Que gane el mejor. | Zouis

Unica parte.

Los colores de las luces empezaban a aturdirlo. Personas ebrias por todas partes y él coqueteandole a su ex con tanto descaro.

Quería convencerse que el revoltijo en su estomago y esas jodidas ganas de vomitar eran por la gran cantidad de alcohol que había ingerido.

En cualquier momento iba a abrir la boca y explusar todo lo que estaba en su estómago y todo iba a estar bien.

No entendía el por qué. Si siempre habia ingerido incluso más que lo de esa noche. Pero esa molestia en su estómago era tan desesperante.

Quería que fuera el maldito alcohol jugandole una mala jugada pero cuando volteó y los miro comerse las bocas no pudo evitar caer de rodillas y vaciar su estomago sobre su el piso y parte de su pantalón. Escucho su nombre sobre la música. Sus manos temblaban y sólo quería dormir un rato. Unas delgadas manos acariciaron su rostro posiblemente mostrando apoyo.

— ¡Zayn! — ¿qué pasó? — escucho a una voz preguntarle desde atrás a lo que sólo abrió sus ojos lentamente sin recordar cuando los había cerrado.

Las increíbles acaricias en su rostro desaparecieron dejándolo desorientado queriendo recuperar ese suave toque.

— Estoy bien. — se limitó a responder buscando a esa persona. Rápidamente volvió a vomitar.

— Vamonos, Z. — escucho una voz a lo lejos y luego un brazo detrás de su espalda tratando de levantarlo.

Apoyo todo su peso en esa persona y se levanto sintiendo su cuerpo liviano. Miro confundido el rostro de su ayudante.

— Louis, no sabe que me iré. — divago perdido en sus pensamientos, la otra persona soltó un suave y apenas auditible "sh" para callarlo.

— No le importa Z. A mi sí, tienes que cambiarte y dormir. — dijo preocupado.

Asintió sin entender muy bien las palabras por lo lejos que se escuchaban y camino mareado junto a su ángel guardián.

— Li. — llamo sintiéndose abrumado de tantas emociones en su cuerpo. — Lou está con Harry.

— Sh. Hablaremos de eso mañana.

Se acurruco en el cuello de su amigo debido al calor que exigía su cuerpo al sentir la fuerte brisa contra él.

— ¿Por qué querría estar conmigo? — preguntó caminando sin saber a dónde. — Harry es perfecto. Tiene una increíble sonrisa, unos bellos hoyuelos, sus perfectos rizos y creo que hasta yo me enamoraría de él.

Su amigo gruñó trasmitiendo una ligera vibra en su cuerpo a lo que ronroneo.

— No sabes lo que dices. — grazno con molestia acariciando suavemente su espalda. — Ya llegamos.

Asintió nuevamente sin entender una palabra. Escucho el ruido de una puerta abriéndose tan lejos que no sabia si en realidad todo esto estaba pasando o él seguía sobre su vomito.

— Acuéstate. — pidió su ángel guardián, no puso resistencia cayendo como peso muerto sobre la cama. Gimiendo por la comodidad que sintio de pronto.

Unas manos bajaron lentamente su pantalón hasta sus tobillos. Sus tenis fueron retirados al igual que sus medias y su pantalón termino su recorrido siendo arrojado por alguna parte de la habitación.