Capítulo 4

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En cuanto lo vio, JongIn sintió una punzada de deseo que le llegó hasta los huesos. JongDae estaba enfadado, eso era evidente. Con las manos en las caderas, la espalda recta y un albornoz que casi se lo tragaba entero, JongDae echaba chispas por los ojos. Y, maldita sea, lo único que deseaba en aquel momento era besarlo hasta que se le pasara el enfado.

Pero, de repente, se le ocurrió que no tenía derecho a estar enfadado. Él era la razón por la que no había vuelto a casa a su hora, porque era una tentación tenerlo bajo su techo. No había disfrutado de la película pensando en él.

¿Y de qué lo había acusado? ¿De estar con una mujer? ¿Y qué si había sido así? Lo que él hiciera o dejase de hacer era asunto suyo.

Tirando la chaqueta sobre el respaldo de un sillón, JongIn se cruzó de brazos.

- ¿Y qué?

JongDae dio un paso hacia él, fulminándolo con la mirada.

- ¿No me has traído tú aquí?

JongIn se encogió de hombros mientras pasaba el peso de un pie al otro.

- Te traje aquí con la intención de que durmieras. ¿Qué tiene eso que ver?

No estaba acostumbrado a ese tipo de inquisición. De hecho, siempre se había asegurado de que ningún hombre o mujer pudiese reclamarle nada. Y seguía siendo soltero.

- Lo digo porque aceptaste fingir un noviazgo conmigo y prometiste no salir con ninguna persona.

- ¿Y bien?

- ¿Con quién has salido esta noche? - le preguntó JongDae, con tono brusco.

- ¿Estás celoso?

Podía ver en su expresión que la pregunta había dado en el clavo. Estaba celoso. JongIn tuvo que disimular una sonrisa. Aparentemente, él no era el único que estaba dejándose afectar por la situación.

- ¿Cómo voy a estar celoso? - replicó -. Pero pensé que habíamos llegado a un acuerdo.

- Y así es. Como he dicho, quería que durmieses y he ido al cine con HyunA.

- ¿HyunA?

- Mi hermana.

- Ah.

- ¿Eso es todo lo que vas a decir? -le preguntó al ver como se mordía los labios.

- Eso es todo lo que voy a decir... aparte de que me iré a mi casa en cuanto mi ropa se seque y no creo que tarde mucho. Voy a ver la secadora - JongDae se dio la vuelta, pero JongIn le tomó del brazo.

- Oye, espera un momento. Me debes una disculpa.

- ¿Ah, sí?

- ¿Tú qué crees? Prácticamente me has acusado de mentir y me siento herido.

JongDae puso los ojos en blanco mientras cruzaba los brazos..

- Te estás pasando un poco, ¿no?

Si supiera lo que estaba pasando JongIn... todas las células del cuerpo se le habían encendido. Especialmente en la entrepierna. Un deseo urgente que no había sentido nunca empezó a abrumarlo. Tenía que haber una razón por la que seguía sujetándole el brazo.

- ¿Por que estás tocándome, JongIn?

JongIn estaba visiblemente enfadado y visiblemente excitado. Se había acostado con suficientes hombres y mujeres como para saberlo. Algunas intentaban ignorarlo, fingir que no sentía nada, y recordárselo a JongDae sólo serviría para enfadarlo más.

Un Auténtico Hombre (KaiChen)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora