Mi vida no es color de rosa, pero al menos mi corbatín sí lo es.
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• Historia finalista en la lista larga de los Wattys 2018.
• Obra protegida por derechos de autor
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• Es...
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“Secundaria Wheeler, fundada en 1992”
Es lo que dice una placa de metal justo en la entrada de esa enorme edificación que a partir de hoy será mi nueva escuela.
Este es el año 2017, por lo tanto no me interesa saber cuando inauguraron esta patética secundaria, lo único que me interesa ahora es recuperar a Will Fletcher, el dueño de mi corazón.
Sé que la magia será mi aliada para conseguir lo que quiero, sé que el destino me dará la oportunidad de que ilusiones en flor vuelvan a nacer cada día junto a Will.
Hoy haré lo posible para abrir un portal multicolor que me lleve a Neriánt; para lograrlo tengo un plan que consta de tres etapas.
Etapa uno: Entraré a la secundaria pero no asistiré a clases, prefiero buscar un lugar solitario en dónde pueda encontrar un hechizo e irme de este detestable plano no mágico.
Etapa dos: Si fracaso lo intentaré con más hechizos, no me rendiré tan fácilmente; además como no asistiré a clases tengo tiempo de sobra.
Etapa tres: No quiero llegar a esta etapa, es mi última opción, o mejor dicho mi resignación. Si no logro volver a Neriánt hoy, debo aceptar que perdí a Will para siempre, conformarme con recordarlo al observar mi corbatín rosa, y lo más importante... buscar al nuevo dueño de mi corazón.
Si me quedaré en este horrible mundo de etiquetas por lo menos debo encontrar a alguien que me ame, aunque sé que nadie podrá reemplazar a Will.
No quiero estar solo ni ser la cereza incomprendida, quiero ser amado y para ello necesito a un nuevo dueño de mi corazón, sea quién sea.
Un chico de Voriánt que me devuelva las ilusiones, alguien con quién pueda comenzar una nueva vida aunque mi corazón siempre se rompa al recordar mi vida de antes; esa en la que predominaban nubes color rosa y también un exquisito momento de placer en una solitaria pradera.
A quién engaño, es probable que no quiera un nuevo dueño para mi corazón, será mejor que deje de pensar y ponga en marcha el plan para volver a mi hogar.
He entrado a la secundaria, obviamente todos los rostros me son desconocidos.
Los casilleros son de color rosa, eso me agrada pero no es suficiente para aceptar este lugar.
Recorro cada pasillo, nadie se fija en mí, no tienen porqué hacerlo, soy el chico nuevo.
El lugar es más pequeño de lo que parecía por fuera, eso me preocupa, creo que no encontraré un sitio donde practicar mis hechizos.
Necesito preguntarle a alguien si hay un lugar solitario, pero debo ser discreto al formular mi pregunta.
Entro a uno de los baños, me miro en el espejo, acomodo mi corbatín rosa y las mangas de mi camisa blanca.
