Carta número 2

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Elizabeth se encontraba debajo de las escaleras de su antiguo colegio, no entendía que hacía allí pero se encontraba llorando, cuando un pequeño niño de cabello negro azabache y ojos grises se le acercó y se sentó a su lado. Este pequeño esperó hasta que ella terminara de llorar, cuando se hubo calmado ese precioso niño, que a ella tanto le recordaba a Ángel, le pregunto

-Oye, ¿Qué te pasa?

Y sin darse cuenta ella se vio respondiendo

-Mi mejor amigo murió y me dejó sola

-Tranquila, el nunca te dejaría sola, estoy seguro que esté donde esté siempre te estará cuidando.

-Pero ya no está a mi lado y nunca podré saber porque tomó esa decisión y ni si yo podría haberlo salvado- al decir esto Elizabeth volvió a llorar.

-Si quieres saber esas respuestas continúa leyendo las cartas

El pequeño niño le dejó un chocolate en el regazo, se levanto y se fue corriendo.

Elizabeth se despertó sorprendida, era un sueño muy vívido el que había tenido. Ese hermoso niño le había recordado mucho a Ángel a la edad de 10 años, aunque pensándolo bien, realmente era su mejor amigo que una vez más había aparecido para consolarla, aunque solo haya sido en sueños.

Se levanto decidida de la cama, se dirigió al baño a darse una ducha. Una vez hubo salido se vistió y procuró salir, no sin antes tomar la segunda carta. Había decidido que las leería en lugares especiales que había compartido con Ángel.

Con paso decidido se dirigió hacia el parque donde pasaban horas en los columpios charlando o simplemente meciéndose. Ese era su lugar especial cuando tenían 11 años.

Elizabeth se sentó en uno de los columpios y comenzó a impulsarse cerrando los ojos, imaginándose que Ángel estaba allí a su lado. Sintió como que alguien la columpiaba con una manera muy similar a la que lo hacía su mejor amigo, abrió los ojos para buscarlo pero el lugar estaba desierto.

Un poco decepcionada sacó la carta de su bolso, la admiró un segundo y procedió a leer.

 “Querida Liz:

Amor mío, antes de comenzar con la carta quiero aclararte que en cada una de ellas encontrarás los sucesos especiales que marcaron cada año de nuestra amistad. Son hechos que a mí me marcaron y que lograron que te amara mas con cada año que pasaba.

Como te imaginarás, en esta carta hablaré de nuestro segundo año de amistad. Ese hermoso año en el que decidí, por fin, contarle a alguien ajeno a mi familia mi más profundo secreto.

Yo siempre había sido muy tímido, no confiaba en nada y no permitía que me tocaran. Nadie entendía que había de malo en mí ya que hasta los ocho años yo había sido un nene normal. Siempre recordé el día en el que les conté a mis amigos lo que me había pasado y porque no asistí a clases por más de tres meses.

Cuando les hube contado ellos se rieron de mí y me llamaron marica, a partir de ese día quedé absolutamente solo. Mis amigos me habían dado la espalda y yo no podía soportar tener a alguien cerca. Me había convertido en un solitario, y me gustaba, de verdad que lo hacía.

Pero cuando te conocí, mi angelito, todo cambió. Por primera vez en dos años había aceptado tener a alguien cerca, fuiste mi salvación, el ángel que Dios me había mandado para que siguiera en este lugar que ya no tenía sentido para mi…”

Elizabeth ahogó un pequeño grito, así que él desde esa edad ya pensaba en el suicidio. No entendía porque nunca se lo había contado, ella lo habría ayudado con mucho gusto, nunca hubiera querido que su Ángel luchara solo con ese sentimiento.

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