Curiosidad~ (Namkook)

CAPITULO 11

-Te volverás un pecador, y yo tengo que impedir eso castigandote, tienes que rogar por tu perdón-

-N-no entiendo de que hablas-

-Ven- susurro estirando su mano hacia mi -tengo que llevarte a que pidas perdón- dudoso tome su mano y salimos del cuarto bajando las escaleras

-¿A-a donde mamá?-

-Al cuarto del pecado- me detuve en seco y negué repetidas veces
-es por tu bien-

-¡No!, ¡no quiero!-

-¡Tienes que hacerlo!- me grito y no pude evitar encogerme en mi lugar asustado, volvió a retomar el camino y no volví a decir nada, ella abrió la puerta del sótano y me hizo entrar primero, todo me daba miedo, había imágenes donde quiera y sentía que me miraban, no me había dado cuenta de que tan grande era el sótano hasta ahora, pero no había ni una sola ventana, no tenia a donde huir, había varias cruces colgadas al igual que un sin fin de rosarios, en el suelo estaban las ramas y mamá las tomó -quitate la camisa- ordeno y algo torpe obedecí, apagó la luz y encendió las velas, me tomo del brazo llevando me a una cosa extraña que aprisionó mis manos y cuello quedando en una posición incomoda

- *Domine, propitius esto mihi in filium et filius in Adam peccatum et incidit in temptationem- empezó a decir alzando la voz de a poco -
¡Patiens satisfactio eundem dolorem et iniuriam a nobis crucifixum!- grito haciendo una pausa - ¡ego perdonalo!, ¡ego perdonalo!, ¡ego perdonalo!- volvió a gritar asustandome, sentí ardor en mi espalda inesperadamente, volvió a pegarme repetidas veces gritando lo mismo, solo podía soltar quejidos y sintiéndome desesperado intente salir de ahí tirando de mi cuerpo hacia atrás inútilmente, el ardor aumentaba

-¡Ah!, ¡Mamá basta!, ¡me duele!- grite para que me escuchara
-¡basta!- 

-¡Callate!- grito molesta deteniéndose -a Jesús lo golpearon 300 veces y no se quejo como lo haces tu, ¡acepta tu castigo!, no me obliges a usar el látigo romano...-

-¿L-latigo romano?-

-Si, con ese fue con él que golpearon a nuestro Señor, estoy siendo buena contigo así que no me provoques, solo callate- dicho esto volvió a golpearme, gritando lo mismo, las lágrimas comenzaron a salir y los sollozos no se hicieron esperar, me dolía, mi piel ardía y sentía ya la sangre deslizarse por mi espalda de apoco, me resigne a esperar hasta que ella diera por finalizado y me dejara libre, mi cuello me dolía al igual que mis manos, mordi mi labio inferior para no gritar pero al sentir mi espalda ser bañada de un liquido no pude evitar hacerlo sintiendo mi garganta desgarrarse y volví a intentar sacarle, el ardor era demasiado, volví a llorar y mi cuerpo empezó a temblar, había dejado los golpes pero seguía con sus oraciones

La puerta se abrió bruscamente y escuche la voz de papá

-¡¿Que demonios crees que haces?!- gritó molesto

-¡No te acerques!, él a pecado y merece un castigo-

-¡Por dios!, ¡mira lo que le has hecho!-

-Si te acercas el siguiente seras tu- amenazó -pero no sera de la misma forma, con él e sido amable-

-¡Ni siquiera sabes porque lo hizo!-

-¡Por dejarse llevar por la influencia de esos!, solo lo llevaran al camino del mal-

-Deja de decir tonterías- unos pasos se escucharon

-¡Te lo advierto!-

-Ya no soy como antes- fue lo último que se escucho antes de dejarme libre, no sentía fuerzas en mis pies y casi caigo de no ser mi papá que me sostuvo en brazos, su mirada era culpable
-lo siento pequeño..- me susurró, me sentía débil y a dolorido -no te preocupes, ahora te curo las heridas-

-Jeon Sun ho, estas traicionando los mandamientos y a nuestro Señor, vas a pagar por eso-

-Me importa mas mi hijo que esos mandamientos- respondió cargándome en brazos y sacando me de ahí, mire a mamá y lo que vi me asustó... Su mirada era de completo odio

-Papá...-

-Shh...no hables pequeño, haré que el dolor se quite, ¿si?, no te preocupes por mamá, no dejare que te vuelva a hacer algo- asenti con mis ojos aún cristalizados

Me llevó a mi habitación y me dejo con cuidado en la cama sentado, se metió al baño y salió con el botiquín de emergencias,
Limpio las heridas con cuidado y me unto una pomada que me ardió un poco, dijo que me acostara boca abajo para que la pomada se empezara a orear

-Puedes faltar a clase mañana, me quedare contigo- hablo al terminar

-¿No me dejaras sólo?-

-No, estaré contigo todo el tiempo que quieras- me sonrió

-Entonces duerme conmigo, como lo hacías antes- pedí y el soltó una risa

-Por supuesto- acaricio mi cabello y cerré los ojos disfrutando, desde pequeño papá era el que me acompañaba en las noches donde tenia miedo, me leía cuentos y consentía 

Después de un rato me puso una venda al rededor de la espalda y pecho, me dio un beso en la frente y se acostó a mi lado, me sentí seguro a su lado y pude dormir tranquilo

“Ambos cansados se dejaron llevar por el sueño sin darse cuenta que desde la puerta entre abierta alguien los observaba con repugnancia, odio y desprecio, su advertencia iba a ser cumplida y de paso se desharía  del error que había hecho en el pasado para poder estar tranquila y hacer que su alma descansara al fin”

*Señor, perdona a mi hijo que como descendiente de Adán a caído en la tentación y el pecado.
Enmendara su error sufriendo el mismo dolor que tu al ser crucificado injustamente por nosotros