Hija de Atenea

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Después de asimilar que el famoso Quirón es centauro, mitad hombre mitad caballo, me empieza a preguntar.

- Con que te llamas Elisa, ¿y eres la Elisa de Peter?

-¿Conoce usted a mi padre? -la próxima vez que vea a mi padre le recriminaré que por qué no me dijo que conocía a un centaura.

-Si, sí, he hablado con él un par de veces para seguir tu crecimiento, tu entrenamiento y los monstruos que pululaban a tu alrededor -genial, ahora el caballito me ha estado acosando desde pequeña

-¿Usted sabía de mi?

-Claro que sí, tu madre me aviso de que te vigilará, porque vas a ser una semidiosa muy poderosa Elisa, ten de fe de ello.

-¿Mi madre? -¡el caballito sabía algo de mi madre y no me había dicho nada, ya le vale!- ¿sabe usted quién es mi madre?

-¡Claro, que sí! Pero no te lo puedo decir, te reclamará esta noche. Y no me tratas de usted, me hace parecer viejo -se arrasca la barba y se va.

Decido que allí no puedo hacer nada más y salgo, y para mi sorpresa Travis me está esperando afuera.

-Por la cara que traes supongo que Quirón no habrá respondido a ninguna de tus palabras, ¡siempre tan enigmático!

-Bueno, sí y no. Me ha explicado varias cosas, pero no me ha querido decir quien es mi madre. -digo algo desilusionada

-No tardarás mucho en saberlo, los semidioses que todavía no saben quienes son sus padres se quedan en la cabaña de Hermes, dios de los viajeros, hasta que sus padres los reclaman.

Lo acompaño hasta la cabaña número 11, donde me enseña una cama y me da una camiseta naranja.

-La camiseta del campamento, todos los campistas la llevamos. ¿Te puedes creer que llevo toda la mañana contigo y no se nada sobre ti, ni siquiera tu nombre? -me sonríe y se sienta a mi lado en la cama.

-Me llamo Elisa, tengo 15 años, soy de Nueva York y hoy acabo de descubrir que mi madre en una diosa griega y que mi padre nunca se planteó decirmelo -me rie, porque lo último que he dicho todavía me resulta inverosímil.

-Elisa,  -asiente, como si lo estuviera asimilando- y no tienes ni idea de quien es tu madre, ¿no? -niego con la cabeza- Bueno, sueles haber cosas que nos lo dices, por ejemplo a mi me encanta robar, a ver no me tomes por un ladrón, suelo cojer lo que los demás se olvidan -se ríe y a continuación me mira- ¿tu sueles robar?

-¡No!, yo soy honrada, que no estoy diciendo que tu no lo seas, lo llevarás en la sangre.

-A si todo no podrías ser hija de Hermes, ya que la que es divina es tu madre, no tu padre. Podrías ser hija de Afrodita, eres bastante guapa. - me sonrojo pero intento esconderlo.

-No creo, no me va el rollo ese de maquillarme, y no soy nada presumida -digo encogiendo los hombros.

-Eso no tiene nada que ver, Pipper es, ah claro, no sabes quien es Pipper, bueno ya la conocerás.

-Me da igual como sea mi madre, solo quiero saber quien es ya.

-Bueno, me tengo que ir, tengo clase de tiro con arco. Adios

Me deja sola sentada en la cama y decido no sacar mi ropa, ya que esto es solo temporal.

Salgo de la cabaña y decido ir a investigar y a conocer gente. Veo a una chica sentada en el tronco de un árbol y decido acercarme

-Hola -me siento a su lado y veo que está leyendo un libro de arquitectura.

-Hola -me saluda y se fija bien en mi- ¿eres nueva verdad? nunca te había visto por aquí. Me llamo Annabeth y soy la jefa de la cabaña de Atenea.

-Encantada, yo todavía no se quien es mi madre. -la digo y señalado al libro la pregunto- ¿te gusta la arquitectura?

-¿Qué si me gusta? ¡me encanta! Soy la arquitecta oficial del Olimpo

-Oh -digo sorprendida- ¿has estado allí?

-Sí, muchas veces, ahora tengo.... -se para y empieza a mirar por encima de mi cabeza, yo me giro pero no veo nada- Parece que ya hemos solucionado el problema de tu madre, -me sonríe y me abraza- hermana.

Y ahora puedo ver claramente una lechuza de humo justamente encima de mi cabeza.

Vida de una semidiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora