7.

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-Y el es el señorito Camelio.- señaló Nina.

Wade miró con cierto horror, a un perro de felpa, al cual, le faltaba un ojos, pelo y estaba algo sucio, era evidente que había perdido relleno.

-sufrió un accidente hace un año.- comentó. -se calló en la licuadora.- le susurró en su oído, Wade asintió con comprensión.

Estaban en el cuarto de Nina, está quería mostrarle sus juguetes y esa cosas, que para una niña de cinco años eran importantes.

-es muy tarde Nina, hora de dormir.- interrumpió Peter desde la puerta.

-¿puede arroparme papa?.- pregunto y Peter asintió.

Wade lo miró, ¿cómo se arropaba a alguien?, Peter le regaló una sonrisa, entonces Wade se tranquilizó un poco.

Camino hacia la cama, donde la pequeña lo esperaba.

Antes de poder hacer nada Nina lo abrazó, Wade se sorprendio en un principio y con algo de torpeza correspondió el abrazo.

-¿cuando despierte mañana, te veré?.- le cuestionó en un susurró.

Peter se sorprendio al escuchar eso, ¿realmente su hija deseaba un padre?.

-no volveré a desaparecer de tu vida.- aseguró Wade.

Peter salió del cuarto, estaba algo confundido, aparte que demasiado cansado.

Sin nada mejor que hacer, se puso a levantar los juguetes de su hija y de paso levantar la ropa y lo que dejaron en la sala, también debía limpiar los platos.

Luego de eso se pondría a revisar algunos papeles del trabajó, a penas eran las diez y mañana tenía un largo día.

-¿te an dicho que tienes un lindo trasero?.

Estaba recogiendo la ropa del suelo cuando la voz de Wade lo hizo sobresaltarte.

-¿Y Nina?.- le pregunto.

-ya se dormio.- le aseguro.

-bien... ya sabes donde está la puerta, lárgate.

-oh por favor Peter, ¿por que tanta crueldad?.- Peter suspiró. -¿por qué suspiras tanto?.

-quieres... ¿un cafe?.- ofreció.

-¿eres bipolar?.

-acabas de decir que actuaba con crueldad, ahora que trato de ser amable...

-esta bien, lo siento.- interrumpió Wade. -si, quiero un café.

-bien.- susurró Peter, dejando el cesto en el sofá y camino a la cocina.

Wade lo siguió, mirándole el trasero.

-lo e estado pensando... puedes venir a ver a Nina, pero si haces algo sospechoso, te cerrare las puertas de mi casa.

-¿algo sospechoso?.- pregunto Wade.

-si, ya sabes... te conocí en un bar de mala muerte.- susurró algo avergonzado.

Peter puso la cafetera y busco dos tazas.

-¿y tú y yo?.- pregunto Wade.

-¿qué ahí de nosotros?.- pregunto Peter, tomando el azúcar.

-admitelo Peter, te gustó.

-No entiendo tu punto.- susurró.

Wade lo acoralo con su cuerpo.

-sólo quiero saber, si quieres intentarlo.- susurró con sensualidad.

-¿por qué quería intentarlo?.- respondió Peter. -no te equivoques, si no fuera por Nina, no estarías aquí ahora.

-¿qué pensaste de mi, ese día en el bar?.

-No mucho realmente.- le contestó avergonzado.

-yo pensé: que eras el Omega más hermoso y sexy del mundo.

-tus cumplidos baratos no cambia nada.- mintió Peter.

Debía ser honesto consigo mismo, se sentí a bien sentirse deseado, ¿hace cuanto había no se sentía asi?, desde que estaba embarazado de Nina quizás. Tampoco es que se había fijado mucho en eso, ser padre soltero, y adorecente, no fue fácil, pero Nina ya había crecido bastante y su padre estaba insistiendo bastante en que salga nuevamente.

No lo llamaremos error...Where stories live. Discover now