PROLOGO

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Mi vida siempre fue un poco desastrosa debo admitirlo.

Jamás pude retener una pareja más de un año hasta que llego Germán a mi vida y rompió esa racha.

Pero aquí me tienen después de seis largos años, un departamento compartido, un sueño en común... escuchando el típico

­­-No sos vos Laura, soy yo.

Si claro...si me pagaran por cada vez que escuche esa frase trillada en mi vida, en este momento no tendría problemas económicos.

Deje de escuchar su lista larga de excusas que realmente parece que las hubiera estudiado de memoria y que si se me ocurría interrumpirlo iba a olvidársela. Así que deje que continuara hablando mientras miraba por la ventana y me calentaba las manos heladas con el café recién servido por un camarero que me miro con lástima porque creo que hasta él supo que ese chico sentado frente mío iba a terminar conmigo.

Mientras Germán hablaba de no sé qué cosa yo me puse a pensar en las cantidades de veces que pase por este tipo de situaciones...

Romántica empedernida. Así me crio mi madre.

Mi madre siempre se encargó de hacerme saber que la magia si existe. De que Cupido tiene una pareja para nosotros y sobre todo que los felices para siempre eran parte de nuestras vidas y no solo de cuentos.

Así que yo me convencí de todo aquello y desde chica buscaba mi príncipe azul.

Mi primer desamor fue en el jardín de infantes... me puse de <novia> con unos de los nenes apenas empezaron las clases pero después de un juego que organizo la maestra me dejo por no saber pasar bien la pelota. Obviamente lo supere cuando sirvieron la chocolatada media hora más tarde.

En segundo grado fue mi siguiente intento por encontrar a mi chico ideal. Salí con Martin una semana pero me dejo cuando entro una chica nueva a la escuela que era mucho más linda que yo, o al menos eso me dijo él

-Laura no quiero ser tu novio. Micaela es más linda que vos así que ella va a ser mi novia.

Adiós a Martin después de una semana. Creo que ese día le llore a mi mamá y le dije que Cupido no me quería.

A lo que contesto

-Amor no es fácil encontrar al príncipe azul...vas a besar varias ranas hasta que aparezca.

Esa frase me condeno.

Deje pasar mucho tiempo antes de volver a intentar besar a otra rana con la esperanza de que se convierta en príncipe.

Hasta que llegue a la <dulce adolescencia>. A mi tierna edad de 14 años descubrí tres cosas importantes:

La primera es que era linda para los chicos. Tengo ojos azules claros, pelo marrón oscuro, flaca, estatura promedio y en ese momento una tetas bastante más grande que las del resto (jamás se modificaron tengo esas tetas que eran grandes en ese momento después de 10 años. Vale decirlo, jamás crecieron)

La segunda que a pesar de ser la chica estudiosa era bastante popular.

Y tercero que Cupido se ensaño conmigo siendo apenas una niña.

Fue así que me dejaron tres chicos durante la secundaria uno siendo más cruel que otro.

El primero me dejo cuando terminaron las clases porque se iba a veranear con sus padres a una playa y quería libertad para estar con cualquiera de las mujeres que allí estuvieran.

El segundo (con el que perdí mi virginidad) me dejo porque se dio cuenta de que era Gay ¡Gay señores y señoras...después de que perdimos la virginidad juntos se dio cuenta de que no le gustaba! ¡Por el amor de Dios!

El tercero Juan. Que hasta el día de hoy espero que le vaya mal, muy mal en la vida por lo que me hizo. Bueno no tan así, pero espero que le rompan su preciado corazón.

Salió conmigo todo el último año de la secundaria. Prácticamente vivíamos juntos. Hacíamos las tareas juntos, dábamos lecciones juntos, lo ayuda hasta en las pruebas (se las hacía yo en realidad) hasta que en noviembre nos enseñaron las notas de los trimestres y ambos aprobamos todo. Fue ahí que me dijo

-ya no somos novio, ya no te necesito. Mira aprobé todas las materias y mi papá va a dejar que me vaya de vacaciones a Brasil.

¡Bien por ti Juan! Me uso para aprobar el año y poder ir a Brasil de vacaciones.

Aun espero que haya llovido toda la puta semana que ahí estuvo.

Y por fin llegamos a Germán. Mi dulce y tierno Germán.

Lo conocí en la facultad de lengua y literatura. Cruzamos miradas y les juro que sentí el flechazo de Cupido atravesando mi corazón en cuanto sus ojos marrones se cruzaron con los míos.

Creo que él en su momento sintió lo mismo, porque desde ese día no nos separamos mas, hasta ahora.

Después de tres años de noviazgo decidimos ir a vivir juntos. Así que me mude a su departamento. Él consiguió trabajo en una escuela pública que quedaba a un par de cuadras de nuestra casa como profesor de literatura. Yo por mi parte estoy trabajando en una editorial. Soy editora. Al ser nueva no tengo mucho prestigio, pero sí soy muy buena y aplicada y poco a poco los autores van pidiendo por mí.

Todo iba bien hasta que en los últimos meses notaba frio a Germán. Ya no me buscaba sexualmente tan seguido. Ya no me mandaba mensajes para ver si lo extrañaba. Todas esas pequeñas cosas se fueron haciendo más evidentes, hasta que hoy por la mañana dijo

-Lau nos vemos en el café de Alejandro para hablar ¿sí?

No conteste, sabía lo que se venía. Me dedique a tomar mis cosas y a despedirme en silencio de lo que era mi casa.

-Y eso es lo que nos paso...caímos en la rutina nena y la verdad que no quiero seguir así. Démonos un tiempo ¿te parece? - Volví a la realidad cuando me tomo de las manos - ¿Estás bien?

-sí, si-me solté de él y volví a darle un sorbo al café que ya estaba bastante frio

- ¿Entonces? -preguntó poniendo carita de triste

- ¿Entonces qué Germán? Ya esta ¿no?

-me alegro que lo entendieras Laura. Eso fue lo que me gusto siempre de vos...tu madurez con la que te tomas las cosas.

¡Ja! si claro

-Dame una semana para sacar las cosas de tu departamento-hizo una mueca que no me paso desapercibida- ¿pretendes de que me vaya ya? - asintió y después negó con la cabeza

-No Laura pero no quiero estirarlo más...

- ¿Estirarlo? ¿Me estas cargando? ¡No tengo donde mierda ir! Déjame buscar algo antes de sacar las cosas de ahí-mire por la ventana y recordé el mensaje que encontré en su celular, el cual él negó saber de quién se trataba - ya entiendo todo...

- ¿qué entiendes?

-Estas saliendo con otra...ese mensaje si era para vos ¡pero qué idiota! - me tome la cabeza y bufe ¿Cómo pude ser tan idiota? - ok, esta noche junto mis cosas y me voy churro

Lo llame así porque eso decía el mensaje <churro te extraño>.

Era oficial...Germán tardo seis años en demostrar que no era mi príncipe...era una rana más.

Mi vecino...Mi Cupido  Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt