Ella fue la primera mujer que amé como una pareja, ¿Qué importa si era bonita o no? Yo era huraño y para nada simpático, pero con ella, todo era distinto.
Ella fue mi todo, lo comprendía en ese momento; cinco años, pero cierto es que ya estaba enamorado y que cuando ella decía "mi novio" refiriéndose a mi, realmente estaba jugando. El mundo de los adultos tenía muchas cláusulas y no era divertido estar al pendiente de todas.
Entonces yo la quería, jugaba Nintendo conmigo y siempre me dejaba ganar, me llevaba libros para colorear y a escondidas me llevaba a comer hot-dogs pero como todo niño, un día, al llegar con su verdadero novio, asimilé que me llevaba cerca de 15 años de diferencia, y que era imposible que fuéramos novios. Quizá fue mi primera maduración, no dije nada, pero mis pensamientos eran confusos, por un lado ella era mi niñera y la pasábamos muy bien hasta que me dormía, a los nueve en punto, ella me regalaba juguetes, lombrices de gomita, crayones, y un par de películas de videocasetera todavía. Pero de eso ya bastante tiempo.
Cuánto desearía volver a verla, y decirle si, eres la mejor niñera, y ahora regreso a verte, has quedado intacta en mi memoria, así de feliz, la única que le permitía hacerme cosquillas porque podía sincronizar sus risas con las mías. Cuánto deseo decirle que el muñeco de peluche que me dejó cuando se fue para nunca volver a verla sigue conmigo, aunque oculto en una caja con pocos libros de primaria y secundaria.
Tal vez ella ya tenga hijos, ¿saben? tal vez ni siquiera me recuerde, yo estuve con ella durante un año, o dos. Y puede jactarse de ser la primera en haberme roto el corazón aunque nunca lo supo realmente, la esperé por un tiempo todavía, posteriormente crecí y la espera terminó antes incluso de habernos mudado de esa unidad habitacional. Ana, no puedo escuchar la canción de los Beatles ahora sin pensar en ti, Ana, donde sea que te encuentres, te amo como a todo, como a nada.
