Decisiones.

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No me podía creer lo que acababa de pasar, lo que acababa de hacer.

Mientras enfundaba a Antonella y recogía mi bicicleta del césped, un impulso me hizo querer volver, como si una fuerza interna a mí me encaminara de regreso junto a Serena. Sin embargo mis piernas no daban crédito a tal acción, solté un resoplido agachando la cabeza y tomé el camino por el cual había llegado.

Los acontecimientos se repetían en mi cabeza frecuentemente, por más que quisiera centrarme en el recorrido no lograba encontrar tranquilidad. La distracción generó que casi chocara contra un buzón, frené bruscamente e inevitablemente fui a dar al suelo.

No fue una caída aparatosa ni mucho menos, pues pude suavizar mi aterrizaje con una de mis manos mientras con la otra salvaba mi guitarra, se podría decir que la peor parte se la llevaron mis tobillos al quedar enganchados a los pedales, pero era un dolor aceptable. El "impacto" logró aturdirme, dejándome sentado un momento en la acera con la respiración agitada y la mirada perdida en la nada.

—Bien hecho, Ash. —Susurré irónico frotando mis parpados. —Pero que idiota me comporté con ella... —

Las palabras de una joven pareja preguntándome si me encontraba bien hicieron que me reincorporara del suelo, insistieron en saber de mi condición, si no tenía alguna torcedura o un golpe fuerte. Les expliqué desganado que no tenían que preocuparse, les agradecí por su amabilidad que no es algo muy común de ver en las personas hoy en día, y volví a montarme en mi bicicleta dejándolos atrás del camino.

Las siguientes horas fueron complicadas, reflexionaba todo lo que había pasado y a la hora de dormir, pasé más horas dando vueltas en la cama que verdaderamente durmiendo.

•••

Distraído, con sueño, un tanto ansioso y con un nuevo día en la puerta; mi mayor entretenimiento era girar una moneda sobre una de las mesas de la pastelería esperando que de alguna forma se quedara en esa posición al terminar de dar vueltas.

No supe desde que momento Clemont se encontraba parado frente a la mesa viéndome hacer bailar esa moneda, lo regresé a ver sosteniendo la vista por unos segundos y luego volví la mirada hacia abajo.

—Ash. —Intentó llamar mi atención. No lo consiguió. — ¿Piensas hacer eso toda la mañana? —

Tardé en responder, y en otro tiempo con más creatividad y ganas le hubiera respondido con al menos algo ingenioso. Pero esta vez no era el caso.

—Tal vez. —

— ¿No piensas salir a tocar tan siquiera? Aún no están listas las entregas de hoy. —

—No traje mi guitarra. —Sentencie mientras él tomaba asiento.

Sin mi aprobación tapó la moneda con la mano y la llevó a su bolsillo, esta vez sí tenía mi atención.

— ¿Sabes que podría demandarte por robar el dinero a un empleado aunque no seas directamente mi jefe? —

Hizo una mueca, extendí la mano y cuando pensé me la devolvería me la quitó de mi alcance.

—Eres demasiado perezoso como para cumplir el proceso legal de una demanda. —

Inhalé hondo y emití una sutil carcajada. No muy fuerte, pero me hizo sentir mejor, logrando apaciguar por unos instantes mis pensamientos y mis emociones.

— ¿Me dirás que es lo que ocurre? —

Su mirada estaba clavada en mí, a pesar de que no lo estaba viendo la podía sentir.

—Fue una mala noche, eso es todo. —

—Tú y yo sabemos que eso no es cierto. —Jugaba la moneda en su mano, haciéndola pasar entre sus dedos. No sabía que podía hacer eso.

La Esencia Del Sonido (Amourshipping)Where stories live. Discover now