tú, mi propia versión de soledad

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Creo sentir lo que sientes; creo que puedo ver a través de tus ojos, tu manera tan despreciable de ver al mundo, y claro que entiendo el porqué; creo que nos han hecho tanto daño que no hemos encontrado el camino para sanar, no hemos sido capaces y ahora estamos aquí, esperando que alguien llegue a curar nuestras heridas, mientras seguimos sangrando.

Creo conocer la costumbre de callar y guardar lo que sientes, claro, para después gritarlo cuando la única que te escuche sea la soledad, si, nuestra compañera fiel, aquella que, con su estrepitoso silencio, llena todo lugar y nos hace sentir inútiles, pero a la vez seguras, nos hace sentir perdidas, pero a la vez como en casa, y es que ¿quién podría entender este enredo de sentimientos y palabras, más que tú?

Eres tú, quien les dio brillo a mis ojos por un instante; quien hizo de la soledad el segundo plato; quien se convirtió en mi compañera fiel, en mi propia versión de soledad, a quien pude gritarle aquello que sentía, y quien fue capaz de curar mis heridas temporalmente, eres tú a quien le debo la vida, mi vida, y la versión de mí que solo tu conocías.

Pero dime, que sucedió, dime que no fuiste un espejismo de esos que surgían cuando no tenía a quien acudir; dime que no fuiste una efímera ilusión o un sueño lúcido de aquello que tanto añoré. Espera, que el brillo de mis ojos se apaga, y mi corazón se acelera y se llena de miedo; espera, que la soledad está volviendo y ya no quiero hablarle a ella, te quiero a ti; ya no seré la misma con ella, porque todo lo que era, lo fui contigo.

Creo, de alguna manera entender lo que nos pasó; creo en aquello que nos hizo cambiar, no sé si para bien o para mal, pero cambiamos; creo en el daño mutuo y en todo lo que no vimos al tratar de vernos; creo que nuestros sentimientos, así como estos versos, confusos y tal vez un poco difusos, expiraron justo en el momento en que sentimos alcanzar lo que tan lejos estaba para nosotras. ¿Sabes? creo que estas mejor sin mí, y solo eso me importa, sólo te pido un último favor...Mátame, antes de que lo hagan todos los sentimientos que me hacen si quiera recordarte.

Tú, mi propia versión de soledad; la vida y la muerte, quien me hizo sentir fuerte e independiente, pero quien en un abrir y cerrar de ojos, me tenía rogando que acabase conmigo.

A ti, escribo hoy, porque no sé si la soledad me responda, herí sus sentimientos y también los tuyos. Así que aquí estoy, en la absoluta nada.

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⏰ Última actualización: May 17, 2017 ⏰

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