Una promesa por cumplir [Fanfic CDM Castiel]

Capítulo 28 ❝Reencuentro❞

↠ Ashley POV's

—Ashley, despierta —escucho que me dice alguien mientras sacude mi hombro. Despierto de golpe. Laeti esta al lado mío

—Laeti, ¿qué pasa?

—La clase terminó hace 15 minutos —responde.

Suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza sobre la mesa. Laeti es la única chica con la que he hablado. Y por así decirlo, mi única amiga aquí.

—Lo siento, no he dormido muy bien últimamente.

—¿Es por ese tal Castiel? —abro los ojos sorprendida, ¿cómo sabe de eso?—. Hablas dormida, ¿lo sabías?

—Genial —respondo sarcástica—. Ahora jamás podré dormir tranquila.

—¿Qué pasó? Con ese chico, me refiero.

Me quedo muda. Llevo aquí una semana, no ha pasado prácticamente nada desde lo ocurrido.¿Estaré lista para contarlo? Es viernes, a estas alturas, Castiel ya debió haberse ido. Sólo pensarlo, me duele.

—Es una experiencia que preferiría no contar. Las cosas no terminaron muy bien.

—¿Es idiota?

Suelto un risa nostálgica al recordar a Rosa,

—Sí, demasiado.

—Bueno, las clases terminaron, iré a mi dormitorio.

Dicho esto se va. Decido hacer lo mismo.; salgo de uno de los edificios de aulas, atravieso el patio pasando al lado de la fuente, y entro al edificio de los dormitorios femeninos.

Al llegar a mi destino, observo el letrero que tiene la puerta.

Habitación 234

Ashley Ramírez

Suelto un suspiro antes de entrar. Me recargo en la pared, observando la cama vacía que está al lado de la mía.

Cuando llegué, la directora me dio la opción de compartir habitación con otra chica. Pero no acepté. Elegí una habitación vacía, aunque sé que cuando lleguen alumnos nuevos, tendré que compartir.

Los inicios del invierno ya empezaron a aparecer, de modo que la nieve también empezó a caer ya.

Decido hacer mi tarea y luego, practicar un poco con mi violín. Mañana es sábado, lo que significa que iré a ver a mi padre y a mi hermano.

Después de un rato tirada en mi cama, me dejo vencer por el sueño.

***

—¡Ashley, hija! Pasa.

—Hola papa —lo saludo besando su mejilla.

—Pensé que no vendrías.

—¿Bromeas? Les prometí que vendría todos los fines de semana, es sólo que la nieve me impedía llegar.

Entro a la casa y me quito mi suéter, anoche cayó demasiada nieve, y la nevada aún no ha parado. Dake está sentado en el sofá, leyendo una revista. Me tiro sobre él.

—¡Auxilio, coy a morir asfixiado! —grita sacudiendo los brazos.

—No exageres —respondo quitándome de encima.