Exstinctio: Apocalipsis

CAPITULO III: SEGUNDA OPORTUNIDAD

Se oyen unos ruidos metálicos y un latido de fondo.
-Aaron...
Abro los ojos lentamente, aterrorizado, no sé dónde estoy.
-Q-quien er- Comienzo a toser y escupir sangre, mi garganta duele como el infierno.

Alguien truena los dedos y se prende una llama de color rojizo, está justo frente a mí, no siento nada más que un enorme vacío en mi pecho y la incertidumbre de no saber qué me está pasando. Estoy tirado en el suelo, el piso es áspero, como piedra pulida y siento mi garganta quemarse. La sala es cúbica, sin puertas ni ventanas, ni nada, es pequeña y solo estamos esa voz y yo... Y el fuego...

-Toca la llama.- Suena de nuevo esa voz grave, pero con más fuerza.
-P-pero- Observo detenidamente la llama y de la nada mis dolores de calman, mis pensamientos se apagan, y mis sentidos se nublan -Esto...- Me acerco a la llama y pongo mi mano al frente -Se siente como...- Mi mano entra en el fuego, pero no siento calor- Solo es mie...-

-...Do.

De la nada desperté donde había caído, en el hotel, observo mi alrededor, parece que no pasó nada desde que me desmayé, solo unos minutos, u horas. mis cosas estaban donde las dejé pero... algo cambio... siento algo extraño en mí, hay algo que no sentía antes, como un lugar en mi pecho que antes no estaba.
Tomo mis cosas y al levantar mi camiseta me doy cuenta de que la herida que me hice cuando vi a esas criaturas no estaba, ni siquiera una cicatriz, y las quemaduras tampoco, no había nada, es como si nada hubiese pasado. Pero, qué fue aquel sueño, todo esto es extraño, mis heridas, ni siquiera tengo el ardor que sentía antes de desmayarme, ¿Qué acababa de pasar?...
Seguí buscando en el hotel, lo que hacía antes del accidente, trato de olvidar el sueño pero no lo logro, simplemente trato de dejar de pensar en ello. Tomo mi diario y escribo:

5:20 PM

Mi teléfono se quedó sin batería, estoy algo confuso y con jaqueca, ahora estoy sentado en una cama del hotel, tal vez deba descansar, pero, tengo miedo de que pase otra vez, aquel sueño, ¿Qué fue eso?¿Había alguien mas allí?¿Qué me pasó con mis heridas?¿Por qué no siento ningún tipo de dolor? Trataré de descansar sin dormir, espero que no signifique nada todo lo que me haya pasado, espero que sean alucinaciones mías. Escribiré luego.

Me recosté en aquella cama, el colchón parecía ser blando y algo delgado, no era del todo cómodo pero llegaba a lo aceptable para un hotel en este estado, comencé a ver a mi alrededor, el placard estaba viejo, con la madera reseca y los muebles igual, el techo, de concreto, estaba muy húmedo y manchado, no era el mejor lugar, pero en el estado de las cosas estos dias, esto es muy cómodo. No es que no conozca el lugar, siempre vine a la ciudad, aunque jamás entre en este hotel, conozco las calles y los caminos, pero, que pasó ocurrido con la gente, ¿habrán más de esas cosas fuera de aquí?
Cierro mis ojos unos momentos pensando y diciéndome a mi mismo que todo saldrá bien; me duermo, un leve respiro, al fin, luego de tantas extrañezas, poder descansar, no es que haya pasado tanto tiempo desde que me levanté luego de aquella explosión, pero, no puedo considerar aquello como descansar...

Luego de un tiempo desperté rápidamente, comienzo a escuchar que algo sube las escaleras; de forma apresurada tomo mis cosas y salgo por la puerta, veo tres criaturas con sus bocas abiertas, furiosas y corriendo hacia mi, me dirijo hacia la ventana del cuarto donde anteriormente estaba y hago algo estúpido para intentar escapar: me lanzo por ella rompiendo la madera y lanzando el vidrio, me tomo del barandal y comienzo a escalar hacia arriba hasta llegar al techo el cual no estaba tan lejos. Me arrodillo y tomo un respiro, ¿que acabo de hacer? Jamás en mi vida supe escalar, creo que fue la reacción por ver esas alimañas, pero al menos tengo tiempo para reaccionar mejor. Tomo el tubo de metal con ambas manos y al levantar  la mirada veo que esas tres criaturas salen por la puerta que trae hasta la azotea y comienza a invadirme ese miedo a morir y el pánico.
-No, otra vez, no, no quiero morir, no puedo morir, ¿¡Qué clase de porquería es esta?!