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No sonó la alarma, no tenía porque. El domingo era el único día de la semana en el que podía dormir hasta que se le hincharan los ojos, por ende era su día favorito y más ahora que el bicho estaba succionando un buen porcentaje de su ya de por si escasa energía.

Abrió los ojos perezosamente y maldijo por lo bajo al notar las náuseas subiendo por su garganta. El reloj de la mesita de noche indicaba que apenas era las ocho de la madrugada, pero conocía lo suficiente su cuerpo para saber que, después de lo mucho que vomitaría, no sería capaz de conciliar el sueño de nuevo.

Como pudo, se arrastró hasta el baño justo a tiempo para no ensuciar su piso. La garganta le ardía y los ojos le lloraban, pero el vómito simplemente se negaba a ceder.

Vomitó por lo que le parecieron horas, él solo maldecía una y otra vez, ¿no se supone que el malestar desaparecía después del primer trimestre? Lo había leído en uno de los montones de libros sobre embarazos que le había regalado Baekhyun, ¿Por qué no era igual para él? ¿Solo porque era doncel?

Jodido bicho. Todo lo arruinaba.

Vomitó otro tanto, hasta que una mano comenzó a masajear su espalda con suavidad mientras terminaba de vaciar lo último de su cena en el retrete. Quizá sonara a estupidez, pero el solo contacto lo hizo sentirse un poquito mejor.

-¿Te sientes mejor?

Negó con la cabeza. Se sentía como la mierda.

-El bicho quiere matarme, te lo juro.

Jin rio con suavidad, entregándole un pedazo de papel para que se limpiara la boca.

-Eres un exagerado. Ve y lávate los dientes, tengo jugo de naranja y algo de fruta en la cocina... necesitas comer algo.

Negó con la cabeza.

-No, voy a vomitarlo también.

-Estarás bien, Yoongi; confía en mi.

Y confió. Aunque Jin podría estar planeando como asesinarlo, Yoongi confiaba en él mas que en si mismo.

Fue recibido por una sonrisa apenas llego a la cocina junto con un plato lleno de fruta y el prometido jugo de naranja. Aunque deseo evitarlo, se le hizo agua la boca apenas vio todo. No solia estar apretado de dinero, pero la fruta era demasiado cara para su bolsillo, Jin se había lucido esta vez. Comenzó a comer rápidamente.

-Jungkook estaba muy asustado cuando me llamo ayer. Dijo que te estabas muriendo en sus brazos.

Trago un trozo de la sandia mas dulce que había probado en años. Quizá la única.

-Es él el exagerado, solo fue un desmayo.

Jin camino hacia una de las alacenas y tomo algo del piso. Estaba tan distraído con la comida que no había notado todas las bolsas casi vacias.

-No deberías ser tan descuidado. Las alacenas estaba vacias y la nevera tenia solo una botella de leche caducada.

-La leche me da agruras.

-Yoongi...

Bebio un sorbo de su jugo de naranja. Conocía a Jin, no lo iba a dejar en paz tan fácil... necesitaba recurrir a medidas drásticas. Bajo los ojos haciendo un suave puchero.

-Acabo agotado después del taller, apenas tengo fuerzas para arrastrarme hasta aquí y dejarme caer en la cama- no sabía si era por su actuación, pero las lágrimas comenzaron a picar en sus ojos- ya no tengo energía para hacer nada. En el trabajo rindo la mitad y si Jimin no me ha echado es porque le gusto.

Alcohol + Despecho = Un bebé (YOONMIN) (MPREG)Where stories live. Discover now