Capítulo XV: Detalles

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  Y así sin soltarla me senté en el sofá y mi cabeza quedo a la altura de su pecho, podía escuchar los latidos de su corazón, pero no pude concentrarme en ello; como para consolarme ella acarició suavemente y cabeza. En eso, llegó la luz dejando al descubierto la escena completa, de un remedo de hombre que se aferra un poco, aunque sea solo un poco a la vida.

— Quiero vivir — dije en un susurro, no sé si lo escucho.

Sabiendo que no es prudente quedarme así por más tiempo la suelto, y no puedo mirarla a los ojos. Ella no dice nada así que permanezco callado al respecto.

— Voy a subir a Audrey — le dije.

— Está bien — dijo algo taciturna — ¿George, estás bien?

— Sí. Solo estoy algo cansado.

— Entiendo.

Después de un rato subí a mi cuarto y me dormí leyendo un libro, sin poder olvidar la forma en que me aferre a ella (no puedo dejar de pensar en eso).

Después de despertar, algo fastidiado e increíblemente cansado voy al trabajo. Antonio ha terminado de entrenar al muchacho, pero continúa yendo a trabajar hasta que se abran las clases en la universidad, no soy capaz de decirle lo que ha pasado, tal vez porque me da algo de vergüenza.

A eso de las 1:45 terminó la primera reunión, la otra tendría lugar casi a las cuatro de la tarde.

— Antonio — le digo — estaré en el apartamento del último piso; me despiertas a las tres y media.

— ¿Va a seguir durmiendo?

Le respondí solo con una mirada.

— Como diga jefe — me respondió, y se quedó un momento mirándome en silencio como si intentara decir algo

— ¿Paso algo con Serenity?

— Nada importante

— ¿Que paso?

— Simplemente la abracé, eso es todo; antes de que sigas metiéndote en mi vida me iré a dormir — le dije y me retiré.

Tal como había dicho me despertó a las tres, tuve la reunión los demás ejecutivos me invitaron a una cena para celebrar la decisión, pero me negué y decidí irme a casa.

— ¡jefe! — me dijo Antonio — un primo mío me trajo un queso de hoja, es muy bueno y le traje a usted.

Antonio me dio un recipiente con varias bolas de queso, le agradecí y me fui a casa.

Al llegar no veo a Serenity en casa y la llamo al celular.

— ¿En dónde estás?

— En el patio cerca del columpio.

— ¿Qué haces tan lejos?

— Dando un paseo con Audrey.

Con este clima, no puedo negar que siempre he pensado que Serenity está algo loca, pero a veces parece estarlo más que otras. Salí al patio a alcanzarlas, después de caminar por un rato me la encontré caminando de vuelta.

— ¡George! — dijo algo sorprendida de verme — ya iba camino a casa.

— ¿Qué haces por aquí afuera con la bebé, acaso no ves que el clima no está como para sacarla?

— Ella está bien abrigada, y el clima está bien... no te preocupes; después de todo solo salí a dar una vuelta — me dijo en un tono super calmado como si fuera lo más normal del mundo — le tomé unas fotos muy bonitas a Audrey ¿quieres ver?

La Ultima Vez Que LloréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora