Dos

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Las gotas de lluvia chocaban contra la ventana entreabierta y el frío se colaba por el alféizar de la habitación. Un viento hizo que las cortinas revolotearan y Camila dio un salto en su cama, se levantó a cerrar la ventana y después se volvió a acomodar entre las sábanas. Tomó su laptop y continuó con su búsqueda de internet sobre los costos que tenía la transición que necesitaba para poder estar en su cuerpo real por fin.

"(...) En Pensilvania, el Philadelphia Center for Transgender Surgery publica costos aproximados para distintos procedimientos. Su lista de precios menciona aproximados de 140.450 dólares para hacer la transición de hombre a mujer, y 124.400 dólares para hacer la transición de mujer a hombre. Ésta lista, a diferencia de muchas otras, incluye los posibles costos para cosas como anestesia, estadías en hospitales y cada una de las posibles cirugías que alguien que está haciendo la transición de un género a otro podría querer o requerir. Sin embargo, estas cifras se basan en un centro de cirugías, y cambiarán dependiendo de los factores como el seguro, el hospital al que asisten o si alguien usa un centro de cirugías del todo distinto."

Suspiró y después dejó la laptop a un lado, era cierto que Camila quería continuar con todo aquello pero también era exhaustante lo que conllevaba.

Había pasado un mes de que le había confesado a su familia acerca de ser un chico transgénero, y hacía unas semanas que su padre se había ido de su casa porque no apoyaba la idea de que su hija se convirtiera en chico. Así que Sinu le había pedido que se fuera porque igual continuarían con todo el proceso, y Camila se sentía culpable por eso. Pero se sentía un poco más culpable cuando veía a Sofía desanimada en las mañanas porque extrañaba a su padre, ella intentaba animarla siempre que podía pero su pequeña hermana sí estaba afectada sobre todo aquello. Incluso cuando su madre estuvo explicándole acerca del cambio que significaba que Camila fuera un chico trans.

No había ido a la universidad porque después de hablarlo bien con Sinu, ambas decidieron que tomarían un año entero en hacer el cambio y Camila quería regresar a su universidad siendo lo que realmente era: un chico. Se había quedado muy sorprendida cuando su madre le confesó que no era tan secreto su secreto.

—Después de que nos contaste sobre tu gusto por las chicas fui a investigar todo acerca de la comunidad LGBT+ y me encontré con muchas diversidades sobre la sexualidad de las personas; entré a un sitio en donde los padres podían hacer preguntas y encontré un foro de discusión sobre la transexualidad y varios puntos concordaban con las cosas que me habían pasado contigo desde que eras un bebé de dos años —había reído cuando recordó todo aquello—, solamente estuve esperando a que tú te decidieras por decirnos, por eso no fue una sorpresa tan grande.

Camila había estado riendo con ella por cada cosa que su madre le había contado, y se puso feliz al darse cuenta que fuera como fuera, Sinu iba a apoyarla sin importar qué. Ni siquiera su padre podía impedir que Sinu amara tanto a Camila, y eso la hacía sentir muy afortunada porque ella sabía que no cualquier madre le abriría los brazos a su hijo después de decirle que era trans, incluso si eso es lo que todas las madres deberían hacer.

Camila se levantó de nuevo y salió de su cuarto para poder bajar a buscar a su madre, a quien encontró moviendo cosas de la sala mientras buscaba algo ella misma.

—¿Qué pasa? —preguntó Camila y se dejó caer en un sillón.

Sinu dio la vuelta y miró a Camila para después sonreírle.

—Sofí dejó encendida la televisión y estoy tratando de buscar el control —le dijo.

—Pero puedes apagarla con el botón que tiene detrás —comentó Camila y se paró a apagar la televisión.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2017 ⏰

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