Capítulo 23 (The end)

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En Guatemala pudieron apreciar la belleza del país en los lugares como "La Antigua" donde se desarrolla toda la historia de aquel majestuoso lugar, ya que era la antigua Guatemala. Visitaron "El Lago de Atitlán" y Otabek no pudo contenerse de darse un chapuzón en tan bellas aguas. Visitaron la cuna de la cultura Maya, "Tilka", Yuri tomó fotos de lo más mínimo, le parecía asombrosas aquellas pirámides y templos que fueron construidas en el pasado. También visitaron "El castillo de San Felipe" y "El mercado de chichicastenango" haciendo que el pobre kazajo tuviera que cargar todas los "recuerdos" que llevaban a Rusia con ellos. 

Honduras, en ese encantador país se dieron un paseíto por el "West Bay, Roatán" y Yuri tenía el presentimiento de que después iba a tener que bañar a Otabek en cremas para la piel y protector solar, ya que el kazajo no quería salir del agua y el sol estaba un poco fuerte. Ahora tiempo de Otabek sufrir un poco de desespero en el "Parque Arqueológico Copán Ruinas". El ruso se encargó de que Otabek bufara y suspirara cansado cada vez que decía "Quiero una foto ahí" y es que Otabek amaba a su rubio con toda su alma, pero cuando se trataba de fotos el era el menos indicado para tomarlas, se cansaba con facilidad. 

Conocieron las "Ruinas Joyas de Ceren" en El Salvador. Subieron hasta el "Pital" e hicieron un picnic donde los dos disfrutaron de la calurosa gente de ese lugar y de su gastronomía. Visitaron el "Volcán del Salvador" ya que Yuri tenía curiosidad de conocerlo, Otabek lo tomaba de la mano por el miedo de que se cayera en algún lugar peligroso. 

En Nicaragua, caminaron por la hermosa "Granada" la arquitectura era algo que Otabek amaba, sobre todo las colonial como aquella. Yuri trató de mantener a su esposo alejado de cualquier charco de agua ya que tenía miedo de que se quitara la ropa y se tirara en este, de verdad que el alfa amaba el agua, así que el ruso no pudo evitar que en su viaje a las "Islas del Maíz" su alfa se metiera todo el día en esas aguas y saliera casi al anochecer. 

Y Costa Rica se volvió el paraíso del alfa y el infierno del omega, Yuri podía jurar que en ese mismo momento Otabek tenía la sonrisa más grande que le había visto en su vida. El kazajo arrastró al rubio hacía todas la playas que había en su ruta turística. Definitivamente Latino América se estaba volviendo su lugar favorito en el mundo. Al ver que su gatito no la estaba pasando tan bien en ese país le prometió que en el próximo destino haría lo posible para que el ruso se sintiera satisfecho. 

Y  Panamá fue perfecto, con su cultura, con sus personas, con su todo. Visitaron el "Museo de la Biodiversidad, de Frank Gehry" A Otabek le gustó la forma extraña de su arquitectura y Yuri estaba fascinado por sus colores. "Portobelo" hizo que Yuri se abrazara al cuerpo de Otabek, no sabía si eran las corrientes de aire que pasaban por ese lugar las que le congelaban la sangre, o la historia de aquel lugar. En "El mercado de mariscos" probaron varios platos tradicionales de ese país, lo que más les gustó fue el sabor del Ceviche. 

Una vez un viejo sabio dijo que si querías conocer un  lugar desde el fondo debías comenzar por sus entrañas, y así fue como Otabek y Yuri comenzaron su turismo por Colombia, visitando la hermosa capital del país, "Bogotá"  Y s que no sabían que era lo que más les gustaba, si la diversidad de arquitecturas, entre modernas y coloniales de la ciudad colombiana o su gente con sus "Parcero" "Su merced" o una palabra que se le pegó a Yuri y no sabía que era mala "Hijo e'Puta. Caminaron agarrados de manos por las calles de "Santa Fe de Antioquía" y es que aquel lugar les hacía sentía como en casa y no sabían porque, hasta que escucharon a un señor con bastón que sabía ingles diciendo que aquel sentimiento se debía a una vida pasada. Quizás sus vidas pasadas también habían caminado por aquel lugar alguna vez.

Definitivamente toda la arquitectura colonial se la había quedado Latino América, pensó el alfa. "Quito", la capital de Ecuador estaba llena de aquella belleza que te dejaba encantado. Compraron recuerdos de aquel país también. Y es que después de la promesa que le hizo Beka a Yura ya no aguantaba más no poder tocar el agua salada así que le suplicó a su amado que fueran a "Montañitas" donde había un balneario de olas donde podían relajarse un poco, Yuri claudicó a las ansias de su amado y fueron al lugar. Hicieron un viajecito en lancha por el "Amazonas" aquel río lleno de misterios según los hogareños de aquel lugar. 

Davai? Davai! (OTAYURI)Where stories live. Discover now