplemente... Pero que no siga uno de mis consejos no implica que no lo deje aquí por si queréis seguirlo u os ayuda de alguna manera.

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Mis consejos para escribir.Where stories live. Discover now