CAP 12: Algo más

2.2K 133 27
                                    

(Narra Frisk)

Desperté en una camilla del laboratorio.
-¡¡FRISK!! -Papyrus se tiró hacia mí.
Los monstruos me estaban rodeando.
-Frisk, ¿quien te ha hecho esas heridas? -preguntó Alphys.
Sans y yo cruzamos miradas de manera discreta.
-Me metí entre unas enredaderas, me pinché intentando atravesarlas. Al tratar de salir de ellas, sin éxito, había soltado mucha sangre ya, lo que provocó que me desmayara.
Undyne, Alphys, Papyrus, Toriel,... Todos me dieron un abrazo, excepto Sans, que se quedó al margen.
Los monstruos me trajeron flores y desearon que me pusiera bien pronto.
Alphys y Sans se quedaron junto a mí.
-Frisk... -dijo Alphys- ¿te ha salvado Sans, no?
Yo solté una pequeña carcajada.
-Sí, algo así.
-Alphys, ¿puedes dejarme un poco a solas con la cría? -dijo Sans.
-¡C-claro! ¡Ya me voy!
Se hizo el silencio justo después del portazo de Alphys, pero, de pronto, Sans comenzó a llorar.
-¡L-lo siento! -se arrodilló, con la cabeza gacha, y tomó mi mano- ¡Es todo mi culpa! Si no te hubiera llevado a ese sitio, tú nunca...
-Nunca te hubiera confesado mis sentimientos. Gracias por cumplir tu promesa, o por intentarlo.
-Si llegas a morir por mi culpa, y-yo... Me has salvado la vida, y...
Me encaramé en la camilla, y aparté el flequillo de mi rostro.
-No te he salvado, te he matado...
-Chara me hirió. Tú me curaste.
-Sans... Yo...
-Frisk, quizá necesites un tiempo, pero...
Sans levantó mi cabeza y me besó con determinación. Yo intenté corresponder tan apasionado beso.
Tras unos momentos, Sans se separó de mí por mi necesidad de oxígeno.
-Te amo, Frisk.
Sans se marchó.

Pasaron uno o dos días. Ya podía caminar. Asgore me recogió y me llevó a Las Ruinas.
Toriel me ayudó a ir al baño, y luego se fue a cocinar algo.
Me quité la ropa, y observé mi cuerpo. Tenía moratones cubriendo mi piel.
Daba mucha lástima verme así. Se me notaban las costillas, pues no comía.
Llené la bañera de agua, y me zambullí adentro. Era enorme. No tenía tamaño rey, pero definitivamente era más grande que una bañera familiar, de estas para dos personas. Un recuerdo pasó por mi mente.
-Soy una inútil. -Me dije a mí misma, mientras echaba jabón en el agua-. No soy capaz de hacer nada. No entiendo cómo alguien como Sans se pudo enamorar de mí.
Una lágrima rodaba por mi rostro.
-Aún así, soy muy feliz, pues los tengo a ellos.
Miré hacia un pequeño cuadro que yo misma colgué encima del espejo. Fue un día en el que posamos para esa foto. Recuerdo lo bien que los lo pasamos.
En la foto aparecían, abajo, Asgore, abrazando a Toriel y rodeando a Undyne por el hombro. Undyne, sonriente, estaba abrazada a su vez a Alphys. Undyne flexionaba en su brazo a Papyrus, quién tenía un plato de espaguetis en su mano, y en la otra, tenía a Sans abrazado. Yo estaba sentada en los hombros de Sans.
En la madera del marco, ponía "Mejores amigos para siempre".
-Frisk, mi niña...
Toriel me llamaba desde fuera del baño.
-Dime, mamá.
-¿Puede quedarse Sans a dormir? Yo me voy al castillo, y alguien debe cuidar de ti.
-E-eh... Sí, supongo.
-Genial, -dio una palmada.
Salí pronto de la bañera. Me sequé, me vestí, y salí de la habitación.
Toriel y Sans me esperaban en el salón.
-Sans, -Toriel me dio un beso en la frente-, cuida bien de mi niña.
-No te preocupes, Tori. Lo haré.
Toriel se fue, y nos dejó a solas.
-Heh, -Sans se jaló del cuello de su camiseta, en signo de agobio.
Le invité a sentarse, y le ofrecí ketchup.
Me senté a su lado. Él cerró su puño con fuerza. Casi se podía tocar la tensión que había en la sala.
-Y-yo... -tragué saliva, y preferí guardar silencio.
Sans se palmeó las "rodillas", haciendo un gesto para que me sentara con él. Me moví de mi asiento, y me senté delicadamente encima de sus "piernas".
Me apartó el pelo, y me miró con precisión el cuello, y comenzó a pasar un dedo desde mi nuca hacia abajo. Iba muy despacio. Yo me moví, nerviosa.
-Quédate quieta.
Comenzó a examinar mis hombros, para lo que bajó un poco mis mangas.
-Estás llena de moratones...
Sans rodeó mi cintura, a lo que solté un pequeño chillido de dolor.
-Así que fue ahí...
-¿Q-qué dices, Sans?
Él ignoró completamente mi pregunta.
-¿Te vas a recuperar, verdad?
-¿Recuperarme de qué? -pregunté, aunque la respuesta fuera bastante obvia.
-De el daño que te he hecho.
Sans me miró profundamente a los ojos, con un aire entre triste y furioso.
-No te preocupes, no es nada.
-¿Y puedes andar bien?
-Sí, más o menos, sí. -le sonreí.
Sans bostezó, y levantó la mano, la cuál puso sobre mi hombro. Yo le miré, y levanté una ceja.
-Buena táctica -dije-, pero hubiera preferido que no la hubieses usado.
Sans rió pobremente.
-Frisk, -dijo, con la cabeza gacha-, ¿sigues queriéndome como mejor amigo después de lo que te he hecho?
-Sans, -apoyé mi mano sobre la suya-, tú y yo siempre seremos amigos.
Por mi tono de voz, parecía que le había mandado de cabeza a la Friendzone.
-Gracias, Frisk. S-supongo que está bien. Pero que sepas que te sigo queriendo como algo más.
Sans estaba sonrojado, y yo no era menos.
-Yo esperaba que ya lo fuésemos.
-¿E-eh? ¡¿E-enserio?! -dijo con emoción.
Asentí con la cabeza.
-Creo que hoy es uno de los mejores días de mi vida...
-Qué exagerado eres, Sans. Podrías haber elegido a cualquier otra persona mucho mejor que yo.
-Si hay personas mejores que tú, cosa que dudo, me da igual. Yo me enamoré de ti.
Y así fue como nos fundimos en un largo beso, que me hizo olvidar hasta mi nombre.

Incluso si me cuesta la vida •Frans•Where stories live. Discover now