Capítulo 1

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Mi quinto shot hace tendido en el suelo, junto con las demás y otra parte de mi consciencia. Mientras que escucho el bullicio de la noche y todo a mi alrededor parece darme vueltas. Siento las sienes palpitarme y supongo que esto es lo que se siente estar ebria.

Muy malditamente ebria.

Lo cierto es que esta es la segunda vez que me emborracho. La primera vez fue en año nuevo, a escondidas, con una botella de champán, silenciosa en la cochera y mis padres disfrutando de la fiesta. A la vez que yo lamentaba mi desgracia. Por lo cerca que estaba por romperse mi corazón.

Ese día había visto a mi mejor amigo besar a Jennifer James.

Hoy todavía siento mi animo decaerse.

—¡Eh, Bella!

Me vuelvo sobre mi pies, tambaleándome en el proceso y llegando a encontrarme unos ojos azules, vivos y brillantes que me miran con una sonrisa ladeada.

—¿Vienes? —dice, siempre con su voz grave y a la vez sosegada. Es tan cautivante que me deja sin aliento. Además de su mirada penetrante, sus labios rojos por las veces que llega a morderse el labio inferior. Cosa que noto, sabiendo que, por desgracia, soy su mejor amiga y conozco todo sobre él. Hasta el primer beso que ha recibido hasta el último, el tipo de shampú que utiliza y que tipo de comida que le encanta.

Hasta el hecho de que no sabe sobre mis sentimientos a él.

—¿Bella? Maldita sea, dime que no tengo que despertarte de esos trances que tienes cuando estas consumida en tus pensamientos...

—Se llaman deya vú, idiota —Al menos no tenía uno de esos. En realidad nunca he tenido un deya vú—. Que te jodan, Daw, estaba pensando.

La comisura de sus labios de elevan, mostrando una sonrisa picarona con unos preciosos hoyuelos a los lados. Dawson McKibben ha sido el único chico que existe en mi vida. Puede que suene extraño, pero, aparte de Dawson, no tengo mucha conexión con el sexo contrario. No he tenido mucha actividad con los hombres eventualmente, siempre he sido de las que se apega mejor estando con sus amigas femeninas. Las personas solían decirme que estaba sexualmente confundida, que quizás haya algún problema conmigo. Y yo también lo creía. Sin embargo, las cosas cambian cuando conocí a Dawson hace tres años, y desde ese instante creo haberme prometido que el sería el único hombre en mi vida.

Porque él hizo despertar cosas en mi que yo desconocía.

—Es hora del baile ¿Recuerdas? —dijo y entonces sonreí por primera vez en ésta noche. "El baile" había sido creado por nosotros, especialmente un secreto entre los dos y solíamos hacerlo cuando la pista de baile no está  animada.

Así que me trago un poco de mis sentimientos y tomo su mano, su cálida mano me abrasa hasta llegar a mis caderas cuando estamos moviéndonos alrededor de un montón de personas. Me da un giro de cuerpo al tiempo que "Burn Fast" nos atraviesa hasta las sienes y río cerca de su oído. Su mano se aprieta más a mi cadera y suspiro en su cuello.

Un otro giro me toma por sorpresa, y todo a mi alrededor parece darme vueltas. Veo varias miradas en mi pero no me importa. En este momento no se puede describir mi felicidad. Estar con él, al menos un momento, me hace tocar el cielo.

Aunque sea solo por unos minutos.

El cuerpo se Jennifer James atraviesa la pista, después de todo es su fiesta y puede hacer lo que le plasque a pesar de estar empujando a todo como una gorila. Su ojos chinos me miran, casi lanzándome fuego pero se recompone cuando llega a mirar a Dawson.

—No te vi llegar, precioso —sonríe enrollándose con un dedo un mechón y se acerca a él, alejándome con un empuje en el proceso—. ¿Hace cuanto llegaste? —frunce el ceño.

No lo deja contestar cuando Dawson es arrastrado fuera de mi tan rápido como parpadeo. Él vuelve a mirarme desde atrás y masculla con los labios <<lo siento>>

Y entonces todo parece darme vueltas. Pero esta vez no se trata de las vueltas que me dió Dawson. No, se trata del efecto secundario de los cinco shots que me tomé hace unos minutos. Nunca creí que iba llegarme tan rápido. La valentía que desconocía parece entrarme de pronto y los impulsos de arrancarle a Dawson de los brazos de Jennifer son grandes.

Y eso no es bueno.

Antes de que pueda pensarlo, estoy saliendo de la pista y atravesando la sala de estar. Las personas no parecen notar mi presencia, y agradesco cuando me no notan tampoco el hecho de que casi me caigo de bruces al tambalearme. Sin embargo, mi estado grave de embriaguez no parece cambiarme de opinión y sigo mi camino.

Sé que no la quiere. Incluso eso es algo que cualquiera puede saberlo. Dawson nunca estaba interesado en Jennifer si ella no fuese tan maldita lanzada y pegajosa. Practicamente se había tirando encima de Dawson en año nuevo, pude ver su asquerosa boca uniéndose a la suya. A pesar de que él correspondió el beso, me convenzo de que sentía pena por ella. Conozco a mi mejor amigo y sé que tiene un buen corazón. El puede ser capaz de compacer de cualquier chica a pesar de ser una extraña, porque es alguien que respeta a las mujeres.

Me respeta a mi. Y eso es más que suficiente.

Un tío me toma de la mano para que baile con él, incluso en la oscuridad puedo notar que es bastante atractivo. No obstante, aparto su mano con una sonrisa de disculpa y salgo del salón aún tambaleándome.

Sé que me arrepentiré luego, pero en este momento  los efectos del alcohol parecen tomar las desiciones antes que yo. Ademas de que necesito a mi mejor amigo.

Lo que me sacrifico por ti, Dawson.

Veo a una chica bajando las escaleras cuando me acerco y le pregunto:

—¿Has visto a Dawson?

—¿Quién? —sus ojos parecen dormidos y me obligo a repetir su nombre a pesar de  que esta vez arrastro las palabras—. ¿Dawson? —se relame los labios—. ¿Te refieres al sexy que acaba de subir...?

No le dejo terminar cuando subo arriba, sonrío y reúno la confianza dentro de mi para las siguientes palabras que estoy a punto de decirle a Daw.

<Dawson, te he amado desde....>

No, demasiado literario y cursi.

<Dawson, debes sabes qué, mis sentimientos a ti son involuntarios, incontrolables y indescriptibles>

Pongo los en blanco. Bah, esto no parece funcionar. Soy nueva en las declaraciones y estoy segura que estaré demasiado nerviosa ¿Y quien no se pone nerviosa?

Sacudo la cabeza, y con una sonrisa, abro la primera habitación.

La escena que se produce frente a mi hace que mi sonrisa desaparezca demasiado rápido.

<Dawson ¿Qué acabas de hacer?>

Prometo olvidarteWhere stories live. Discover now