prólogo.

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PROLOGO.

¿Que les puedo decir? Realmente no hay mucho que contar ahora. No cuando en cualquier espejo de esta casa tengo que ver mi mejilla morada y aquel verde recorriendo desde mi ojo hasta mi nariz. Debería estar acostumbrada  ¿Pero es posible acostumbrarse a algo asi? Todas sabemos la respuesta. Sólo puedes resignarte y es tan fácil poder hacerlo y dejar de luchar.

¿Pero como ignoras a tu corazón?  El que siempre esta surrandote que le duele, que lastimas o aquella plática con tu cerebro que te recuerda que esto esta mal, y que debes salir corriendo de prisa. Con todo atormentadote, por que sabes que es cierto. Hay momentos en que se que  puedo callarlos, pero en momento como este es imposible.

Se preguntaran como caí en esto, es una fórmula muy sencilla:

1.-Enamórate como estúpida.

2.-Perdona todo el tiempo.

3.-asegúrate de desechar tu autoestima.

4.-Ignora...Ignora el dolor.

Y claro no puedes olvidar.

5.-Nunca pierdas la esperanza de que todo va a cambiar

Y de ese modo termina como yo... sufriendo,  sangrando  en cada rincón y volviéndote loca cada vez más.

Se que debo verme horrible pero no debería quejarme... no después de dejar de luchar ¿Aun tienen fuerzas para hacerlo? Yo no... estoy agotada y a veces preferiría poder surcar el cielo azul... libre. Hace mucho  que el sol no brilla para mi y quisiera verlo azul sobre mi. Dándome la bienvenida.

Se que es tarde y yo debería estar viéndome como muñeca para el. Ya sabes un poco de maquillaje en la zona afectada, corrector, polvo, sombras  y demás artimañas para borrar eso de mi cuerpo. Pero al mirarme de nuevo algo dentro de mi se rompe aun más.

¿Verdad que se siente horrible cuando la persona que más amas te lastima? Lo único en lo que piensas es en ¿Que clase de amor es este?

Debería contarles todo la historia de como llegue a este punto. Tal vez sacarlo todo me ayude al fin. Tal vez deshacerme de todo esta ira y dolor me ayude ha hacerme más fuerte.

Es hora de ir a comer y tal vez eso sea desagradable. Seamos fuertes...

Faltan sólo  treinta minutos para que el vuelva y no tengo ánimo de verlo, pero se que si el no me ve linda y preparada para comer con el, se enfadadara y tal vez ahora me deje algo mas que un ojo morado.

Siempre que miro mi vestidor se que cualquier mujer se sorprendería al ver tanta ropa de diseñador y demasiado costosa. Zapatos de diseño exclusivo y bolsos de las mejores marcas. Terminas preguntandote si todo ese glamour sólo es para cubrir la porquería que es tu vida.

Terminó de ducharme y me maquillo de prisa. Después de tanto tiempo se volvió algo sencillo de hacer. Cepillo mi cabello y lo seco pasando mis manos sobre el. Busco aquel vestido rojo que me  queda a medio muslo y busco los zapatos color rojo sangre y me miro en el espejo mientras escojo un collar  de piedras traslucidas con aretes a juego.

Mirarme en el espejo es desconocer en quien me he convertido ¿Les ha pasado no? Ya no saber quien eres. Miro mi rostro y aquel golpe es invisible en mi. Comienzo a bajar las escaleras para observar a la servidumbre poner la mesa.

—Shizune ¿Prepararon lo que pedí?-

—Claro que si señora- Esa palabra siempre me hace sentirme algo estúpida.

—Sakura... Llámame Sakura- 

Digo con una sonrisa en el rostro. Ella hace una venia y se aleja a la cosina. Miro el reloj y sólo faltan 5 minutos para que el cruce la puerta, así que me dirijo al comedor para ver que todo este en orden en el. Obsrvo que cada cosa este acomodada de la manera correcta, que la botella de vino este a la temperatura adecuada y que la comida huela delisiosa. Aunque a mi todo este sólo me cause náuseas.

Suspiró cuando veo a Juugo pararse ha hacer guardia cerca del arco entre el recibidor y el comedor. Me observa pero no dice nada. Siempre que  bajo de mi habitación se pega a mi como una sombra.

Miro la manicura en mis manos y suspiro observando una vez más todo aquello que siento que alguna vez fui pero ya no soy. Y lo luego escucho la puerta abrirse,  a los empleados a rendir honores y a los hombres que siempre lo siguen formar una hilera a lo largo del comedor.

—Bienvenido- digo con una sonrisa bien practicada.

—Te ves hermosa- responde mientras se quita el saco.

—Gracias- digo tomado este y caminado hasta ser interceptada por una mucama.

—Gracias- digo mientras ella hace una venia y se aleja.

vuelvo con el. Comienzo a servir la comida en su plato. Cuando terminó de servirnos a ambos me siento a su lado derecho. Suena estupido lo se... pero el hombre de la casa debe ser atendido por su esposa. Ya sabes, alimentalo,  prepara el baño para el, su ropa y demás cosas que una "esposa" hace para ellos. Debo ser una buena esposa, aquella que lleva su casa con mano dura y que siempre es complaciente con su marido. No fui preprada para nada de esto. Acaso importa eso ahora ¿Cuando nos volvimos así?

La tarde ha caido y estoy en el jardín trasero caminado descalza por el césped. Y lo peor es que no puedo sentirme libre ni por un momento. Esos estúpidos guardias están sólo como a diez metros lejos de mi y me observan. El los puso, pues quiere saber cada detalle de lo que hago y ellos se encargan de eso.

La comida de hace un rato fue mala en una escala del 1 al 10 diría que un tres pues el estaba un poco tenso y comenzó a instigarme con tonteras...

Como...  por qué me levanté tan tarde, Oh que no había comido nada toda la mañana, que me la pase encerrada en mi habitación sin dejar entrar a nadie y sólo llame a la cocina para dar indicaciones acerca de la comida. ¿Ven? Ni siquiera puedo estar libre en mi propia casa.

"—Que tanto hacías allá dentro-"  preguntó un poco molesto.

¿Qué se supone que hacia encerrada... así... tal vez metí a mi estúpido amante por la ventana después de que  cruzó todo el jardín enfrentándose a tú ejército de guardias y no olvidemos los perros entrenados que esos imbéciles llevan. ¿Por que es tan frustrante tener que morderse la lengua?

Se marchó molesto después de que yo no respondí y cuando mire sus ojos furiosos sólo dije lo obvio.

"—Estaba cansada y estaba durmiendo-"

Me dieron ganas de escupir la palabra "estupido" al final de la frase pero sólo sonreí. Sige mirándome pero vi en su mirada aquello a lo que siempre temo.

No comento nada y se fue. Claro que se dio cuenta que no toque mi comida y por supuesto que noto el temblor en mi mano, pero como siempre no menciono nada.

Mire el enorme muro que rodea la mansión y deseé estar en aquella casa en la colina, en la que parecía una recluida. Pues dejaba de verlo por varios días. Hago un poco de más de seis meses que estábamos aquí y yo poco a poco comenzaba a morir.

Como lo dije es difícil... y aun que crean  que parece que no aguanto nada. Esto es el infierno. Tal vez contarles todo al fin me libere...

CIELO NEGRO Where stories live. Discover now